Junto a ti - Narusasu - Minasasu (Título provisional)

Capítulo 5

El sol ya había caído y el clima no se veía nada prometedor, posiblemente no tardaría en llover. 

Las nubes, en tonos grises cubrían el cielo. El día era todo un diluvio, y le hacía perfecto honor a la situación.

Ella estaba hospitalizada.

Grave, pero estable.

Y con sus bellos ojos cerrados como lápidas.

Inconsciente.


Naruto Pov:

No importa qué... no puedo perderla.
Ella es mi vida.
Ella es todo lo que tengo,
¿Qué hare si se va?

Estaré solo.


¿Cómo despertaré en las mañanas sin ella para recibirme?
Simplemente, no despertaría... No sería una mañana sin ella, el sol no podrá brillar de la misma manera si no se refleja en sus ojos...

¿¡Cómo carajo hare para seguir!? ¿Que se supone que debo hacer?
Ella... Kushina, ella es mi madre ¿cómo podría seguir sin ella?

Yo... no podría.
Inclusive ahora, respirar se siente más difícil sin su presencia.



- Naruto, ya llegamos - me dice Minato desde la parte delantera del auto mientras estaciona en el frente de su casa. Me levanto sin entusiasmo alguno, mis ojos se sienten adoloridos de tanto llorar, seguramente mi aspecto debe ser un asco, pero poco importa. Al abrir la puerta la luz del interior me ciega levemente, pero no lo suficiente como para no notarlo. Sus oscuros ojos que se funden en esa pálida piel, me observan expectantes y solo atino a agachar la cabeza.

- ¿Quieres cenar algo hijo? - pregunta suavemente Minato a mi lado posando una de sus manos en mi hombro, por acto reflejo la aparto de una sacudida.

- Estoy bien - contesto y mi voz suena demasiado rara, casi irreal. Seca y carente de emociones, o tal vez, desbordando de ellas.

- Bueno - dice Minato sin saber que otra cosa hacer. – ¿Quieres ir a dormir? Luces agotado... -pregunta aún a mi lado... y no se equivoca, me siento desfallecer, mis piernas no parecen tener suficiente fuerza para sostenerme, pero lógicamente no voy a darle la razón, no a él. No lo merece.

- No quiero.

-...está bien.- sonríe débilmente y una impotencia por arrancarle los ojos me ataca.

"¿¡Por qué sonríe!? ¡No tiene que hacerlo! No me interesa si es una expresión de consuelo, no quiero que lo haga"

Las sonrisas se sienten falsas en su rostro...


- Yo iré a dormir, tu puedes hacer lo que quieras Naruto, ve una película o algo... Y cuando quieras descansar dile a Sasuke, el se quedara por aquí...

"Mierda. Mi idea era zafarme de Minato, pero ¿el Uchiha? ¿En serio?"

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En la tele están pasando tal vez, la película más cliché del mundo, típica historia de amor en la que todo sale bien, y en las que pese a ser obvio el final, las mujeres igual lloran... bueno, al menos eso es lo que haría mamá...

Ella lloraría si viera la escena en la que parece que los protagonistas se separaran.

Y sin darme cuenta, yo también lo hago.

...no puedo evitarlo, pensar en ella se a vuelto doloroso.


Agacho la cabeza para cubrirme el rostro con los pelos, lo último que deseo es que el "novio" de mi padre me vea llorando.

- Esto es un asco - rompe el silencio con una potente voz que no pensé que tuviera - Era obvio que terminaban juntos - suelta un largo suspiro y recuesta su espalda contra el respaldar del sillón.

- Entonces, no deberías mirarla - le conteste con sequedad. Mis ojos permanecen fijos en mis manos y puedo sentir su penetrante mirada sobre mí, alzo la cabeza con firmeza y nos observamos.

-Es duro ¿verdad?- dice con una leve matiz de ¿dolor? no lo sé, no quiero saberlo. Mi rostro debe reflejar confusión porque aclara - todo esto...

- Es mi madre.- conteste con firmeza y enfado.

"Es mi madre... Y mi padre. Y tu estas en el medio"

Se hace una leve pausa en la que sus oscuros ojos ónix me contemplan. Su mirada no refleja sentimientos, sino neutralidad. Y eso solo me exaspera más.

-Y mi padre - me atrevo a agregar. Porque es cierto.

-¿Tu padre?- repite con serenidad. Tal vez no entiende a lo que quiero llegar... o tal vez solo espera que lo diga, y pienso hacerlo.

-Exacto. Mi padre, tu "novio", Minato.- aclaro con obviedad- Él también me duele... porque lo perdí por tu culpa.

- Ah.

"¡¿Ah?!"
" ¿Qué carajo quiere decir eso?"
"¿Acaso no nota la situación? ¿Solo eso dirá?"

-¿Dónde está mi cuarto?- pregunte enfurecido mientras me levantaba.

- Arriba, tercera puerta a la derecha. – dice con normalidad sin inmutarse ni moverse. Emprendo camino a las escaleras cuando su voz me detiene.

-¿Eso es todo lo que tienes para decir?

-¿Quieres que diga algo más?- pregunto volteando hacia él. El Uchiha se levanta y me mira en silencio.

-La verdad. Lo que pienses... lo que sea está bien. – en tono calmado. En un odioso tono calmado.

-¿Sobre ti?- pregunto mirándolo con indignación.

-Si eso quieres.

-Te odio.- conteste con toda la sinceridad que me permitió mi alma. Sus ojos ónix siguieron fijos en los míos, tenía su atención. Y no la desaprovecharía.- Odio todo de ti. Arruinaste mi familia, nos arruinaste a todos. Mi madre... ¡ella esta así por tu culpa! ¿¡Por qué carajo tenías que aparecerte!?- las lagrimas resbalaban con furia por mis mejillas y le gritaba a más no poder, no me interesaba si mi padre nos oía, es más me haría feliz que lo hiciera, que supiera la verdad - ¿Sabes?- le dije casi sin voz - Gracias a ti... todo se está desmoronando. No puedo ver a los ojos a mi padre sin sentir asco. Te odio, y lo odio a él.

Me marche corriendo y subí lo más rápido que pude las escaleras comenzando a tantear la puerta de mi cuarto.

-¿Naruto?-pregunto mi padre apareciendo tras una de las puertas del pasillo, seguramente nos oyó gritar...

-¿Sabes?- lo miré fijamente mientras abría la puerta de mi habitación con mi mano derecha - Vivir se me hace más fácil sin ti.

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Narración Normal:

Naruto cerro fuertemente la puerta y Minato permaneció paralizado, observando como la silueta de su hijo desaparecía entre la oscuridad de su cuarto.

Se quedo estático durante unos segundos, sintió que todo desaparecía. Al cabo de un momento recordó los gritos que oyó desde su cuarto, motivo por el cual había salido y se apresuro a bajar.

-¿...Sasuke?-dijo con los ojos de par en par al ver al joven azabache sentado en el suelo, con sus oscuros ojos inundados de lagrimas.