XIII. muchacho de ojos eternos

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 and i love you, even if you don't.

Desde la calidez de su abrazo hasta la frialdad de sus dedos sobre su espalda; desde la suavidad de sus manos hasta la firmeza con la que lo tomaba; desde su cuerpo humano hasta la infinidad del alma, él lo amaba en cada contraste de su existencia.

No era siquiera un amor amistoso, ni romántico; se trataba de una adoración mucho más grande que todo lo que pudiese yacer en aquellas tierras.

Incluso aunque los ojos eternos no lo viesen con la misma intensidad con la que sus pupilas lo hacían, él, pobre individuo, respiraba alivio sólo por el hecho de vivir en el mismo tiempo que aquel muchacho de cabello castaño y piel delicada.

Mente incansableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora