LA NIÑA FANTASMA(chile)

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En el año 2002, a una familia del barrio Recoleta le ocurrió un suceso que alteró para siempre sus vidas.
La familia estaba constituida por el matrimonio y dos hijos, un varón de 19 años y una niña de 11.
Desde que llegaron a residir en la casa, el joven comenzó a percibir la presencia de una niña pequeña que a veces lo observaba desde una esquina de su habitación.

Esto provocó que este joven comenzara a deprimirse, porque en principio no se atrevió a contar estos hechos a sus padres, temiendo haber perdido la razón.

La madre, funcionaria de un hospital santiaguino, se encontraba muy preocupada por los cambios en la personalidad de su hijo, quien ya no dormía y comenzaba a despreocuparse de sus estudios universitarios.

Un día el joven, no soportando más convivir con sus visones, le relató a su madre lo que acontecía diciéndole que veía personas que ya estaban muertas.

Cuando la madre debía cumplir con turnos largos en el hospital, este joven pasaba desde la Universidad a buscarla para luego ir juntos a casa, en esas oportunidades él solía ver a personas que los demás no percibían.

Muy grande fue la preocupación de esta familia y conociendo que una persona cercana tenía conocimientos de asuntos paranormales, por medio de una amiga mutua se contactó, buscando ayuda para su hijo.

Esta persona, concertó una reunión en el mismo hospital, ya que ella en ese entonces dirigía al Conjunto Folclórico del hospital, el cual funcionaba en la antigua Maternidad, que tiene una larga historia de aparecidos.
Durante esta cita, el joven le relató que esta niña no solo era visible, sino que interactuaba con él sacando los objetos que él dejaba en su velador y cambiando por las noches sus libros de lugar. La persona le hizo ver que lo que le estaba ocurriendo era algo natural, que forma parte de la evolución del ser humano, que se debía a un despertar de nuevas funciones cerebrales y que él no estaba solo ya que en la actualidad existían muchas personas con ese don, de ver personas que se encuentran fallecidas y que debía acostrumbrarse a convivir con ello, de lo contrario su vida dejaría de ser normal y enfermaría.

Pasó algún tiempo y las noticias de este joven hacían ver que ya todo estaba bajo control, hasta que un día ocurrió algo espeluznante.

Una tarde en que se encontraba solo en casa, recibió la visita de su novia.
Cuando ella llegó, el joven se encontraba durmiendo en su habitación del segundo piso, la joven subió las escaleras y al momento de ingresar al dormitorio se acercó a saludarle, en ese momento la cama comenzó a sacudirse violentamente, empujando a la joven hacia atrás con violencia.
Ella aterrada por lo que estaba ocurriendo trataba en vano de subir a la cama para socorrer a su novio, de pronto pudo ver con estupor cómo el joven comenzaba a elevarse en el aire, como si manos invisibles lo levantaran, para luego dejarlo caer.

Los jóvenes llenos de pavor salieron apresuradamente de la casa y esperaron a los padres en la puerta de calle, hasta que ellos regresaron.

Después de lo acontecido, este joven comenzó a ocupar otra habitación.
La familia completa fue testigo de cómo el televisor y el equipo de música se encendían solos aún sin estar enchufados. Igualmente podían observar cómo una especie de nube negra se desplazaba por la casa en forma reiterada.
Ante estos sucesos, nuevamente contactaron a la persona que anteriormente había aconsejado al joven hijo de esta familia.
Se concertó el día y la hora en que la casa debería ser rescatada de estas entidades.
El día anterior la señora concurrió a Misa y cumplió con el sacramento de la confesión y la comunión, preparándose toda la noche en oración para la batalla que debía ocurrir.

Al día siguiente, antes de dirigirse a la casa, concurrió a
Misa en la Catedral de Santiago junto a la madre del joven y a la amiga que había en común.
Luego se dirigieron a la casa en donde la familia debió ausentarse para llevar a efecto la ceremonia.

La casa era de esas antiguas, a las cuales se ingresaba por un largo pasillo en donde habían varias viviendas que eran arrendadas a otros inquilinos. La que correspondía a la familia afectada estaba situada en el fondo, separada de las demás por un pequeño patio.

Al llegar a ella, pudieron constatar que el perro, mascota de la familia, estaba afuera y se negaba a entrar a la casa
aullando y gimiendo en forma constante.
Ingresaron las mujeres y la señora que debía practicar el ritual le pidió a la dueña de casa y a la amiga que
permanecieran en el comedor y también les pidió que orasen en todo momento sin levantar la vista y que además no debían comentar con nadie lo que allí ocurriese.

La señora comenzó encomendándose al arcángel Miguel para su protección en la batalla que iba a realizarse.
Mientras esto ocurría, la señora sintió de pronto una presencia a sus espaldas y volviendo la cara pudo observara
una pequeña niña que a su vez la miraba atentamente desde la
puerta de una de las habitaciones del primer piso.
La niña tendría alrededor de 6 o 7 años, rubia de cabello liso y estaba vestida con un largo vestido de un colores claros.
Entonces la señora que llevaba entre sus pertenencias un libro de oraciones, comenzó a recitar la liturgia de difuntos para ayudar a la niña a entrar en la luz, pero pudo ver cómo la amiga de la dueña de casa, amiga común, volvió la vista hacia el lugar en donde la señora estaba mirando a la niña, desobedeciendo así las instrucciones dadas.

Luego de concluida la primera ceremonia de transición de la pequeña, se aprontó a continuar con la limpieza de la casa.
Tomó en sus manos agua bendecida y una cruz, procediendo a recorrer todo el primer piso, habitación por habitación sintiendo cómo se le erizaba la piel cada vez que el nombre de la Santísima Trinidad era invocada y cómo una fuerza sobrenatural parecía querer detener sus pasos, cambiando la temperatura del lugar, sofocándola y provocándole fuerte dolor de cabeza.
Esta batalla debió ser suspendida un instante, ya que la señora tuvo que descansar.
Luego, procedió a subir al segundo piso.

Allí la presencia era más fuerte sobre todo cuando ingresó a la habitación del joven, puesto que en ese lugar sintió que la fuerza impedía su entrada como si algo espeso en el aire la empujase hacia fuera. A pesar de todo logró ingresar y completar el ritual.

Luego de casi tres horas de lucha constante, la casa pareció respirar, algo había cambiado, el dolor de cabeza desapareció, fue como si todo se iluminara. Allí la señora pudo sentir que la batalla había sido ganada y bajó al primer piso donde se encontraban las otras dos mujeres.
Sin más le indicó a la dueña de casa que hiciera ingresar a la mascota, quien también había dejado de aullar.
No bien abrió la puerta de acceso, el perro se precipitó hacia el interior, feliz, moviendo su rabo, y subió las escaleras recorriendo en alegre carrera todo el lugar.

Ya comenzaba a obscurecer cuando la señora y su amiga procedían a marcharse, no sin antes preguntarle a la dueña de casa sobre quiénes eran las personas que habitaban las otras viviendas, enterándose así que eran trabajadores del Cementerio General.

La explicación que la señora dio a los hechos acontecidos fue que era muy probable que viviendo tan cerca del citado cementerio, el portal que en esa casa estaba abierto por la presencia de la niña, había atraído a la entidad buscando quizá poder traspasar hacia la luz, por medio de la inocente pequeña.

La señora regresó a su casa y la intensa batalla provocó que durante varios días durmiera agotada.
La amistad que tenía con la mujer que hizo el contacto con la dueña de la casa, se rompió cuando pareció de pronto sentir un odio inexplicable por la señora con quien tenía una gran amistad.

Tal vez en esa casa algo le ocurrió, tal vez por haber desobedecido al momento de levantar la vista, nunca lo
sabremos, el caso es que ya nunca más volvió a ser la misma...

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