Me quité los auriculares y se me formó una sonrisa de oreja a oreja. Era Bryan, Bryan Misco. Bryan, Bryan Misco me ha hablado. La sonrisa de los chicos es algo que siempre me había 'flipado' más de ellos, es algo alegre y muy erótico. Dependiendo también de la sonrisa se ve cuando alguien esta mal, esta triste o simplemente es una sonrisa forzada que hace lo posible por ver la tuya aparecer. Y luego está la otra parte de la sonrisa, la que sale sin avisar, la que muestra mucho antes que tus ojos, la que sientes que se te va a romper la mandíbula de tanto sonreír.
- Gracias, a veces me gusta escucharla.
-De nada. Por cierto. ¿Estás bien? Digo, digo por el rebote que has pillado con la ventana.
-Eh. Oh, sí, sí. Gracias. -Contesté nerviosa.
No si con los golpes que me he llevado hasta ahora pues ya no siento nada, tengo cabeza de piedra ya. Pensé.
Me di la vuelta volviendo a apoyar mi cabeza en la ventana, esta vez poniendo mi mano debajo, me puse los cascos y "Hero". Esa canción siempre me emociona, es genial, me completa, es alucinante. Cerré los ojos.
-¡Hey sonrisitas despierta!
-¿Qué quieres?
-Vale, vale, no me muerdas.
-Ah, perdona Misco, tengo mal despertar.
-No hace falta que lo jures. Me acabo de dar cuenta sí.
Me puse el otro auricular para no escuchar todo el alboroto mañanero que hay por mi instituto. Cogí la mochila y bajé del autobús.
-Perdona. ¿Me dejas el mechero?
-Toma. Por cierto. ¿Por qué me has llamado "sonrisitas"? Que mote mas ortero.
-Deberías verte mientras duermes. Sonr-digo-Deyla. -Se rió entre dientes.
-Pues guardate tus palabras para otras Misco. -Alcé una ceja para intentar parecer enfadada. Aunque mi sonrisa me delataba demasiado.
Me encendí mi último cigarro mientras observaba como Misco se iba a donde sus amigos. Es uno de los pocos chavales que tiene sonrisa bonita, del instituto. Porque por ahí hay muchos más tíos y más majos. No como él, un engreído total.
Debería llamarse Bryan El Engreído. Pensé. O Bryan El Sonrisa Flipante. Cambié de opinión al verle sonreír otra vez.
Mis amigas se acercaban a mi y yo aún seguía a Misco con la mirada. María chasqueo los dedos un par de veces porque la hacia el vacío. Finalmente me pellizcó y así captó plenamente mi atención.
-¡Auch! Eso duele que lo sepas.
-No me digas. ¿Qué haces mirando a BM?
-¿BM?
-Bryan, Bryan Misco. Bryan El Engreído, El Sonrisa Bonita.
-Vale. Sí, sí, te he entendido callate ya. Oye, ¿y si nos vamos a desayunar? Que a mi no me ha dado tiempo, y total, a primera nos toca hora libre.
-Vale bien.
-Eh. Misco. ¿Os venís a desayunar?
-¿Pero que haces invitando a estos Deyla? ¿Estás loca?- Susurra Maria.
-Callate tía, que no tenemos coche. -Le contesté susrrando.
-Pero si él tampoco.
-Ya, pero su amigo el 'friki' sí.
-¿Desayunar?- Pregunta el destapando su reloj de la mano izquierda y observa la hora.
Menudo friki. Que deje de hablar porque yo le he preguntado al Mr. Engreído.
-Si no queréis pues nada. Hasta luego. -Dije con tono de enfadada.
-Estás loca si crees que voy a decir que no.
Me doy la media vuelta y sonrío de lado. Chico listo eres Misco, chico listo. Pensé.
-Bien pues venga vamos. ¿Tenéis el coche?
-Sí muñeca, ahí está aparcado, vamos cariño.
-Vuelve a hablarme así y serán tus últimas palabras.
-Deyla, Christian sólo estaba bromeando. -Le salta en ayuda Misco a Christian.
-Yo creo que no tiene por qué tener esa confianza conmigo Misco. Mira iros vosotros a desayunar yo paso.
Me di la media vuelta poniéndome los auriculares. "Can't be tamed" sonando, me relajaba. Fui a una cafetería yo sola, pedí un café, un par de napolitanas y un vaso con trozos de piña. Siempre voy a adorar el Starbucks. Me voy a poner fina filipina. El mundo esta lleno de chicos guapos, y están donde no tienen que estar. Éste estaba sirviéndome el café ahora mismo. Me pregunto qué sabor tendrán sus labios mientras me pasa un trozo de piña tal que el juego del hielo. Frío seguro, además del sabor a piña fijo que tiene otro sabor en sus labios. Ay madre mía...
Me doy cuenta rápidamente de que estoy soñando despierta e intento volver al mundo real.
-Madre mía no hago más que soñar despierta. -Digo en voz baja.
-¿Perdona decías algo?
-No. ¿Cuánto es?
-Invita la casa.
-Gracias..
-Luck, Luck Dansen.
Lo decía jodidamente perfecto. Entonando cada letra. Haciendo que sonara hasta interesante.
-Genial. Pues gracias Dansen.
-Hasta luego, sonrisitas.
No creo que lo haya dicho...
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Duffnes. Antonela illes.
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I'm not like the rest .(Pausada).
Genç Kurgu-¿Qué ruido es ese? Giré la cabeza para preguntárselo. -¿Cuál ruido? Me preguntó mientras bajaba lentamente hacia mi, más bien dicho, hacia mi boca, mis labios.