Capítulo 5

9 1 0
                                    


¿Casualidad o destino? Parte 2

Mis brazos se sienten fríos, no lo noto hasta que la cálida textura de algo me cobija. Me siento entre una nube esponjosa, la verdad no recordaba estar tan cómoda en mi cama pero es tan reconfortante que hasta es delicioso estirarse. Espera ¿tengo una almohada esponjosa? Abro los ojos y unos ojos ambarinos me observan curiosa, la criatura peluda se aparta ante mi tacto ajeno y se va de mi vista, dudo ante la posibilidad de haber dejado la ventana abierta y trato de incorporarme, pero algo me congela.

Un tacto.

Algo que me rodea.

Y un chico durmiendo a escasos centímetros a mi lado.

De repente el aire en el espacio parece haber desaparecido y las paredes se distorsionan a mí alrededor para dar paso a una habitación que para nada es la mía. El contacto es de piel contra piel, sin ninguna tela de por medio entre su brazo y mi vientre, ahogo un grito cuando veo mis pechos descubiertos ¿Acaso él y yo...? ¡Oh santa madre! La opresión en mi pecho hace a mi pobre corazón latir de pánico, golpes que hacen a mi caja torácica un hueco. Me estremezco ante esa posibilidad y lágrimas gruesas corren por mis mejillas.

Matt.

¡Maldita sea! ¿Cómo pude hacer esto?

No es hasta que otro movimiento ajeno me hace saltar de la cama, horrorizada, tapo mis desnudos pechos y me dejo caer contra la pared. Sollozo inevitablemente y escondo mi cabeza en el hueco de mis piernas, no quiero ver más a ese sujeto, no puedo soportar mirarle a los ojos sin ver la cálida mirada de Matt aparece cada vez escupiéndome lo que he hecho.

***

Me incorporo y la veo hecha un ovillo en el suelo, no tengo ni cinco segundos despiertos y ya he hecho llorar a una chica. Genial, a estas alturas no sé si es mejor preguntar qué le pasa o dejarla ahogarse en su llanto. Venga hombre, debe haber algo mejor que hacer pero jodidamente no sé qué hacer y el sonido de los sollozos solo hace que mi desesperación crezca. Carraspeo poniéndome a su alta y unos ojos celestes me miran a través de un velo húmedo, la tristeza en esos faros me desconcierta ¿tan malo puede llegar a ser esta situación?

***

-Hey... ¿sabes dónde estás?

Tardo unos segundos en responder.

-N-no. - el nudo de mi garganta hace que mi voz salga ahogada.

Asiente con algo de duda y mira la ventana antes de volverse hacia mí de nuevo, no sé muy bien que es lo que ha pasado entre nosotros pero ahora mismo parece el hombre más incómodo y desesperado que he visto, sus dedos tamborilean en el suelo y no deja de pasarse la mano por el cuello.

Carraspea - ¿Recuerdas como llegaste aquí?

Niego incapaz de articular palabra.

Se levanta y talla su cara, me mira con una mescla de lastima y duda, se pasea por toda la habitación cual animal enjaulado. El silencio me resulta más desesperante que sus escasas preguntas y pronto me encuentro buscando mi ropa, pero no está en la habitación. La culpa no podía ser peor en estos momentos. Vuelvo con el extraño que me observa con demasiado detalle para mi gusto y el hecho de solo tener bragas no ayuda mucho, solo me encojo en mi lugar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 20, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Arráncame la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora