El Cuaderno De Rosé

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En ese mismo momento en la vieja casa se encontraba Rosé planificando según ella su perfecto plan. No se le pasaba ningún detalle. Ella Tenía un viejo anuario que había robado de una biblioteca en el que anotaba cada movimiento que haría.

Era una mezcla de todo, lo usaba como diario, aveces anotaba las compras del día y cuánto dinero gastaba a diario. Sin embargo si ponías el cuaderno de cabeza y hojeabas las últimas páginas, encontrabas nombres de personas a las que ya había robados y a las que robaría de aquí a un tiempo.

Ese cuaderno guardaba secretos, tenía un capítulo solo dedicado a hablar sobre Eleanor. Era una investigación desde el momento en el que la conoció. Contenía sus debilidades, gustos, suposiciones acerca de sus poderes y más.

Aunque al principio la consideraba una amenaza para sus escapadas, con tiempo Eleanor demostró ser confiable. Ambas se hacían favores.

El sol salía por el horizonte y un acogedor calor cubría el interior de la casa. Eleanor no estaba en casa y eso ya lo había comprobado Rosé. No era raro para ella saber que no estaba en su habitación. Años atrás descubrió que si Eleanor usaba sus poderes, ese mismo día se privaba de estar en casa.

Tenía varias suposiciones acerca del porqué, "La muerte los rodea" pensó una noche en la que Eleanor desapareció, mientras escribía de ella. Nunca se preguntó si era cierto y no planeaba preguntárselo pronto. Esas preguntas celaban tensión entre ellas.

Si pensara que cada vez que Eleanor desaparece estaría supuestamente matando a alguien, eso no la haría sentir más tranquila.

Lo más lógico fue confiar en ella. Incluso si llegara a conocer todo de ella, siempre habrían cosas nuevas que descubrir. Eleanor era una caja de sorpresas a la que solo le habían visto por fuera. Lo de adentro seguía siendo un misterio.

Rosé podía soportar todos los misterios, pero había alguien que no.

La puerta de la habitación se abrió lentamente mostrando detrás de ella Una pequeña niña preocupada.

—Eleanor no esta aquí —

Rosé se llevó las manos a la cabeza cansada y pensó en una excusa para su hermana. Cerró su cuaderno y se levantó de su cama caminando hacia ella.

—La mandé a comprar algo para desayunar, ya sabes —se encogió de hombros sonriendo nerviosa.

—Todavía no sale el sol— replicó Lili molesta cruzando sus brazos.
— Ya madura Lili!!—alzó la voz Rosé —apuesto que se aburrió de ti y se fue, al menos eso era lo que me decía —mintió iniciando una discusión—

Mientras se debían de todo Lili se acercó y tomó su cuaderno. Corrió hacia la sala con el en las manos, Rosé la siguió por detrás casi diciendo maldiciones.

Ya abajo ambas hermanas Jaén se jaloneaban el cuaderno de un lado a otro. Rosé tenía ventaja por su tamaño y edad pero Lili no se rendía.

La puerta principal se escuchó desde la sala, y tras escucharlo Lili soltó el cuaderno dejando caer a Rosé sentada en el suelo.
—Eleanor! Debe ser ella. — dijo animosa mirando a su hermana, dio un salto por encima de las piernas de ella y corrió hacia la puerta. 

Se llevó una sorpresa al ver que Eleanor no estaba sola. Un intruso estaba a su lado. Un chico alto y viejo a la vista de la pequeña Lili.

Fue gracioso al principio, parecía que se hubiera detenido el tiempo, nadie dijo palabras, Lili primero miraba a Eleanor y luego al Chico, y así una y otra vez tratando de asimilar todo.

Sin decir nada salió corriendo de allí hacia su hermana.

—Rosé!! Rosé ¡¡Atraparon a Eleanor!! La tiene un chico feo y alto en la sala. —¿Qué? — respondió y se levantó del suelo con la libreta en mano. Lili la siguió escondida en su detrás.

•••

Mientras Eleanor le contaba todo acerca de Kislev sentada sobre su cama. Kislev solo caminaba en la habitación tocando cualquier cosa que se le diera la gana.

La pequeña Lili lo seguía por detrás vigilándolo, aún no confiaba mucho en el. Estaba amaneciendo afuera y el viento frío entraba por la ventana.

—¿Qué opinas? —respondió Eleanor, a la Rosé cruzada de brazos pensando.

Una sonrisa se le dibujó en el rostro y mostró su típica mirada avariciosa.
—¡Es perfecto ! —Dijo, mirándolo —Es lo que necesitamos, mira — tomó su cuaderno y busco la página donde escribía su nuevo plan. Páginas y páginas con diferentes planes y dibujos antiguos. ¿Cuántos más había realizado sola sin que ella se diera cuenta?

—Estuve pensando sobre cómo entrar y salir fácilmente de esa mansión sin que nadie sospechara de nosotras. —continuo hablando y Eleanor trató de leer rápidamente la misma página .

—No entiendo,
—Que? —la interrumpió Rosé
—Enserio , eso no es típico de ti — la miro extrañada de sus últimas palabras.
—No, es tu letra, — respondió tranquila apuntando con su mano toda la plana. Y luego sonrió mostrando entusiasmo.—Si vamos a hacerlo hagámoslo bien.

Eso es lo que hacía siempre, interesarse en las cosas de Rosé. Aunque no les gustaran realmente o pensara que eran correctas. Ver el brillo en sus ojos cuando hablaba mostraba que realmente era algo importante para ella. Y Eleanor no quería borrar eso.

La miraba a sus ojos cuando hablaba, reía y sonreía ante sus locas ideas, y hasta daba sus opiniones y ayudaba unas cuantas veces.

Se interesaba por ella y su hermanita Lili, desde que vio a la Eleanor de ese día, la de sus pesadillas en el espejo y el el reflejo del agua, dos años atrás, quería darles algo bueno que recordar.

Algo que mostrará que ella no era como lo que la gente hablaba por las calles, o como los cuentos que inventaban de lo sucedido ese día.

—Disculpen, ¿hacer que cosa Exactamente.? —interrumpió Kislev con Lili sujetando una de sus piernas. Mientras molesta decía"No, no puedes escuchar"

Eleanor y Rosé se miraron por un segundo, horas antes Eleanor ya había pensado que decirle a Kislev para convencerlo que Rosé era una buena compañera y acerca de las locas ideas que tenía de vez en cuando. Antes de que pudiera decir algo Rosé se adelantó diciendo:
— Vamos a por la corona del futuro rey de Helia, se levantó de un salto y empezó a girar alrededor de Kislev mirándolo de arriba a abajo. —Y tú vienes con nosotras.

—¿Qué ? Yo no voy a ningún lado. Y menos Adar, ella se queda. — replicó pero al parecer Rosé no le presto atención. Seguía hablando en voz alta mostrando su cuaderno a Kislev. Lili aún sujeta a él cantaba una canción inventada por ella diciendo "nos vamos de viaje, nos vamos de viaje"

Eleanor se encontraba sobre la cama con las piernas cruzadas observando todo lo que pasaba. Por un momento sintió algo cálido en su interior, luego de la llegada de Kislev luego, al fin se sintió parte de una familia.

El Día Después De MañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora