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Los meses pasaron despacio hasta que el invierno llegó y la pequeña granja, que ahora pertenecía a Daehyun y a Taehyung, se tiñó de blanco por la nieve.

Su hijo nació el 19 de diciembre y aquel pequeño trajo un trozo de felicidad en la vida de Jimin, con la cuadrada sonrisa de su padre y los ojos grandes de su madre.

Decidió comprarse un piso en la ciudad, pero no muy lejos de la granja, con la esperanza de encontrar un trabajo que no odiara demasiado, acabó en una oficina. Los días laborales le mantuvieron explotado las veinticuatro horas del día, lo cual agradecía porque llegaba a casa demasiado cansado como para pensar en Yoongi. Y así, un día cualquiera dejó de pensar en él, la guerra y su largo viaje, que había acabado en aquel enano piso barato. Pero no necesitaba más, no para él solo.

El veinticinco de diciembre, mientras se estaba preparando para visitar a su familia en la granja, alguien llamó a la puerta insistentemente. Tuvo que dejar de hacerse el nudo de la corbata para mirar por la mirilla. Era su amigo Minho. Jimin pensó que le habría visitado para felicitarle las navidades, pero Minho se encontraba ahí por una razón muy diferente. De hecho, cuando le invitó a pasar, no parecía muy feliz.

Se sentó en el sofá con la cara entre las manos y Jimin se preocupó al verle así. ¿Acaso necesitaba dinero, un hogar donde quedarse por unos días...?

- Minho, ¿qué pasa? Me estás asustando...

- ¿Todavía tienes la foto?

- ¿Qué foto?

- La de Min Yoongi, ¿la tienes?

Jimin buscó en los cajones del aparador donde la había guardado hacía unos meses atrás, dejando que cogiera polvo para olvidar sus recuerdos dolorosos. Nunca se atrevió a tirarla. Se la entregó sin entender qué era lo que quería ver en ella. Minho la miró por unos largos segundos sin decir ni una palabra. Jimin ya se estaba impacientando cuando pasaron los minutos, hasta que se dio cuenta de que unas lágrimas le recorrían el rostro. Jimin se sentó a su lado y le pasó una mano por la espalda, tratando de calmarle. Él también le echaba de menos.

- Jimin, él es... era... Yoongi era mi hermano.

La noticia dejó al chico con la boca abierta y los ojos engrandecidos de la sorpresa. No supo cómo reaccionar.

- ¿Recuerdas que te conté cómo fue mi infancia, al creer que íbamos a morir?.- Se enjuagó las lágrimas y señaló al niño más mayor de la foto.- Éste soy yo.

- Eso es imposible, Yoongi en persona me dijo que solo tenía un padre. Ni hermanos ni hermanas. Ni madre, lo recuerdo.

- Eso es lo que te dijo, y yo también lo creía así. Solo que yo estaba solo, él siguió en contacto con nuestro padre pese a todo. Te contaré.

<< Después de que nuestros padres nos abandonaran, en el orfanato, lo último que supe de él fue por una pelea que tuvimos acerca de las drogas, así acabamos nuestra relación. Al cumplir la mayoría de edad, cada uno se marchó por su lado. Yoongi logró encontrar a nuestro padre, el general Min, que se enteró de que él era gay como nuestra madre y lo mandó al servicio militar para redimirlo. Cargarle todo el odio que guardaba contra nuestra madre. >>

<< Él nunca supo por qué le odiaba tanto y siempre quiso demostrarle que era el mejor, por eso se hizo de las fuerzas especiales. Después incluso de enterarse de que el "desviado comportamiento" de su hijo no se había curado con ser militar, le envió a una misión con los demás. A una peligrosa. >>

<< Pero ya conocías a Yoongi, él volvió sano y salvo y en secreto al campamento base, donde planeaba huir contigo, pero padre le pilló y no dejó que volvieras a verlo. Le mandó de vuelta con otra misión, pero esa vez a él solo, sin Jaehyung y los otros. >>

- ¿Cómo sabes todo eso?

Jimin se llevó una mano al corazón, sin saber si era capaz de vivir sabiendo que Yoongi iba a planear su huida aquella noche en el campamento. De hecho se lo dijo, que le iba a sacar de allí cuando le mantenían encerrado en la tienda. Entonces se dio cuenta de que todo fue real, no fue su fantasma lo que vio, Yoongi estuvo en carne y hueso a su lado.

- Mi padre me lo contó todo, arrepentido por lo que hizo. Quería arreglarlo conmigo, imagínate. Pero tranquilo, le hice pagar por todo. O, al menos, me quedé más tranquilo después de pegarle en la cara. Aunque sé que eso no solucionará nada.

- Gracias, Minho, por contármelo. Puedes quedarte con la foto, al fin y al cabo, es tuya ahora.

Minho le abrazó con la foto todavía en sus manos. A Jimin le temblaban las suyas, por lo que no se movió ni un milímetro, aunque se lo agradeció.

También se acordó del reloj de su muñeca, que se quitó para entregárselo, pero su amigo se negó rotundamente, diciendo que Yoongi hubiera querido que tuviera su objeto más preciado.

Jimin se lo agradeció de nuevo y lo acompañó hasta la puerta. Se despidió y la cerró de un golpe.

Al ir hacia la habitación para acabar de prepararse se tropezó con sus propios pies y se cayó de un golpe al suelo. Allí su mirada se dirigió al reloj que llevaba entre las manos.

El cristal se había roto pero las manecillas seguían funcionando como si nada hubiera pasado.

Igual que él.

Roto por dentro, se levantó de nuevo con dificultad para seguir funcionando, continuar viviendo su vida.

Bulletproof • Yoonmin •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora