Víctima En Medio Del Caos.

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Como todo ser que llevara el apellido Nara en el nombre, me consideraba el dueño de una innata inteligencia que me hacía percatarme de muchas cosas a mi alrededor, incluso mucho antes que el resto de las personas lo notasen, y la relación de mis padres no era la excepción. Tal vez era cierto que aun era un mocoso de doce años jugando a ser adulto, pero considero que con doce años uno ya es lo suficientemente intuitivo para saber que si tu padre lleva más de una semana durmiendo en la sala es porque las cosas no van nada bien dentro de casa.

Al principio, cuando noté el disgusto entre ambos traté de mantenerme al margen pues la considere una pelea normal de las muchas que ellos habían tenido, y de las cuales yo ya estaba más que acostumbrado, sin embargo me tomó casi una semana darme cuenta de que el asunto era realmente serio. Con el paso del tiempo había aprendido el protocolo que mis padres seguían durante una pelea, para empezar estás duraban cuanto mucho tres días porque mi padre siempre trataba de resolverlo el mismo día que el conflicto inició, mi madre solía gritar y llenar de maldiciones a papá durante todo este proceso, incluso lo seguía tratando de forma hostil días posteriores de haberle otorgado el perdón.

Pero lo que ocurre en estos momentos es totalmente diferente, mamá estaba molesta y de eso no tenía ninguna duda, el aura maligna que desprendía de ella cada vez que esto ocurría la delataba, pero curiosamente no había lanzado ningún ataque de furia contra papá: ningún grito, insulto o ataques en contra de mi progenitor, por lo contrario parecía que simplemente ignoraba su presencia o le daba igual. Lo peor es que en esta ocasión papá no estaba haciendo nada para resolver la situación, muy por el contrario tomó la misma actitud bélica que mamá ¡Dos semanas de discusión y lo único que había hecho era dormir en el sofá!

Nunca me había metido en los asuntos de mis padres, en primera porque consideraba que a pesar de todo ambos eran adultos responsables capaz de resolver sus propios conflictos y en segunda porque sabía que mamá me daría una buena tunda por entrometido. Pero por mucho que quisiera hacer una excepción e intervenir, la verdad es que no tenía ni la menor idea de lo que estaba ocurriendo, ni siquiera sabía muy bien quién estaba enojado con quién y mucho menos el porque, preguntarle a mamá era un acto suicida y lograr hablar con papá ahora era una misión imposible, lo único que había podido hacer era observar atentamente las acciones de ambos para llegar a una posible explicación que me hiciera entender cómo rayos me había metido en esta situación.

- ¡Shikadai más te vale mover tu trasero o acabaras muerto! –

Fue lo último que alcance a escuchar antes de ver como el Dai Kaimatachi no Jutsu de mamá se dirigía hacia mi de manera tan rápida que lo único que alcance a hacer fue lanzarme tras de un árbol en busca de protección, de más está decir que termine siendo arrastrado con los restos de aquel pobre árbol por varios metros, a pesar de que la fuerza del impacto me género un gran dolor por todo el cuerpo dentro de mi estaba agradecido de que mamá se estuviera conteniendo en sus ataques de lo contrario el daño pudo haber sido mil veces peor.

Necesite de un gran esfuerzo para lograr sentarme y al hacerlo pude sentir como mis huesos cimbraban del dolor provocado por el reciente ataque, lo que me hizo dudar si realmente la mujer trataba de controlarse, no tarde ni medio minuto razonando esto cuando en un rápido movimiento mi madre se había instalado frente a mí, verla con el ceño fruncido y los brazos en jarra me hizo saber lo nada contenta que se encontraba y supe al instante qué aún vendría lo peor.

- ¡ Eso fue patético Dai! ¿Crees que esa actitud es digna del futuro líder del clan? -

- Mendokusai mamá ¿ Esto es realmente necesario? Sabes que entreno a diario con Moegui-sensei y un día a la semana entrenamos con algún miembro del viejo Inoshikacho –

Guerra Silenciosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora