9 Años después
—Quiero que cierres los ojos, y cuando los abras me digas lo que vez.
Eleanor estaba sentada en medio de la sala junto con una pequeña niña. Ella cumplía siete años hoy, parecía emocionada y no dejaba de dar saltitos a su lado, se tapaba sus ojos con sus dos manos diciendo a cada segundo
"¿Ya puedo mirar? Por favor dime que ya, ¿ya puedo? —Empezó a abrir los dedos para ver a ocultas—Ah, ah —Eleanor se cruzo de brazos sonriendo — Sin trampas ¿recuerdas?
La pequeña niña empezó a hacer pucheros, pero obedeció. Emocionada no dejaba de decir "Ya , Ya? Ahora?"
—No aún falta— dijo dibujando una sonrisa que se fue desvaneciendo poco a poco. Pero se le quedó mirando un rato más. No estaba esperando nada en particular, no tenía nada en las manos y ninguna sorpresa para ella.
Lo cierto es que la habitación estaba casi vacía. Liliana, la pequeña niña, tenía una familia pero está no se encontraba en casa. No lo hacía desde hace semanas.
Su única hermana llamada Rose estaba a cargo de ella. Esa mañana le había pedido a su amiga Eleanor cuidarla mientras ella conseguía algo para Lili en el pueblo.
—Se me cansan los brazos— replicó Lili recordándole su presencia.
Dando un último vistazo por fin respondió
—Bien, ya puedes abrir los ojos.La oscura habitación pareció tomar luz, habían cartas envueltas en un lazo a un lado, flores rodeando cada objeto de la habitación como las mesas, las sillas, y la entrada de la puerta como también las ventanas. Gemas de varios colores brillaban dándole a la habitación un tono mágico.
Sus pequeños ojitos observando cada extremo del lugar con la boca abierta. De un salto Lili se paró y empezó a reír y correr al rededor de la habitación más feliz que nunca tocando cada cosa.
—Feliz cumpleaños —dijo Eleanor aún sentada en el suelo, en frente de ella estaba un regalo muy grande envuelto con lindos colores.
—No!!! — dijo Lili mostrando más asombro. De un salto corrió hacia ella y se arrodilló en frente del regalo y de Eleanor.
—¿Es para mi? — se apuntó con sus delgados dedos. Sonriendo y tocando la gran caja.—No veo a otra Lili aquí, ¿no? Vamos ábrelo. —le animó y ella solo la miró riendo y abrió la caja.
Varias mariposas de todos los colores salieron de esta. Algunas que incluso Lili nunca antes había visto. Eran tantas que todas estas llenaron el techo de la habitación y volaban casi mostrando un baile.
Asombrada Lili extendió la mano y una mariposa de color azul brillante se le posó en su mano.
—¿Te gusta?
—Más que eso, ¡me encanta! Es realmente hermoso. ¿Como lo hiciste? No! Espera... Sabes que ¡¡Gracias!!Sus palabras me llegaron al corazón, un sentimiento puro e inocente y de autentica felicidad. Me hizo pensar "¿Me abre sentido así alguna vez?"
Todo era demasiado hermoso. Eleanor creaba mundos en su cabeza y en las de los demás. Mundos tan reales que incluso ella aveces no podía distinguir cuál era la realidad.
Las personas con este tipo de habilidad suelen volverse locas mientras más usan sus poderes. Así que Eleanor procuraba no usarlos demasiado.
Sus risas llenaban la habitación, y por un momento todo era Felicidad. Lili empezó a bailar dando vueltas. Vasto que Eleanor pestañeara por más de dos segundos para ver la verdadera realidad.
Otra vez estaban allí, en el viejo cuarto, oscuro y sin ningún regalo y motivo para festejar. Pero Lili seguí allí bailando y diciendo miles de gracias , incapaz de ver la realidad que Eleanor en su mente dibujó.
•••
Rosé llego con las manos llenas de ricas tortas que había comprado . Ella era una chica linda con el cabello corto y de un tono oscuro de piel. Su flequillo resaltaba sus lindos rasgos como sus ojos y sus mejillas.
Era un año mayor que Eleanor, cumpliría los 17 años dentro de cuatro meses, pero su rostro aparentaba menos, cualquier chico que la mirase le ponían quince años e incluso catorce.
Se conocían desde los siete años de edad, solo tres meses después del incidente. Habían pasado tantas cosas, y al final termino allí, alado de una familia humilde que la aceptó sin hacer preguntas.
Eso era lo que más me gustaba de ellos, no hacían preguntas. Poco a poco fui descubriendo cosas de ellos y lo primero que comprendí fue que una de sus hijas, Rose, no era tonta. Desde que llegue siempre pregunto el por qué de las cosas, y yo no pude ocultárselo por mucho tiempo.
—Gracias por hacer lo que hiciste hoy con Liliana. No se que vio pero parecía que de verdad era feliz. — dijo y empezó a poner las tortas en la mesa de la cocina, Lili mientras tanto estaba durmiendo arriba, al parecer tanta emoción la agotó luego de un rato.
—No tienes que agradecer nada— me encogí de hombros, y mi voz sonó cansada. Por alguna razón, me sentía mal cada vez que usaba mis poderes en alguien más. Me traía malos recuerdos.
Me senté en la mesa y observé cómo Rose preparaba todo para la cena. Mis brazos estaban cruzados sobre la mesa.
— Se está hablando mucho acerca de eso sabes. —Rose puso su típica sonrisa y se apoyó sobre el asiento
—Yo no se nada.— Oculte mi rostro entre mis brazos. Sin interés. Pero ella se acercó por detrás y se sentó a mi lado.—Acerca de la futura prometida del príncipe Louis, por favor Eli! No te hagas la que no sabes. — levante mi rostro y la miré, estaba atardeciendo afuera y un ligero viento anunciaba que pronto llegaría el invierno.
Era imposible no enterarse de la búsqueda de la nueva esposa para el futuro Rey. Todas las señoritas del pueblo hablaban de eso. Por mi mente ya pasaban las ocultas intenciones de Rose así que Pensé cuidadosamente mis palabras y concluí que mejor sería no decir nada.
— Solo imagínatelo, — se paro de golpe y empezó a girar imaginándose a ella con un gran vestido — si podemos entrar en el castillo, o incluso si alguna de las dos logramos participar podríamos estar tan cerca del Príncipe.
Como dije antes, durante toda mi estadía aquí descubrí cosas acerca de Rose. Y de entre todas ellas, esta fue la que más me impactó.
—Tan cerca del príncipe, y como es obvio, a la vez tan cerca de la corona, sus joyas!! — su voz cambió y se veía excitada— tienen tanto que no se darían cuenta si desaparece algo. Por dios Eleanor ¿¡és que no lo ves!? — me miro y me tomo por los brazos— ¡ESA CORONA TIENE QUE SER NUESTRA!
Rosé era una ladrona
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El Día Después De Mañana
FantasyEleanor sabe como va a morir. A pesar de eso, decide enfrentarse a un ultimo viaje y acabar de una vez su historia con un trágico final. En un mundo de príncipes y coronas ocultos viven niños malditos con dones y habilidades especiales. Eleanor tien...