Capítulo I: cuestiones de la muerte.

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Nunca ha dejado, ni dejará de sorprendernos lo misteriosa que es la muerte. Es probable que cuando nos toque enfrentar a la muerte sintamos temor por lo que vendrá o nos interrogaremos sobre si será el fin de todo, los humanos siempre nos planteamos la pregunta de que si habrá vida después de la muerte y hasta ahora es una inquietud recurrente en muchas personas.

¿Deberíamos tenerle miedo a la muerte?

Es una duda que siempre he tenido presente, también por qué las personas le tienen miedo. Quizás esto sucede por el temor a ser olvidados o lastimar a las personas cercanas a ellos, pero en mi caso no es así.

Desde muy pequeña me he preguntado qué se sentiría morir, para dónde iríamos y que pasaría con nuestro cuerpo y alma, pero al pasar los años entendí que lo que venía después de la muerte en realidad no me interesaba, me preocupaba más el hecho de dejar de existir, con un sentimiento egoísta, de que no me importaba lo que las personas cercanas a mi sentirían. Tenía miedo de esto, de ya no ser consciente de lo que pasa a mí alrededor, aunque en parte también le temía a ser olvidada y ser una persona más que vivió una vida monótona y luego murió, sin dejar rastro. Aunque casi todos nos preocupamos de pensar que hay más allá de la muerte, y en ese pensar e interrogarnos nos olvidamos de vivir la vida que tenemos presente, no nos damos cuenta de lo fugaces que somos.

Aunque el miedo a la muerte es algo natural y todos en algún momento pueden sentirlo, yo le temía como si se tratara de mi peor pesadilla, lo cual se convirtió en un problema cuando este miedo me afectó  y no me dejó vivir en paz. Llevándome a muchas noches de insomnio y profundas crisis existenciales.

En muchas épocas de mi vida sufrí de ataques de ansiedad, pensado en la muerte, con gran temor. Mi madre siempre dijo que lo mejor era no pensar en eso, que aún tendría muchos años más para disfrutar. Pero en realidad no sabía cuándo sería mi último día y no sabría si todo lo que había hecho en realidad habría valido la pena. A pesar de ser una niña que lo tiene todo, nunca me sentí completa.

En una de las  tantas noches de mis ataques de ansiedad me pregunté, ¿que estoy haciendo aquí? ¿Cuál es mi propósito? son dudas que cualquier otro mundano sin propósito alguno se haría. Pero, cómo podía yo hablar de no tener algún propósito con tan solo dieciséis años. Sin experiencia alguna en la vida, un alma más que inicia su rumbo.

Pero toda mi vida dio un giro, cuando lo conocí a él. Antes de conocerlo, pensaba que éramos básicamente como el sol y la luna, éramos amantes, que se perseguían y al final, nunca se encontraban, aunque yo lo extrañaba cuando mi vida era un lio. Aprendí a aceptarlo, a pesar de mis temores. Pues él era el único que al fin y al cabo, siempre estaría a mi lado. Muchas noches soñé con él y lo reconocí porque caminé con él una vez en un sueño, pero nunca pensé que me enamoraría de mi peor pesadilla.

A pesar del paso del tiempo, aún recuerdo la primera vez que nos encontramos, el lucía inquietante y feroz, mientras que yo solo era una simple mundana, que no sabía lo que era o lo que quería de mí. Al pasar el tiempo lo veía más de cerca y veía como trataba de llevarme hacia él. Tras un largo tiempo, puso trampas delante de mí y caí más de una vez, pero siempre lograba salir de ellas porque no quería darle ese gusto. Ahora lo miro de cerca, me acaricia y me dice que pronto estaré junto a él.

La muerte✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora