La semana pasó demasiado lenta, con el sargento Shin poniéndoles todo tipo de pruebas físicas, cada vez más cansadas y complicadas. Jimin estaba muy pendiente de Taehyung, al cual le costaba realizarlas, aunque le pusiera mucho empeño. El chico no paraba de repetirle que lo que más quería era ser como él, pasando a ser no solamente su mejor amigo, sino también su modelo a seguir.
Jimin comenzó a cogerle cariño como a un verdadero hermano. Por muy poco tiempo que hubiera pasado, estar allí solos los había mantenido muy unidos. Y no solo eso, también las noches que se pasaban en vela, hablando sobre su vida antes de que estallara la guerra.
- ¿Puedo preguntarte algo, Tae?.- Así quería que le llamara él.
- Sí que puedes. Además me cuesta dormir mucho desde que llegué, tengo la sensación de que el mundo se va a desmoronar mientras estoy dormido.
- Te entiendo perfectamente y eso es raro.- Bromeó Jimin girándose hacia su lado izquierdo de la cama, mientras los demás dormían profundamente en las otras literas.- ¿Tienes alguien fuera esperándote?
Taehyung se giró también para hablarle cara a cara, ya que dormía en la cama baja de la litera al lado de la suya. Tenía los ojos rojos y pequeñas heridas en la cara.
- No, nadie me espera. No me alisté para honrar a mi familia, ni a la nación. Me alisté porque estoy solo, nadie esperará mi regreso y, si muero, nadie tendrá que llorarme.
Sus palabras le dolieron más que todos los arañazos y cortes que tenía en el cuerpo. Se inclinó un poco más, sacando medio cuerpo fuera del colchón y poniendo su mano encima del hombro de Taehyung, para reconfortarle.
- No digas eso, Tae, no dejaré que mueras. Te prometo que no me separaré de tu lado en la guerra, ahora eres de mi familia.
Los ojos de su amigo se iluminaron y la tristeza desapareció de ellos. Una sonrisa alegró su rostro.
- Somos hermanos de distintos apellidos, Jimin. ¿Y tú tienes a alguien fuera?
- Mi madre y mi hermana pequeña me despidieron antes de que entrara aquí. Mi padre murió en la guerra no hace mucho.
- Estoy seguro de que está orgulloso de ti, eres el mejor de todos nosotros con diferencia y el más joven, así que quédate tranquilo. Por cierto,- cerró la boca en una línea larga y fina y rodó sus ojos hacia arriba, parecía un gracioso y pícaro personaje de anime- dejando de hablar de cosas tristes, ¿tienes alguna chica esperándote fuera, eh, eh?
Le comenzó a golpear jugando mientras se reía, intentando que Jimin confesase.
- ¡Tae, para! Vamos a despertar a todo el mundo.- Rió al unísono con él cuando un hombre les mandó a callar a la otra punta de la habitación.- No, no tengo a ninguna chica esperándome.
- No me lo creo ni un poco, tienes pinta de ser un rompecorazones en Busan. Seguro que todas iban detrás de ti. Lo cierto es que yo tampoco tengo ninguna chica, aunque eso cambiará una vez terminemos con esta guerra.
Le vio sonreír satisfecho recostando su cabeza sobre las manos y cerrando los ojos, vencido por el sueño. Jimin también trató de dormir pero tenía unas ganas tremendas de ir al baño y salió de puntillas de la habitación, tratando de no despertar a nadie.
Al salir de los baños escuchó unas voces en el pasillo contiguo al que estaba y se escondió en la esquina, esperando que no le vieran. Si le pillaban saliendo a esas horas del dormitorio le caería una buena bronca.
Los pasos se acercaron más a él y de repente pararon, eran dos hombres conversando, uno de ellos, el sargento Shin.
- Sí, como dices son cuatro hombres de las fuerzas especiales los que vienen mañana.- Jimin puso los ojos en blanco. El sargento no paraba de hablar de ellos en cuanto tenía la oportunidad.- Uno de ellos es el hijo del teniente Min, ya sabes quién es. Dicen que es el que dirige las misiones, un chico de gran potencial, como su padre. Un honor poder tenerlo aquí, sin duda.
- ¿El hijo del teniente Min? Sí que he oído hablar mucho de él. Me alegro de que venga,- le respondió el otro sargento- ¿sabe que mató a más de cuatrocientos hombres en una batalla del Norte?
- ¡Vaya! ¡Increíble! Con soldados como él seguro que ganaremos la guerra.
Una vez las voces pasaron de largo, Jimin se apartó de la pared y regresó al dormitorio. De repente sentía muchas ganas de que amaneciera, para poder ver si esos hombres eran tan grandiosos como los describía.
No les quería quitar mérito ni mucho menos, pero estaba más que harto de tanto escuchar sobre ellos a todas horas.
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Bulletproof • Yoonmin •
FanfictionUna terrible guerra se desata entre Corea del Sud y Corea del Norte. Se requiere la presencia de todos los soldados en el campo de batalla. Min Yoongi está luchando en las fuerzas especiales por proteger al país de la invasión norcoreana. Park Jimin...