Puedo describir esa habitación perfectamente. Cada rincón, cada objeto. El aroma, la sensación de estar atrapada allí. Y especialmente la aterradora obscuridad que me rodeaba.
Lo único que me mantenía viva eran mis memorias y recuerdos falsos que iba creando en mi mente. Creaba comida cuando se olvidaban de alimentarme, imaginaba luz en la obscura habitación, aveces creaba amigos que me hablaban y me alentaban a seguir. Eran reales para mi, por qué aparecían en frente mío, podía tocarlos y sentirlos, estos tenían forma, peso y volumen e incluso olor. Eran tan reales que hasta podía destruirlos.
La verdad es que nadie te dice que eres extraña hasta que te encierran aquí.
La gente nos llama inmundos. Estamos contaminados, somos extraños y no pertenecemos a este lugar. Recuerdo la extraña sensación de ser observada y aún recuerdo sus voces. Oh si, las recuerdo perfectamente.
"No te acerques demasiado príncipe Harry, — unos pasos al otro lado de la puerta y la dulce voz de una mujer. — la muerte los rodea a ellos, para vivir o sentirse vivos matan. No les importan los demás"
Aveces me creo esas palabras y me convenzo a mi misma que no es verdad.
Hace quince años nos atraparon aquí y nos dieron un nombre. Nos apartaron del mundo para luego quitarnos de él.
Nunca sabré la fecha en el qué pasó, son más recuerdos, yo corriendo por un largo pasillo subiendo las gradas, dos a la izquierda y uno a la derecha y luego recto. Retratos por las paredes y fuego en todas partes, líneas, dibujos y palabras talladas en la esquina. Me veo a mi tocándolas y reconozco un nombre en medio de otros dos.
Lucas Claes
Harry Claes
Aarón R.Ese día mis amigos murieron, los demás tal vez escaparon usando sus habilidades y dones y otros como yo, solo nos quedamos observando. Viendo como todo se quemaba, escuchando gritos y lloriqueos en todas las direcciones.
Una mano en mi brazo me despertó y me regreso a la realidad, tenía que correr, escapar y rápido. Era una joven de la casa, estaba arrastrándose por el suelo y su mano estaba con cortes y tenía heridas por las piernas. Nunca la ví pero me la imaginé con la misma voz detrás de la puerta. Una rabia subió dentro de mi y aparte su mano de un tirón.
—No pueden irse monstruos — gritó y trató de tomarme del pie, pero la detuve dando dos pasos atrás. Era una niña en aquel entonces, era pequeña y aún así sentía que ya había pasado por muchas injusticias en esta vida.
Recuerdo que me agaché y me abrasé las rodillas quedando a la altura de ella, nuestros rostros se miraron Y ella se quedó sin palabras cuando mis ojos se clavaron en los de ella.
Le hice ver lo peor de mi vida, lo que me hicieron. Mi mente entro en acción.
—No creo que sea justo — dije con mi voz dulce y delgada sin dejar de mirarla, cada minuto iba mostrando horribles expresiones en su cara, quería que viera y no solo eso, que sintiera que era ser considerado inmundo.
—¿Ya lo entiendes? — me levante lentamente y poco a poco ella iba saliendo del shock. Una sola palabra salió de su boca.
¡ MONSTRUO !
La gente nunca lo comprenderá. Que se siente vivir así.
El dolor, la rabia y el miedo me consumieron.
La miré fijamente otra vez y ella empezó a retorcerse en el suelo. Yo no la toqué en ningún momento, solo la miraba. En su mente creía que no tenía aire, que no sabía respirar. O eso fue lo que le hice creer.
Su cara cambió de color y hacia ruidos extraños mientras seguía retorciéndose en el suelo. Cada segundo me le quede mirando y mi rostro no cambió de expresión hasta que dejo de moverse.
Caí al suelo sentada mientras mis manos temblaban. Sentí como una energía pasaba por todo mi cuerpo y me sanaba, me daba fuerzas, y me hizo sentir viva, una adrenalina única y adictiva que quería seguir probando. Levante mis manos y las miré y no había sangre en ellas, no le había echo nada. Pero allí estaba ella en el suelo.
Estaba muerta.
Esa fue la primera vez que había matado a alguien.
Lo qué pasó después no lo puedo explicar. Un pequeño recuerdo se insertó en mi memoria, un resumen de su vida, las imágenes pasaban tan rápido que apenas las veía y se detenía de repente mostrando un fondo negro.
Y uno totalmente diferente aparecía. Uno en donde yo era la protagonista.
Era joven delgada y alta, mi cabello estaba corto, y enmarañado.
Sentía el frío de la noche, podía ver como se formaba un vapor tras mi respiración. Mis ojos se cerraban poco a poco y luego NADA!
Se detuvo, las imágenes de detuvieron.
"No, no! Quiero... quiero ver más" pasó por mi cabeza y me levante del suelo, y miré por última vez a la mujer del suelo.
Me arrepiento de mis decisiones, era una niña con rencor. Pienso que esa noche estaba fuera de mi, y que la avaricia y deseo de esa sensación me consumió.
Esa noche maté a todos los que quedaban en ese lugar, los conociera o no, y como pensé, más imágenes venían a mi mente. Primero recuerdos de los recién muertos y luego yo.
Tenía el cuadro completo.
•••
Mi respiración era cada vez más irregular, y me temblaba cada parte de mi cuerpo.Dibuje líneas que fueron formando palabras en la nieve.
Me concentré y Baje mi vista hacia mi abdomen y lo presioné con mi mano, y vi como la sangre se derramaba en esta, el dolor que sentía era real, y a pesar de saber eran solo imágenes en mi cabeza, el dolor lo sentía claramente.
Pasos a lo lejos empezaron a escucharse y yo me estremecí del miedo, no quise mirar pero escuche su voz.
—Ya no puedes esconderte, llego la hora de pelear.
•••
No quise saber más.
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El Día Después De Mañana
FantasyEleanor sabe como va a morir. A pesar de eso, decide enfrentarse a un ultimo viaje y acabar de una vez su historia con un trágico final. En un mundo de príncipes y coronas ocultos viven niños malditos con dones y habilidades especiales. Eleanor tien...