Capítulo Trece. Final.

894 93 96
                                    

Él también me extrañó.

Sonreí internamente.

No quise volver a insistir sobre lo que había sucedido, ya que él evadía el tema. Así que traté de hablarle de un concierto que se daría pronto.

Él comentaba sobre algo, pero no podía prestarle atención. Estaba viéndolo porque había extrañado hacerlo, sus ojos de un bello color azul, sus labios, sus mejillas tenían un leve color rosa, su pequeña nariz, sus cejas, sus pecas.

Sus sensuales pecas.

Tenía que decirle. Ya no soportaba guardarlo solo para mí. Tenía que hacerlo. Lo pensé por unos segundos y decidí que lo haría.

Sólo esperaba no arrepentirme.

—Me gustas —solté con un tono suave.

Otto dejó de hablar para mirarme sin decir nada.

Di algo, por favor.

Dejé de respirar cuando una sonrisa se formó en su pecoso rostro, una bella sonrisa, una que no había visto.

—Eres hermosa, Lena —Tomó un mechón de mi cabello y se acercó a mi rostro. Muy cerca.

Sentí sus cálidos labios sobre mi mejilla y me quedé estática. Se separó, pero permaneció cerca.

—Me gustas.

Cuando esas palabras salieron de su boca me fue inevitable sonreír.

Otto pecoso descansó su cabeza sobre mi hombro. Luego de un tiempo se durmió, se veía adorable durmiendo.

Su mano estaba fría, con suavidad la tomé para juntarla con la mía y transmitirle calor.

Fue el mejor momento que compartimos en el autobús.

Otto pecoso.

Jamás volvió a subirse al autobús.

Jamás lo volví a ver.



Fin.



Gracias por haber llegado hasta acá. Espero que te haya gustado la historia, así como el final xD Puedes pasarte por mis otras historias si gustas, bueno... Creo que es todo :)

Kell.

Encuentros pecosos |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora