cαpítulσ 1

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La semana siguiente tampoco le va muy bien al canario, vuelve otra vez en taxi, solo, y aunque ha conocido a algún chico y se ha liado con un par de ellos, ninguno quería lo mismo que él, querían su número, verse otro día... y a él no le gusta atarse a nadie.

Vuelve a encerrarse, una semana más, en su cuarto, con música y un calentón que flipas, esperando a ver si, con suerte, Ricky llega solo también hoy y pueden repetir lo de la semana pasada.

Pero parece que la suerte tampoco está de su lado en este caso, y que al ruido de la puerta abriéndose y cerrándose le siguen unas llaves cayendo al suelo y risas en bajo ahogadas por besos.

Agoney resopla en bajo y cierra lla puerta, asegurándose de que Bambi no salga a molestar y se pone los auriculares para oir lo menos posible a los chicos que están en la habitación de al lado.

Pero la música no logra callar las imagenes que su mente crea del mallorquín haciéndole a otro chico cualquiera todo lo que a él le hacía hace una semana.

Al final acaba por dormirse y no se despierta hasta que al día siguiente alguien abre la puerta de su cuarto.

-Ricky, sabes que no me gusta que me despierte por las mañanas.-Susurra adormilado.

-Que soy yo, tonto.-Le contesta una voz femenina entre risas.

El chico tarda unos momentos en ubicar esa voz tan familiar, e incluso cuando la ubica, la única explicación que se le ocurre es que sigue dormido, porque es imposible que ella esté allí.

Se gira y abre los ojos, tratando de acostumbrarse a la oscuridad, y empieza a ver la silueta que está frente a él hasta que esta enciende la luz y un fogonazo ciega a Agoney unos momentos. Y luego por fin logra ver a la chica.

-¡Nerea!-Dice emocionado.-¿Cómo tú por aquí?

-Me he venido a vivir a Madrid.

-Genial.-Sonríe el canario.

-No, en verdad no. O sea, aún no, estoy buscando piso.-Expecifica la chica.-Venga, Ricky me ha ayudado a hacer tortitas para desayunar.

-¿Tortas?

-Tortitas.-Recalca Nerea, fulminándole con la mirada.

-Vale, vale, hetera...

La rubia ale del cuarto riendo y dejándole claro que le quiere vestido en la cocina en menos de diez minutos, y Nerea puede ser muy bonita y linda, pero el canario sabe muy bien que no le conviene enfadarla.

Y en cinco minutos está en la cocina.

-Lo siento,-Dice su compañero de piso con la boca llena.-es que tenían muy buena pinta.

-Que aproveche...-Sonríe Agoney.

-¿Estabas ayer en casa cuando yo llegué?

-Sí. ¿Por?

-Me pareció que estaba todo muy ordenado.

-Vine solo.

El silencio llena por completo el piso, donde Nerea y Ricky miran asombrados a su amigo. Hasta que, a los pocos instantes, el tenedor de Nerea chocando contra el suelo rompe el silencio.

-¿Y eso?-Pregunta, tratando de ser delicada, la chica.

-No sé, una mala noche.-Le quita importancia Agoney.

-¿Agoney teniendo una mala noche? Esto es serio.-Insiste ella.

-Una mala noche dos semanas seguidas.-Recalca Ricky.

-Entonces es muy serio.

-Ricky, cariño, igual mejor te callas, que creo que la noche de la semana pasada tampoco estuvo tan mal, ¿no?-Añade Agoney irónico.

вαиg вαиg. ѕнσт мє ∂σωи [#Ragoney]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora