Cuando llego a casa papá ya había pedido pizza. Le agradezco mentalmente porque yo no tengo ánimos de cocinar nada. Lo veo apoyado en la mesada, frente al microondas que recalentaba la pizza.
-Ya volví- dirigió su vista hacía mi pero realmente no me miró. Las marcas moradas bajo sus ojos dejaban en claro el cansancio que venía arrastrando durante años.
-Hola Alex- no terminó la frase y ya tenía la vista en el aparato de nuevo.
Subo las escaleras hasta mi habitación, suelto mi mochila en la silla donde acumulo ropa a la vez que me arrojo a la cama y me siento relajada unos segundos. Si pudiera ya mismo me metería bajos las sabanas de mi cama y olvidaría que el mundo existe, pero papá me espera abajo. Junto la energía necesaria para moverme de nuevo y me pongo de pie. Juro que no sé si me pesa más el cuerpo o la cabeza, tantas emociones y pensamientos acumulados me están por explotar. No me doy cuenta cuando ya estoy sentada en la mesa jugando con la comida, solo imagino la escena donde me explota el cráneo y mis pensamientos salen volando.-Alex... Estas bien? No me estás escuchando- mi padre me saca de la imagen caótica y me mira serio. Rápidamente me pregunto que hice mal, en un primer instinto miro mi plato. Podría haber comido menos, no está tan mal.
-Esta todo bien con Tobías?
-A qué viene eso papá?- la pregunta sobre mi relación me toma por sorpresa
-Es que... vienes de verlo y estas distante- caigo en la cuenta de la mentira que le dije
-Sí, estuvimos juntos pero tengo unos exámenes pronto y solo pensaba en eso- También una nueva compañera pero no sé qué pensar de ella. Se parece a mamá por fuera pero por dentro es tan... distinta
-Está bien, no te molesto más-levanta su plato y lo deja en el fregadero. Lo veo arrastrar los pies hasta el sofá y hacer zapping.
Al volver a mi pieza quiero llamar a Tobi, me siento sola en casa y los pensamientos sobre Keila no me dejan en paz. Una caverna a oscuras bajo las sábanas me espera y no la hago esperar más. Mientras se va calentando mi cuerpo le escribo a Tobi.
A-Te puedo llamar? ✓✓
T-Dame 5 minutos ✓✓
La espera se me hace una eternidad, y los pensamientos me fluyen. Será verdad lo del padre de Keila? Se sentirá como yo? Bueno, no lo creo. Seguramente no fue su culpa... no como yo. Porque demora tanto Tobi? Probablemente no quiera hablarme en verdad.
T-listo ✓✓
Al segundo timbre me responde.-Hola preciosa- su voz es deliciosa, no podría cansarme de ella. Con solo oírla se me eriza la piel.
-Hola Sr T- a él le gusta que le haya puesto este apodo. Le da cierto poder y ambos sabemos que lo tiene, el ejerce un poder sobre mí.
-Como te fue con la nueva?
-Fue horrible-me muerdo el labio inferior intentando evitar que se escapen todas mis ideas.
-No te creo, se ve como alguien simpática
-Para ti todos son simpáticos-no puedo evitar rodar los ojos- pero escucha, no pudimos hacer la tarea y me echo la culpa a mí! Luego me obligó a hablar de mí y si no fuera poco creo que me dijo mentiras.
-Suena a una chica rebelde- su risa me llegaba a través del auricular pero yo la siento revolotear en mi pecho. Odio no poder enojarme con él.
-Puedes joderte. Esta chica tiene algo y no me cae bien. Además... no te lo he dicho antes pero...-en mi cabeza suenan las alertas para no decir esas palabras sin embargo las digo igual- se parece a mi madre.
Silencio. No sé si durante segundos, minutos u horas. El corazón me va a mil por saber su opinión, me muerdo tan fuerte el labio inferior que me lastimo sin sentirlo. Tengo el teléfono pegado al oído para escuchar bien hasta que finalmente habla.-Wow...
-Wow? Eso es todo?- esperaba mil reacciones distintas. Que estaba loca, exageraba, o en el mejor de los casos era cierto. Pero esto no era nada con que trabajar. Era como no hablarlo.
-Alex, no sé qué decirte. Sabes que no conocí muy bien a tu mamá y no entiendo cómo puede afectarte esto
-Diciendo "wow" no lo vas a descubrir- en este punto yo estoy sentada en la cama, con el tono de voz elevado.
Solo sentía su respiración del otro lado del auricular. Nada me duele más que su silencio, ese momento donde evitas decir todo lo que sientes porque después te arrepientes. En sus silencios me imagino todo lo que diría y me doy cuento que lo arruiné de nuevo.
-Perdón Tobi... no quise gritar. Me dejé llevar, lo siento- la opresión en el pecho es muy familiar en mí pero jamás deja de ser dolorosa.
-Está bien, mejor lo dejemos por hoy. Mañana tengo práctica
-De acuerdo. Hasta mañana
-Nos vemos- Y cuelga.
Me quedo con el teléfono en el oído varios minutos más. Sentada mirando mis piernas, todo alrededor carece de sentido. Mis sentidos se adormecen y es como estar flotando en la oscuridad, una oscuridad silenciosa sin nada. Vuelvo a la realidad con el calambre en el brazo, dejo mi móvil en la mesa de luz y me recuesto lentamente. Mientras las lágrimas brotan de alguna parte de mí, pierdo conciencia y aparezco en otra realidad.
Voy caminando por un sitio oscuro, siento la tierra en mis pies y veo árboles que me rodean. Estoy caminando con un sentimiento de curiosidad extraña. Una luz aparece a lo lejos, a medida que me acerco me doy cuenta que es una farola. Su luz me muestra otro lugar, ahora estoy sobre un puente y bajo él una oscuridad infinita. Camino lentamente hasta el borde para verla mejor y siento que entra a través de mis ojos y me ahoga. Me alejo con paso firme pero me detengo al ver una mujer. Esta parada en el borde, quiero decirle que se aleje pero no puedo hablar. Cuando trato de acercarme a ella se gira y me mira directo a los ojos, me dedica una sonrisa y se deja caer. A pesar de que mis oídos no lo escuchan siento salir de mí un grito atemorizado. No lo pienso dos veces y me arrojo tras ella, necesito ayudarla. En el momento que me alcanza la oscuridad siento un frío que me paraliza, pero no la puedo dejar sola. Uso todas mis fuerzas para llegar hasta ella. Su mirada sigue fija en mí y su sonrisa no pierde encanto. Estiro el brazo para alcanzarla y ella me imita. Cuando nos tomamos las manos tira de mi cuerpo hacia el suyo. No entiendo que pasa, todo ocurrió tan rápido que es vertiginoso y solo quiero salir de aquí. Trato de volver a la superficie pero ella aprieta su agarre. Tiene todo mi cuerpo tomado con sus brazos y piernas, no me deja ir. Pelear es inútil y voy perdiendo la consciencia. Finalmente la extraña mujer me dice al oído, no me dejes ir. Despierto en mi cama sudada, con la respiración agitada. Mi papá entra a mi habitación de repente.
-Qué pasó? Estás bien?- debo haber gritado cuando desperté aunque no estoy segura, intento respirar más lento.
-Solo fue una pesadilla, estoy bien papá- me mira asustado sin saber qué hacer. Así me ha mirado en el último año y he sido yo quien lo ha protegido.
-Ya estoy mejor papá, en serio. Vamos a dormir- le dedico una sonrisa forzada y me recuesto de nuevo.
-Puedes contar conmigo hija, siempre estaré a tu lado. Buenas noches- me da un beso en la coronilla y se va. Deja la puerta abierta y eso me hace sentir más insegura. Quisiera que se quede conmigo o me abrace como de niña, en vez de eso me quedo sola y asustada en mi cama. Cierro los ojos y solo puedo ver la mirada de la mujer de mi sueño. El sueño me vence y la escucho llamarme, Alex.
Usar el autobús para ir a la escuela es peor de lo normal. Todos van hablando con sus amigos, riendo o haciendo bromas. Yo... bueno yo voy sola y esto me recuerda todo lo que perdí y ya no soy.
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Lo que nos une
Dla nastolatkówTodos tenemos secretos y Alex cree que los suyos son demasiados para decirlos. Con la reciente muerte de su madre, un padre alcohólico y un novio que no la entiende se siente en el peor momento de su vida. Pronto conocerá a Keila y descubrirá que si...