-Grace-
Dos semanas.
Dos malditas semanas en las que tuve que fingir que Dylan jamás había existido, y en las cuales tuve que convencerme a mí misma que no debía flaquear, que no debía correr a buscarlo, porque después de todo ambos lo habíamos arruinado, y el ni siquiera había tenido el valor de buscarme. Era como si de pronto todo se hubiera tratado de un sueño, uno en el que ambos nos convertíamos en personas cercanas que ahora actuaban como desconocidos.
¡Y vaya que actuábamos bien!
Dylan ni siquiera se inmutaba cuando nos encontrábamos en los pasillos, ni siquiera parecía percatarse de mi existencia, y eso era incluso mas insultante. Me hacía cuestionarme sobre todo. Sobre si en algún momento le había importado aunque fuera un gramo. Y a esa pregunta solo le seguía un sarcástico ¡JA! Que ingenua eres Grace.
Así que decidí que torturarme de esa forma ya era demasiado y avancé hasta la cafetería para encontrarme con Natalie, quien me esperaba en compañía de Jeff.
Después de el incidente en mi departamento Jeff me había ayudado muchísimo. Habíamos pasado horas charlando, y en esas dos semanas me había dado cuenta de que el definitivamente no era el chico frívolo y arrogante que pensaba, era todo lo contrario. Era divertido sin ser cruel, era inteligente, siempre sabía que decir, y era muy amable, por no mencionar lo lindo que era. Me gustaba, era la clase de chico con el que toda mujer sueña, ese chico que puedes presentarle a tus padres y sabes que amarán.
Una vez que avancé hasta llegar frente a ellos, me senté y observé que Liam se había unido a nuestro grupo y asentí en su dirección a modo de saludo.
—Ya era hora de que llegaras —dijo Natalie en un resoplido.
—Estaba ocupada en algo —respondí, aunque eso no era del todo cierto. En realidad no quería estar rodeada de personas, deseaba mas que nada poder estar sola y hundirme en mi miseria sin ser vista.
—Sí, sí. Claro —rodó los ojos al cielo con aire aburrido—. Pasando a otro tema. Iremos esta noche al bar, ¿te nos unes?
—No creo, tengo cosas que hacer, tareas que terminar… —Por supuesto que todo se trataba de una mentira, pero traté de sonar convincente, incluso traté de poner cara de tristeza y decepción, como si me pesara el no poder asistir.
—Puedo ayudarte, así terminarías temprano y podrías ir —apostilló Jeff.
—No es necesario, de verdad. Iré en otra ocasión —prometí, dedicándole una sonrisa para que dieramos el tema por zanjado.
Observé a Jeff, quien parecía desilusionado y estaba dispuesto a rebatir, pero Natalie lo anticipó e intervino.
—De acuerdo, pero te perderás toda la diversión —agradecí internamente que lo entendiera y solté un suspiro dramático.
Y después de eso nadie dijo nada sobre el bar, todo se resumió a charlas en las que mi amiga y Liam debatieron sobre una cantidad de temas asombrosos, mientras que Jeff permaneció en silencio, dedicándome miradas cada que le fue posible.
Una vez que el timbre vibró, salimos de la cafetería, y fue justo en ese momento que el chico de cabello castaño se me acercó. Lucía cansado, como si no hubiese dormido durante toda la noche, y su cabello estaba mas alborotado que de costumbre. Jeff era una persona que destilaba energía y jovialidad, pero en esos momentos lucía como alguien completamente distinto.
—¿Podemos hablar? —Preguntó en un murmullo ronco y con aire misterioso.
—Claro —respondí, disimulando el hecho de que no comprendía para nada lo que estaba pasando.
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Evitando el amor
JugendliteraturEnsañado con el mundo y quiénes le rodean, Dylan se ha convertido en la sombra de lo que solía ser. Ya no es el chico bueno y amable, ahora es peligroso y violento, dispuesto a destruir todo a su paso.