Conflictos Internos.

1.7K 126 79
                                    


Me dirigí hacia la puerta principal de mi casa con mucho cuidado para no ser detectado por mí problemática madre, no quería saber lo que me esperaría si ella sé enterará que me encontraba vagando por las calles de Konoha a altas horas de la madrugada, el miedo que eso me produjo me hizo detenerme un momento para verificar que en verdad me encontraba a salvo, afortunadamente el chakra de mi madre seguía tranquilo, lo que me confirmó que aún se encontraba profundamente dormida. Me giré con mucho cuidado hacia la pared tras de mí para verificar el tiempo que me quedaba disponible para cumplir mi misión.

Cuatro de la mañana, apenas tenía una hora disponible antes de que mamá subiera a mi habitación para despertarme y que empezara a prepararme para el entrenamiento con ella, comenzaba a pensar lo problemático que era todo esto cuando sentí como mi hombro era tomado fuertemente, al instante sentí como si mi alma abandonara mi cuerpo al verme descubierto, sin embargo al tranquilizarme un poco fui capaz de reconocer el chakra de mi padre.

- No puedo creer que de verdad te hayas despertado temprano, ¡Y por tu cuenta! –

- Te dije que estaba dispuesto a esforzarme- replicó papá con una sonrisa orgullosa en su rostro - ¿ Estás seguro de que no molestaras? –

- No te preocupes, ya está todo arreglado, tu solo encárgate de preparar el desayuno como habíamos quedado –

- Hai, Hai, pero date prisa para que me ayudes a limpiar el desastre que causare –

- No tienes remedio hombre – sonreí a mi padre antes de darme la vuelta para marcharme.

___________________________________________

En cuanto salí de casa me puse a brincar como loco los techos de la aldea, aunque había sido lindo charlar con mi padre unos breves momentos no podía dejar pasar el hecho de que había perdido quince valiosos minutos de mi tiempo para completar el plan. Ya estaba sintiendo como el aire escaseaba de mis pulmones cuando visualice mi objetivo un poco más cerca: la casa Yamanaka. Aceleré el paso y en menos de un minuto ya me encontraba brincando las bardas del glamoroso jardín de la casa como si fuera un delincuente.

En cuanto mis pies tocaron el suelo del jardín corrí directamente hacia donde se encontraba la puerta trasera de la casa, no fue un problema llegar hacia ahí gracias a que conocía a la perfección la casa debido a las constantes visitas que había realizado a mi amigo a través de los años, amigo que en este momento se encontraba durmiendo apoyado sobre la puerta cuando debería estar esperándome, por un breve momento dudé si debía despertarlo pero recordé que no contaba con mucho tiempo, sin importarme los remordimientos que mi naturaleza vaga me hizo sentir comencé a sacudirlo de un lado a otro para que abriera los ojos.

- Hey Inojin, ¡Despierta! – noté como mi compañero comenzaba a despertarse ante mi tacto - ¡Rápido hombre! Se está haciendo tarde –

- ¿ Shikadai? ¿Qué haces en mi habitación a estas horas? –

Por un momento mantuve mi mirada incrédula, esa era mi forma de preguntarle si estaba hablando en serio pero ver su rostro somnoliento me hizo darme cuenta que así era, contuve el sarcasmo que tenía reservado para estas ocasiones, no podía olvidar que Inojin se había levantado muy temprano para hacernos a papá y a mí un gran favor, así que respiré profundamente para hacer reaccionar a mi amigo de forma civilizada.

- Estamos en el patio trasero de tu casa Inojin, se suponía que me esperaría aquí – el rostro de mi amigo poco a poco comenzó a relajarse y cuando apareció una sonrisa burlona en su rostro supe que había despertado totalmente.

- ¡Cierto! Me prometiste comprarme una hamburguesa con sus papitas todos los días de esta semana por este favor –

- Hai, Hai solo date prisa –

Guerra Silenciosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora