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Bakugo estaba harto, pero al menos por fin había acabado, había sobrevivido otra noche más sin sucumbir ante las urgencias de su cuerpo. A veces se preguntaba si no sería más fácil dejarse llevar, aliviar su dolor, su necesidad; pero no podía hacerlo, algo en su interior le exigía luchar, le exigía conservar la poca dignidad y privacidad que aún le quedaba... ¿los otros también estarían aguantando? Lo dudaba, aunque tampoco quería ponerse a pensar lo que otros hacían.

«Necesitamos encontrar a la maldita abeja reina —pensó mientras se levantaba para darse una ducha, estaba sudado y estaba incomodo, asqueado. Cada vez era más difícil, terminando por sentirse muy irritado— ¿Quién demonios es...? La abeja reina tendría que ser alguien por quien todos harían cualquier estupidez sin chistar... alguien como... como...»

Fue ahí cuando tuvo una revelación, ¡tenía que ser ese maldito nerd! ¿Quién más sería sino? Midoriya era alguien por quien seguramente mucha gente se tiraría de un puente, era lo más cercano a alguien que podría ser adorado sin necesidad de mucho, después de todo las abejas reinas no hacen nada en la colonia, solo ponen huevos. ¿No era ese un papel más que adecuado para ese odioso cerebrito? En eso pensaba Bakugo, dándose del asco que le producía la sola idea de tener relaciones con Izuku.

Luego estaba el asunto con el bastardo mitad-mitad, ¿qué diablos le pasaba a ese en la cabeza? Juró que iba a ser besado por ese mequetrefe. Tendría que ser más cauteloso, por lo visto no entendía el lenguaje más allá de sentidos literales. Eso había estado cerca, demasiado cerca. Bakugo apenas cerraba los ojos tenía la imagen de Todoroki en frente de él, acercándose, cada vez más, sus labios acercándose y... ¡No! ¡No iba a pensar en eso! Sería mejor mantenerse alejado de él, al menos hasta que pudiera solucionar este problema.

Odiaba la idea de tener que ir con el resto y decir "El nerd de mierda es la maldita abeja reina, ¿ahora qué?", no, no. ¿Nadie más iba a darse cuenta? Parecía que todo el trabajo duro estaba siempre en sus manos porque nadie más tenía las jodidas pelotas para atreverse. Ellos querían quedarse en su bonita fantasía, ellos querían adaptarse al falso paraíso. Bakugo no, él quería caminar por el infierno, con tal de que no fuese una ilusión, con tal de que fuese real; sin embargo, no estaba seguro de qué tan preparado estaba para un infierno en donde Midoriya fuese el centro de atención en un asunto inmiscuido en genes y reproducción.

Una extraña comezón lo invadió en el brazo, mientras se rascaba terminó la ducha y se vistió con ropa fresca, decidió salir, las puertas de su habitación solían estar abiertas tras las usuales catástrofes. La conexión entre las puertas cerrándose y las extrañas noches era una conexión difícil de negar. Nadie más parecía haberse dado cuenta, ¿y cómo? Seguro todos dormían bastante bien, a comparación del testarudo que prefería retorcerse antes que ceder a sus instintos hedonistas que rogaban por algo de placer entre tanto tormento.

Caminó un rato, dirigiéndose a la biblioteca; las luces se encendieron apenas se acercó, daba la impresión de que ya había amanecido, parecía que no estaba destinado a experimentar la noche en cualquier espacio dentro de la colmena... y le hizo preguntarse si al salir de esta amanecería o no. Lo descubriría otro día.

Bakugo no buscó un libro respecto a proyectos, o medicinas, o abejas... buscó un libro, uno que gustaba de leer, un libro escrito por un hombre atrapado que pudo ver mundos más allá incluso de su tiempo sin poner pie fuera de su hogar.

Durante un par de páginas, él también fue libre.

De pronto Kaminari entró, saludó a Bakugo amistosamente, esto incomodó al chico, pero no lo expresó en voz alta, seguía sin acostumbrarse a Kaminari, a sus funciones, a sus expresiones humanas... ¿Dónde estaba esa voz de robot tan característica de los androides, sea en la literatura o en la ficción en general? ¿Dónde estaba esa línea que le recordaba que él era una maquina también? Parecía que un día lo olvidaría.

Proyecto colmenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora