Capitulo 5: La fiesta, parte 2

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La residencia estaba repleta de universitarios, algunos más borrachos que otros y yo, estaba en la categoría de los más borrachos, y creo que Travis también.

Sus labios eran suaves y cálidos, me tenia de la cintura y yo subís mis manos por su pecho, eso causó que Travis intensificara el beso.

Gritos y silbidos hicieron que nos separáramos lentamente, volví a la realidad.

Miré a mi alrededor y todos estaban observando la escena, el calor subió por mis mejillas inmediatamente, me giré en dirección a Travis y él estaba igual, o peor. Poco a poco el acto comenzó a tomar peso en mi mente y la borrachera bajó como si nunca hubiera ingerido una gota de alcohol.

Besé a Travis, el chico que jamás me imaginé besar y lo peor de todo, al mejor amigo o mejor dicho hermano de Scott.

- Travis yo...- Ninguna palabra era capaz de salir por mi garganta, porque no las tenía.

-Kels, yo... no sé qué pasó...yo.- Travis se veía frustrado.

-Debo irme.- Dijimos al mismo tiempo.

Salimos disparados a distintos lados de la residencia, corrí hasta la calle, mi cabeza daba vueltas y no por el alcohol. De un momento a otro me sentí terrible e infiel.

-Tonta, tonta, tonta.- Dije para mí misma mientras golpeaba mi frente con la palma de mi mano.

Saqué mi teléfono de mi bolsillo delantero y llamé a un taxi, no quería interrumpir a las chicas. Aún así les escribí un mensaje diciendo que tuve que irme urgentemente de la fiesta.

....

Bajé del taxi y caminé directo a mi habitación, tenía muchas cosas que pensar, que pasará ahora entre Travis y yo, no quiero perder la amistad, pero esto es demasiado.

Abrí la puerta sin delicadeza alguna, encendí la luz y dejé mis pertenencias en mi escritorio y no debí hacerlo, la foto enmarcada con Scott me recordó muchas cosas y también mi beso con Travis. Tomé la foto y la giré al lado contrario, ver esa foto no ayudaba a mi consciencia.

Me quité mis vans y me metí a mi cama, crucé mis brazos por atrás de mi cabeza y miré la oscuridad de mi nueva habitación.

...

TRAVIS

No tenía palabras para lo que ocurrió.

Salí lo más rápido que pude de esa cocina, caminé rápidamente donde Evan y le expliqué que debía irme porque mi gato se enfermó. Lo más estúpido es que no tengo gato, pero debía irme de ahí o perdería la cabeza, el sentimiento de culpa me comía el cerebro de una manera impresionante.

Mientras conducía lo más rápido que podía me lamentaba por ir bajo los efectos el alcohol (y la culpa), mis nudillos estaban blancos por sostener el volante con fuerza, mi mirada estaba fija en la carretera y mi cabeza pues estaba en todos lados menos aquí, para alejar pensamientos indebidos puse mi reproductor a todo volumen.

-Así está mejor.- Dije para mí mismo.

Cuando llegue a mi habitación mi compañero me preguntó si había visto a un hombre desnudo porque estaba raro. A lo que respondí:

-Estoy borracho.- mientras me quitaba los zapatos y caminaba hacia el baño.

Cerré la puerta, abrí el grifo y lavé mi cara más veces de las necesarias, cerré el grifo y me miré al espejo. Decidí darme una ducha corta antes de acostarme.

Luego de tres minutos estaba como nuevo, limpié con mi puño el espejo empañado y posé mí vista en el pequeño y horrible tatuaje que había en mi pecho, era un pequeño inodoro. Al mirarlo solté una pequeña risa.

De Amor Y Otras CosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora