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Al abrirse las puertas de la sala de visitas vio una pequeña multitud entrar, algunos con pequeñas cajas de regalo entre las manos, caminando hacia ellos como si de un campamento de niños se tratase. Les daban la pequeña esperanza de que sus padres les recogerían para volver a casa y se despedirían de los demás amigos que hubiesen hecho para no volver, al final del verano. Pero lo cierto era que estaban atrapados y jamás volverían a salir, muchos a su alrededor, incluso él mismo, puede que nunca volvieran a ver su casa, a sus amigos, su familia, que permanecía de pie entre la gente, buscándole.

Pudo ver la pequeña cabeza de su hermana alzarse al ponerse de puntillas sobre sus pies. Consiguió ver dónde estaba y le saludó con una enorme sonrisa, corriendo hacia él. Tan solo había pasado un mes y medio y la notaba diferente. Un poco más alta, ahora tenía el pelo largo y dorado por el sol.

Se abrazó a él, seguido de su madre, que le había traído una cajita envuelta con papel de regalo, llena de comida. Jimin se tuvo que agachar para alcanzar con sus brazos la espalda de la mujer.

Miró a su alrededor buscando a alguien, pero Yoongi no estaba entre las personas, era el único que faltaba.

El sargento Shin anunció a los presentes que podían enseñar las instalaciones a los familiares, comportándose más formal de lo normal.

Jimin se rió por lo bajo de su falsedad y llevó a su familia a dar una vuelta. Les enseñó el campo de entrenamiento, donde les explicó cómo eran las pruebas, cuando el sargento se entrometió para hablar con su madre sobre él y felicitarle por tener un hijo tan competente. Menuda broma.

Al final se la llevó a mostrarle el piso de arriba y les dejó a su hermana y a él solos.

Jimin suspiró poniendo los ojos en blanco y Dahyun se rió de él, tras pedirle que le enseñara más cosas. Él la cogió del cuello cariñosamente, con ella quejándose.

Iba a enseñarle el comedor, sin mucho interés, cuando pasaron por las duchas y vio al grupo de Minho y sus amigos parloteando sobre lo ridículo que era el día de las visitas.

Cogió la mano de su hermana y pasó corriendo por el pasillo antes de que le dijeran algo o pudiesen verla, hasta llegar al comedor. Allí, por suerte, no había nadie.

- Así que aquí es donde coméis, ¿eh? Qué grande es todo esto...

- No toques las bandejas, Dahyun.

- Oh, qué aburrido. ¡Enséñame los dormitorios!

- De eso nada, a saber cómo están de desordenados y si hay ropa interior por ahí...

- Park Jimin eres tan-

En ese momento las puertas se abrieron de par en par, con Taehyung atravesándolas a todo correr y cerrándolas tras de sí. No supo que estaban ahí hasta que giró la cabeza hacia ellos y paró de correr en seco.

Se quedó con la boca abierta al ver a la chica que le sonreía amablemente detrás de su amigo, observándola por un par de largos segundos sin decir ni una palabra. Estaba hipnotizado por la figura de la chica, sus ojos marrones y su largo pelo, de gran belleza.

- Hola.- Le dijo extendiendo una mano hacia ella, poniendo una voz un tono más grave que la que tenía de normal.- Soy Kim Taehyung, el amigo de Jimin, tú debes de ser su novia.

- En realidad soy su hermana, Park Dahyun.

Taehyung no le quitó la vista ni un momento, excepto al dirigirse a Jimin cuando aporrearon fuertemente las puertas del comedor, gritando su nombre.

- Ah, y estamos en problemas. Es Minho, me ha seguido hasta aquí.

- ¡Tae! ¿Por qué no lo has dicho antes? Es por lo que dijimos, ¿verdad?.- Jimin se pasó una mano por el rostro, frustrado.- Vale, Dahyun, necesito que nos hagas un favor.- Se dirigió a su hermana, que estaba escondida a sus espaldas.- Tienes que hacerte pasar por la novia de Taehyung, será solo por unos segundos.

- ¡¿Qué?!.- Dijeron ambos a la vez, mirándose sonrojados.

- Jimin, eso es un poco...

- Dahyun, has hecho cosas peores.

- ¿Y tú qué, Jimin?

- Yo abriré la puerta, Tae. No importa.

Su amigo, no muy convencido todavía, se acercó un poco a la chica sonriéndole incómodo, pasándose una mano por el cuello. No sabía muy bien cómo actuar y dejó entre ellos una respetable distancia de dos metros.

Jimin abrió la puerta para encontrarse de cara con un Minho muy enfadado e ignorado por Taehyung, que observó la escena como si no lo creyera, parpadeando muy rápido.

Dahyun había cogido el brazo de Tae y se lo había pasado alrededor de la cintura, acercándolo a ella. El chico estaba con la mandíbula caída, alucinando tanto como Minho. La miraba agachando la cabeza, ya que era más alto que ella.

- ¿Y tú quién eres? Oh, ¿eres amigo de Tae? Preséntame, ¿no?

- Esto... tú... eres mi... novia.

Dahyun sonrió por un segundo, perdiendo su papel serio. Encontraba al amigo de su hermano gracioso, además de muy guapo. Parecía que todavía no se acababa de creer lo que estaba sucediendo.

- Yo...- Minho carraspeó y se enderezó.- será mejor que me vaya.

- Y no vuelvas.- Le espetó Jimin, casi escupiéndole, provocando una mirada de odio por parte del otro. Después se giró hacia ellos y les apartó, pasando por el medio.- Que corra el aire.

- ¿Era una clase de apuesta con vuestros amigos? Porque si es así, Park Jimin...

- Te devolveré el favor. Ahora vayamos a encontrar a mamá antes de que os tengáis que marchar.

- Jimin, espera, ¿puedo ir con vosotros?

Había olvidado completamente que su amigo le había contado que no tenía familia, por lo que nadie había ido a visitarle.

- Claro que puedes, Tae.- Se le adelantó a decir su hermana, cogiéndole de la mano, provocando una gran sonrisa de agradecimiento en su amigo.- ¡Vamos, Jimin, no te quedes atrás!

Éste se colocó en medio de los dos con mirada asesina, rompiendo la barrera que formaban sus manos juntas. Tenía el ceño fruncido por las confianzas que se tomaba su hermana pequeña, y la regañó mientras caminaban por el pasillo, Jimin de brazos cruzados.

- Para ti, Kim Taehyung.

Bulletproof • Yoonmin •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora