El lugar no quedaba muy lejos como pensaba Eleanor. Mientras caminaba iba grabando esas imágenes en su mente para recrearlo más tarde. Sabia que más que le serviría en el futuro si algo iba mal en sus planes.
Allí habían grandes árboles que parecían llegar al cielo. El sonido de la capital y de los típicos comerciantes se perdían con el aire haciendo el ambiente más tranquilo, y solitario.
Eleanor no se llevo muchas cosas ese día. Sabia que en tierra extranjera no se debía llamar la atención. Así que solo llevo una bolsa con un mapa,su brújula y una linterna. Tenía puesto un abrigo que le cubría hasta las rodillas como la cabeza. No necesitaba más.
Había mucho revuelo en la capital debido a la nueva selección organizada por el Rey. Faltaban pocos días, ya existía una lista con el nombre de las candidatas, la mayoría de ellas reconocidas por nacer en grandes familias.
Pero habían dos nombres que no llamaban la atención en absoluto, la gente tenía sus favoritos y los apoyaban incluso antes de ese día. Pero aquellos dos nombres nadie los conocían , nadie sabía quién eran y de donde provenían. Y pronto sería tres los nombres que encajarían con esa descripción. Dentro de unos tres días el nombre de Eleanor brillaría al final de aquella lista.
La luna estaba en su punto más alto cuando llegó a ver el castillo a lo lejos. Estaba cerca de mar, cierta parte del castillo parecía tocar las aguas cuando la marea subía. Nadie parecía acercarse a esa zona Del Mar. Habían grandes rocas donde las olas se estrellaban con fuerza y No tenía playa o un lugar seguro para caminar.
—¿Debería acercarme más? — el sonido de unas ramas crujiendo hicieron que Eleanor girara en su mismo lugar de inmediato. No traía ninguna arma encima, pero aún así tocó su bolsillo derecho. Pensaba que no la necesitaba armas para su pequeña expedición. Tenía su mente, podía hacer que los demás no la viesen si se esforzaba un poco.
Era su último recurso usar sus dones sobre alguien más, era algo molesto y le traía problemas. Era fácil usarlos en una mente que conocía muy bien como la suya, pero manipular la mente de los demás era complicado. Cada cual es diferente. Mientras más adulto y grande la persona, más difícil sería para ella.
Ya era muy tarde para que alguien caminara por el bosque. La luna estaba en su punto más alto y se encontraba muy alejada de la capital o del pueblo más cercano.
"Algo no se siente bien" pensó y guardó sus cosas. Eleanor caminó alerta a cualquier sonido como el anterior. Sus pies iban pisando ramas y hojas secas.
No muy lejos encontró una fogata recién apagada. Alguien había estado allí no hace mucho, tal vez hasta esté cerca.
Hay una serie de cosas que alguien puede hacer en esta situación. La primera, alejarse lo más rápido posible de ese lugar y esconderse en un lugar seguro. Y la segunda, quedarse y revisar cada cosa del lugar para tratar imaginar a qué oponente uno se enfrenta.
No es que hubieran muchas cosas de valor alrededor de la fogata, pero los ojos de Eleanor brillaban ante uno en especial. Una brillante gema atada a una cadena se encontraba sobre de una bolsa nueva y de calidad. Alguien con un estatus social como el de ella no podría tenerla.
La curiosidad ganó y ella se agachó para tomar ese objeto.
Igual como la gema hecha por Kislev, esta tenía vida propia, dentro de ella brillaban otros colores que se movían a otro ritmo o mostraban un baile diferente que el de ella.
Su mente trabajaba rápidamente buscando la respuestas a sus preguntas. Solamente las personas con dones podían hacer ese tipo de contrato. Si ese fuera el caso, ¿quien era? Y ¿Qué tipo de poder tendría el o ella ?
Sin darse cuenta Eleanor elimino todos los sonidos de su alrededor para pensar. Quizás por eso no se dio cuanta que alguien estaba al frente de ella. Eleanor extendió sus manos para tomar la cadena hasta que noto el par de zapatos centímetros de la gema.
Fue como si una explosión de sonidos cayera sobre ella, y la regresara a la realidad. Alzó su cabeza lentamente y ahí enfrente de ella se encontraba un joven con algunos rizos en su cabello. No era muy alto como lo era Kislev. Pero sus ojos mostraban una seguridad como autoridad.
Este le apuntaba con un arma de fuego, y no mostraba ninguna duda al hacerlo. Todo parecía irreal hasta que se escuchó el sonido del arma lista para disparar. Lo mejor que se le ocurrió a Eleanor fue sonreír nerviosa.
Ya sabía que hacer. Miro directo a sus ojos buscando la puerta hacia su mente pero no estaba. No encontraba ninguna entrada y como resultado no podía hacerle nada.
—Dime tu nombre y qué haces aquí —dijo firme y serio sin bajar la cabeza. No dejo de apuntarla con su arma.
Su voz trajo pequeñas memorias en la mente de Eleanor. Ya había escuchado esa voz antes pero no recordaba donde. Una corriente le atravesó la espalda al escucharlo.
Lo más sabio fue no hacer movimientos bruscos, no quería terminar con un agujero en el cuerpo por una estupidez. Levantó ambas manos lentamente, viendo la gema por última vez se levantó hasta quedar de pie. Ambos tenían el mismo tamaño. Eleanor se quedó callada un poco más antes de responder.
— ¿Qué robaste? —el chico miro en dirección de la bolsa colgando por el hombro de Eleanor. —Quiero que saques todo lo qué hay allí adentro.
Eleanor pensó en posibles escapes,
Correr no estaba en sus planes, él tenía mejor condición física, no le ganaría en una carrera nunca y pelear no era una opción.—No soy una ladrona, — dijo Eleanor suavemente, mientras bajaba su bolso y se lo extendía hacia él para que lo tomase. Al hablar pareció notar que el chico tuvo la misma sensación que ella, esa extraña corriente qué pasa por tu cuerpo por solo unos segundos.
Bajando su arma, tomó el bolso y lo vació poniéndolo de cabeza. Solo dos cosas salieron, un mapa y una brújula.
—Aún no me distes tu nombre, y que hacías a estas horas por el bosque.
Tenía que tener mucho cuidado con lo que decía. Información como esa no se la daba a cualquiera. En especial días antes de un plan. Moviendo su cabello hacia atrás de sus orejas respondió serena.
—Ya nadie me llama por mi nombre real, que hasta yo me olvide como pronunciarlo. Y el porque estoy aquí, supongo que por las mismas razones que tú. No quise causar inconvenientes, así que me retiro.
Eleanor recogió sus cosas del suelo y las guardo en la bolsa. Solo tenía que salir de allí, ya tenía lo que quería. Una vista general del castillo. Lidiar con cosas cómo estás estaban de más para ella. Dio media vuelta y camino lentamente hacia el lado contrario de él.
—¡Espera! — replicó el joven lindo, estaba confundido ante la salida repentina de Eleanor.— ¿No vas a hacer una reverencia antes de salir ?
Esas palabras la tomaron por sorpresa.
—No, no me inclino ante nadie. — giró sobre sus pies confundida. Pero su respuesta fue clara. No pudo describir la expresión que mostró después. Se veía indignado, casi insultado. Pero ella siguió su camino.Cuando estuvo lo suficientemente lejos, miró hacia atrás para luego correr hacia casa. Esa gema en el suelo no se le quitaba de su cabeza.
El sol estaba saliendo para cuando ella llegó a la vieja casa. Encerrándose en su habitación, pensó sobre donde había escuchado aquella voz.
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¡¡Buenas!!
Gracias por leer,
lo siento por todos los errores que encuentran. Algunos quizás ni coherencia tengan. Iré haciendo una revisión de cada capítulo pronto.Nuevos Capítulos cada
Miércoles y Sábados
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El Día Después De Mañana
FantasyEleanor sabe como va a morir. A pesar de eso, decide enfrentarse a un ultimo viaje y acabar de una vez su historia con un trágico final. En un mundo de príncipes y coronas ocultos viven niños malditos con dones y habilidades especiales. Eleanor tien...