Capítulo 4: Eres mi anestésico.

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《 Nuestras dolorosas lágrimas son la peor tormenta, la que destruyetodo a su paso. Por eso quiero que si lloras lo hagas conmigo a tu lado y solo de pura felicidad. Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito. 》


Yoongi ya en su oficina vio el vídeo una y otra vez. Y cada vez que lo veía sentía más y más que algo en su interior se apretaba.

El chico lloraba y le gritaba a algo o a alguien que no estaba. Necesitaba ayudarlo y tenía que ser rápido o terminaría haciéndose daño seriamente.

¿Pero cómo hacerlo? ¿A quién le hablaba? ¿Quién lo había abandonado?

Terminó con un terrible dolor de cabeza a causa de tantas preguntas sin responder. Esa noche no se fue a su casa, y como a Hoseok le tocaba turno de noche tendría la posibilidad de ver si algo ocurría.

Se despidió de Jungkook y partió hacia la sala donde estaban las cámaras de seguridad, se sentó y se dio cuenta de que Jimin todavía dormía tranquilamente.

Sinceramente verlo dormir así le trajo una tranquilidad que no sentía desde hace mucho. Ver como su pecho subía y bajaba regularmente, ver su rostro tan sereno, hizo que una sonrisa se posara en su rostro.

Eran las dos de la madrugada cuando el sueño y el cansancio empezaron a hacerse presente. Lentamente sus ojos se fueron cerrando y no se dio cuenta cuando se durmió.

Escuchaba a alguien que pronunciaba su nombre a lo lejos, pensó que estaba soñando así que no le dio ninguna importancia, pero cuando sintió que le daban unos pequeños empujones empezó a despertar.

— Yoongi, Yoongi, despierta, algo le pasa al chico.

Esa simple frase fue suficiente para traerlo a la realidad de golpe. En la cámara se mostraba que Jimin todavía estaba dormido, pero ya no estaba tranquilo como antes, ahora se retorcía en la camilla, golpeaba sus brazos y su pecho, se movía bruscamente como intentando salirse de algún agarre mientras sollozaba.

Se paró bruscamente de la silla, le dijo a Hoseok que apagara la cámara por si venía otro guardia y se dirigió corriendo a la habitación.

Cuando llegó tomó los dos brazos del menor para que dejara de hacerse daño, intento despertarlo pero Jimin aún seguía con los ojos fuertemente cerrados, empezó a retorcerse más violentamente que antes y a tratar de liberarse.

— ¡SUÉLTAME! ¡NO! Por favor, no...— Terminó en una súplica mientras las lágrimas inundaban su cara, pero no dejaba de moverse y patalear para poder librarse.

— ¡No quiero! — Nuevamente volvió a agitarse y a retorcerse debajo de la persona que lo tenía sujeto.

Sin embargo, algo le pareció extraño, sabía que en esas situaciones en lo último que se fijaría una persona sería en el aroma que desprendía la persona que te tiene presa, pero no era este el caso él se había memorizado ese olor del pasado, era un olor insano por así decirlo pero este que lograba percibir era distinto casi que llegaba a ser hasta agradable.

Lentamente aquel aroma se hizo más fuerte y lo fue envolviendo totalmente, hasta el punto de ya no escuchaba la odiosa voz de aquel hombre, ya no escuchaba la voz de él, había sido cambiada por otra, una más grave y ronca, pero amable, no identificaba de quién era pero se le hacía notoriamente familiar.

Yoongi.

Abrió los ojos de golpe, respiraba aceleradamente y su corazón latía sumamente rápido. No podía enfocar bien, la luz de la habitación le molestaba, por lo que nuevamente empezó a tratar de liberarse, había escuchado claramente la voz de Yoongi pero al no poder verlo lo hacía sentirse más inseguro.

▪️please stay with me▪️ | y.m Donde viven las historias. Descúbrelo ahora