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Kirishima sonrió nervioso, sinceramente no había esperado ese cambio en la conversación. Bakugo no parecía entender de qué se trataba todo esto. Aún así, decidió seguir la corriente, avergonzado a más no poder, sintiéndose tonto e incrédulo.

-¿Qué te llevó a pensarlo? -preguntó.

-No lo sé, parece que es algo natural, ¿no? -Bakugo se daba cuenta de lo "verdes" que aún estaban sus especulaciones-. Cómo sea, no me gusta admitir que el maldito nerd sea... me repugna solo pensarlo, pero es lo mejor que tengo en este momento.

-No me lo habría imaginado, la verdad, ¿cómo podemos saber? Solo nos dieron una tarea, pero ninguna pista -Kirishima tomó agua y se mojó la cara, lo bueno era que su rostro no podía verse ardiendo en la cómoda oscuridad de la noche. Lentamente sintió como se enfriaba y se calmaba. Bakugo flotaba tranquilo, con la misma expresión malhumorada de siempre, pero tranquilo. Eso alegró a Kirishima, quien deseaba al menos pasarla bien, ya que no había más que pudiera hacerse.

O eso pensaba.

De pronto, algo captó su atención, un aroma dulce, muy, muy dulce, algo que le orillaba a extender sus fosas nasales e inhalar con fuerza para captar mejor el aroma. Dios, era lo más rico que había olido en su vida.

-Oye Bakugo...

-¿Qué quieres?

-¿Hueles eso? -Kirishima cerró sus ojos, intentando concentrarse en el aroma- ¡Huele estupendo!

Bakugo intentó captar algún olor, pero nada llegaba a su nariz, a lo mucho cierto aromilla a humedad por el agua.

-Eres el único oliendo cosas -espetó de malas-, deberíamos irnos ya.

-¡Pero si acabamos de llegar! -exclamó Kirishima, saliendo de su transe. Se acercó a Bakugo, pero apenas lo hizo este se alejó para salir del agua.

-No me siento bien, me voy.

(...)

Todos estaban reunidos en el comedor, por primera vez Kaminari estaba sentado con el resto, todos estaban comiendo, incluyendo Kaminari; Todoroki y Kirishima parecían no ponerle atención, como si fuera lo más normal del mundo, en cambio Midoriya estaba intrigado y Bakugo estaba... bueno, no podía ni siquiera creerlo del todo, ¿cómo se suponía que funcionaba eso? Estaba a punto de ponerse de pie y agarrarlo a golpes para que confesara que no era un maldito androide, solo un muy buen actor. No obstante, no se movió ni un centímetro, sino que seguía comiendo, con la misma expresión malhumorada en su cara.

-Bakugo tiene algo que decirles -dijo de pronto Denki.

Las miradas se dirigieron a Bakugo, la de Kirishima delataba saber de qué se trataba todo.

-¡Vamos, Bakugo! ¿No vas a decirles lo que me dijiste? ¿No estoy por eso aquí?

-... ¿Kacchan? ¿Qué sucede? -Midoriya bajó el tenedor, sus ojos estaban fijos en Bakugo, tanto que se sintió extraño, tuvo que cerrar los ojos un par de veces, se los talló con el dorso de la mano para aparentar.

-Es sobre la abeja reina, ¿cierto? -los ojos de Todoroki parecían leerle la mente, seguía tan calmado como de costumbre, a Bakugo le ponía los pelos de punta- ¿Tienes algo que decir?

Bakugo estaba a nada, nada de nada de lanzarle el sartén a quien sea a la cara. Pero mantuvo la calma, tenía que decir lo que había estado pensando y sinceramente... se sentía ridículo.

-Creo que... el maldito ner- Izuku, es la abeja reina.

-¡¿Qué?! -gritó Midoriya, no estando seguro de qué le causaba más conmoción.

Proyecto colmenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora