~ New York et souvenirs ~

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••Marinette••

Un frio día...nublado y gris era el que reinaba en New York, miré a través de la ventanilla del taxi que me transportaba a mi hotel y concentré mi mente en todo lo que había a mi alrededor...el estilo de vida de las personas, diversos locales repletos de gente que buscaba disfrutar de un rato con amigos. Suspiré un poco y varios recuerdos de mi adolescencia no se hicieron esperar, sonreí melancólica. Aunque no hayan pasados tantos años sentía que mi vida dio un giro drástico, mi fama generada gracias a mi total esfuerzo, mis reconocimientos...

Recordé cuando me escapaba de casa como mi alter ego, saltaba de tejado en tejado sintiendo y disfrutando la brisa de medianoche que habían en esas noches. Recordé las charlas extensas con el chico de apariencia gatuna, hablábamos y bromeábamos...no me preocupaba de nada, mis estudios y bueno mi entonces vida sentimental.

Chat...no sabes lo que te extraño...

Suspiré y sentí una cálida sensación en mi mejilla, era Tikki, quien cariñosa se aferraba a mi mejilla simulando un pequeño abrazo. Sonriente la sostuve entre mis finas manos y la observé.

  Ella al escuchar la voz del conductor volvió a su escondite, en efecto, el conductor me anunció nuestra llegada al hotel, agradeciéndole en mi perfecto Inglés aprendido en la Universidad baje del auto y me encaminé a la Entrada del hotel donde de inmediato me ayudaron con mi equipaje mientras reclamaba mi habitación ya reservada días anteriores.

- Ah, Srta. Dupaing la esperábamos ansiosos, es un honor tenerla aquí...esperamos que disfrute de su estadía –Dijo la mujer de no tan avanzada edad, ofrecí mi falsa sonrisa sincera colocándome mis lentes oscuros no tenía demasiadas ganas de hablar con nadie, inesperadamente mi estado de animo había cambiado al llegar a la ciudad...una melancolía se había establecido en mi pecho, tal vez este cansada.

- Muchas gracias... -Apenas se me oyó, tome la tarjeta que serviría como llave de la habitación, me dirigí al último piso en donde estaban las Suites del hotel. Llegué a la puerta señalada en la tarjetita y abrí encontrándome con una Habitación...como decirlo...¿amplia y gigante?...

Esta Suite era casi como una casa, disponía de dos pisos. En la planta baja estaba una gran cocina con una bella isla en su centro, un recibidor bastante lindo y la sala de estar que disponía de sillones que a la vista se veían costosos, la TV era bastante grande era de última generación a mi parecer, un balcón con una excelente vista de la ciudad la cual agradecía esto. Pero, indudablemente lo que llamó mi atención fue el bello piano de cola negro, mis ojos brillaron al visualizar dicho objeto. Cuando me fui a Alemania a estudiar en la Universidad había aprendido a tocar tan maravilloso instrumento, no me había costado para nada.

Tomé largas clases y con disciplina aprendí, también pasa con la Esgrima. Tomé largas clases y aprendí con perfección el deporte. Siempre en mis clases la imagen de un rubio adolescente me venía a la mente, un recuerdo dulce.

- Lindo, ¿no? –Mencioné con una sonrisa dejando que Tikki salga y vea la linda Habitación...Además de grande era acogedora y sabía que a Tikki le encantaban  los espacios acogedores.

- Si, aunque es un poco grande para nosotras –Dijo la pequeña Tikki y sonreí caminando a la cocina.

- Recuerda que solo serán unos días...luego iremos a Paris -.

La evidente emoción de mi Kwami demostraba lo ansiosa que se sentía al regresar a París después de un largo tiempo. Subimos a la Habitación principal que tenía un gran ventanal con una hermosa vista de New York. Miré la cama y me lancé sobre ella Agotada.

º--ADRIEN--º

Terminada mi jornada laboral en Gabriel's me dirigí a casa en mi auto, estaba agotado, ser el Gerente de Gabriel's y tener la mitad de la empresa a mi nombre era estresante todo el peso que sientes en los hombros. Detuve poco a poco mi auto observando fastidiado lo congestionado que estaba el transito a esas horas de la tarde, para distraerme encendí la radio y escuche una que otra noticia...ninguna llamaba mi atención hasta que...

"la llegada de la famosa diseñadora Marinette Dupaing-Cheng a New York ha emocionado a sus fans y seguidores, se estima que estará solo unos días en esta grandiosa ciudad"

Sonreí al escuchar eso...¿Quién lo diría?...mi amiga de la adolescencia, ahora Famosa diseñadora...si, Marinette era una mujer hermosa, con un cuerpo irresistible, esas hermosas lagunas que tenía de ojos hacían que me imaginara centenares de fantasías con la ahora diseñadora, fantasías en algunas ocasiones pecaminosas...pero en su mayoría la imaginaba como mi compañera, mi amiga y novia...mientras más maduraba me fui dando cuenta de los inquebrantables sentimientos que mi corazón aún albergaba hacia Mari.

Apagué la radio y saqué mi celular para volver a adentrarme en Instagram y volver a entrar al perfil de la chica, mirando cada una de sus fotos...

Carajo, parezco un maldito acosador...pero es tan...hermosa...tierna e...irresistible...

Di "like" a una de sus fotos y sonreí al verla con un gatito...fijando sus azulados orbes en el minino, observé que aún tenía esas adorables pecas las cuales se notaban más que antes, sus cachetitos carmesís...

Mari...no sabes lo que te extraño...

Nosotros nos hicimos mucho más cercanos al punto de hacernos mejores amigos...sabíamos todo el uno del otro, en mi caso excepto mi identidad secreta.

Incluso, cuando Adrien no estaba con ella estaba Chat Noir...me había vuelto muy cercano a ella con mis dos formas...y supongo que ella de mi...todas las noches Chat iba y se quedaba hablando hasta altas horas de la noche. A veces sentía la necesidad de cuidarla y mantenerla en mis brazos, más aún cuando me comentó que se iría a estudiar a Alemania, algo que sin dudas me dejó destrozado.

Saliendo de mis pensamientos visualicé que las calles se despejaban y retorné mi solitario regreso a casa.

Peeero antes, pasé por casa de los Dupaing-Cheng a comprar unas cuantas galletas, Tom se había vuelto el mejor panadero de la ciudad junto con su esposa Sabine. La llegar al local aparqué cerca y me adentré al local en donde la madre de Mari me dio un enorme abrazo.

- Adrien, que alegría verte por aquí –Sonreí ante la cariñosa acción de Sabine correspondiendo su acogedor abrazo, esa mujer era un rayito de sol, para mi...mi segunda madre- ¿Vienes por tus galletas? –preguntó con semblante divertido una vez separada del abrazo.

- Así es Sra. Dupaing, ya sabe que no comería ninguna otra galleta que no fuera de ustedes –Y hablaba muy enserio...

Ella rió levemente y asintió levemente- ¿sabes que tienes en común con Marinette? –Al escuchar su nombre me sonrojé levemente- A ustedes dos siempre les gustó las mismas cosas...incluso los mismos manjares –Me miró sonriente entregándome un gran paquete de galletas recién horneadas- ¿Puedo preguntarte algo, Adrien? –tomó mi mano de forma maternal.

- Sabe que sí –Sonreí

- ¿Te gusta Mari?... –me miró sonriente y yo me atragante con mi propia saliva- perdón por lo atrevida e inesperada de la pregunta...

Mierda, ¿tan obvio soy?...

- Y-yo... -Me sonroje, maldición Adrien eres un puto hombre no un marica, actúa como tal- Si...yo...no solo me gusta, creo que La Amo, siempre lo hice en realidad...pero creo que por ahora es imposible –la miré con un mueca de sinceridad, dios que vergüenza...

Ella sonrió alegremente y me abrazó- Descuida, Ella no esta tan lejos...vale la pena intentarlo ahora, ¿no?...no cometas el mismo error que ambos cometieron en su adolescencia... -Palmeó mi hombro

...¿auch?...aunque es verdad...esta señora es igual a Mari...lo adoro....

Luego de una pequeña charla me retiré dejándole mis saludos al Sr. Tom, me dirigí a mi auto para ir a casa y luego ya veré que hago...

Después de unos estúpidos 35 minutos llegué a casa y subí a mi costoso departamento con la bolsa de galletas, las dejé en la cocina y me fui a duchar ignorando a Plagg quien estaba molesto de no haber encontrado su queso apestoso.

- ¡Adrien Maximiliano de las Flores Agreste! ¡¿dónde está mi preciado queso?! –Reí levemente a la forma en que Plagg me llamó, bufé- ¿buscaste en el Refri? –Dije desde el baño desvistiéndome, no escuché más quejas así que supuse que Plagg ya lo había encontrado, entré a la tranquilidad de mi tina caliente y suspiré para encender un cigarro con cuidado de no empaparlo y...

esa chica...me traía loco...

- Hola De Nuevo, Marinette...- ᵃᵈʳⁱⁿᵉᵗᵗᵉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora