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7 años después.

-Papá...-Dice la niña, de unos cinco años, sentada en la parte trasera del coche.

-Dime, cariño.

-¿A dónde vamos?

El chico, de unos treinta años, ríe mirando a la niña por el espejo.

-Ya te lo he dicho, peque, a casa de tu tío.

-¿A casa del tío Álvaro?-Pregunta emocionada.

-Claro, ¿o es que tienes más tíos?

La pequeña se queda pensativa unos instantes para luego negar enérgicamente con la cabeza.

-¿Y por qué vamos con él?

La niña no deja de hacer preguntas, que el chico responde con paciencia, ya que es normal que, con su edad, se entusiasme por saber todo sobre todo lo que pasa a su alrededor.

-Porque hoy por la noche voy a ir a ver a unos viejos amigos.

-Ah...-La niña vuelve a quedarse pensando y al instante encuentra una solución.-¿Y si me quedo con papá?

-No, peque, porque también son amigos suyos, así que va a venir conmigo.

La niña acaba por aceptar que no le queda otra opción que ir a casa de su tío. No es que no le apetezca, al contrario, lo pasa genial con Álvaro, pero le apetecía estar con sus padres.

Llegan a su destino y los dos bajan del coche. El chico llama al timbre y suben en ascensor hasta el cuarto piso, donde Álvaro les espera con la puerta abierta.

-¡Tito!-Grita la pequeña al verle y suelta la mano de su padre antes de salir corriendo a abrazarle.

Después de que el chico le de un abrazo, la niña entra corriendo al piso, dejando a los dos hermanos solos.

-Supongo que vendremos a por ella sobre las doce, tampoco creo que más tarde. Siento molestarte con esto, de verdad...

-Tete, tranquilo, ¡qué me vais a molestar! De no ser por vosotros yo estaría aquí muerto de aburrimiento. Es una niña muy buena, deja que se quede a dormir, lleváis mucho tiempo planeando esto, disfrutadlo y salid hasta tarde, aprovechad la poco juventud que os queda.-Bromea su hermano mayor.

El rubio, sonriendo, le da las gracias al otro y entra a despedirse de su hija. Después, sale del edificio y conduce hasta el portal de su propio edificio, donde hay un chico esperándole, que se sube al coche rápidamente cuando para frente a él.

-Hola, pequeñajo.-Dice el moreno que acaba de subir al coche.

El otro chico sonríe y le da un beso al moreno en los labios antes de seguir conduciendo hacia el restaurante donde van a cenar con sus antiguos amigos.

Ha pasado tanto tiempo desde entonces, cuando estaban tan unidos...

-¿Raoul? ¿Agoney?-Dice una chica rizosa, que dan por hecho que es Miriam por su marcado acento gallego, pero está muy cambiada a como ellos la recordaban de la última vez que se vieron.- Estáis guspísimos...

La chica se acerca y les da dos besos a cada uno, emocionada al verles ras tantos años.

-Mi leona...-Sonríe Agoney, casi llorando, al abrazarla.-Que grande estás...

-Joder, y tú también, amiga.

Amaia aparece correteando hacia Miriam, a la que da un beso en los labios antes de saludar a los chicos. Sigue tan joven y preciosa como siempre, con ese halo de inocencia a su alrededor, casi como si los años no pasaran para ella. Al poco también aparecen Ana y Mimi, que van hacia el grupo de la mano.