Capítulo 7

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Sus ojos, eran estrellas.

Esas hermosas gemas de un verde opaco, parecían brillar. Y Naruto se dedicaba a anhelarlas.




Tal como había predicho el doctor, la salud de Kushina mejoraba rápidamente, aunque aún no lograba despertar.
Esto tranquilizo de sobremanera al rubio que se encontraba muy alterado luego de la disputa con el azabache.

<<Al menos ella está bien...>> se autoconsolaba Naruto.
Después de todo eso era lo más importante... ella.
Naruto estaba dispuesto a afrontar lo que fuera, siempre y cuando Kushina se recuperara.
Los cristalinos ojos del menor se paseaban por el rostro de su madre, el cual se notaba más pálido.
Era irónico pensar que hasta hace poco, todo estaba bien.

<<es por su culpa>> pensaba furioso. <<ese maldito... ¿Por qué tuvo que aparecerse?>>
Antes de la llegada del Uchiha todo marchaba correctamente, es decir, pese a las dificultades y problemas diarios, su familia estaba unida.

-Al menos estas inconsciente... y no puedes ver como todo se desmorona... -le decía con melancolía a la pelirroja- Papá... él dice que debo comprenderlo, que Sasuke es bueno... Pero yo no creo eso, él te hizo daño... Es por su culpa, ¿verdad?

Le preguntaba resignado.

-Es por él que todo marcha mal...

...

Los minutos al igual que las horas comenzaron a amontonarse, y el tiempo pasó a gran velocidad. El día llegaba a su fin.
Naruto se había pasado todo el rato junto a la camilla de su madre, susurrándole idioteces y preguntas... Deseando que despertara... y que jamás lo hiciera, porque así ya no lloraría la pérdida de su esposo...

Las enfermeras interrumpían a cada rato en el dormitorio, para realizar chequeos, aplicar medicamentos y demás.

-Ya debo irme... -le comento con pesar a su madre. Ya estaba empezando a anochecer y como si fuera poco se oía llover.
Las gotas impactaban con potencia sobre la calle.
El rubio suspiro con pesar y deposito un suave beso sobre la frente de su madre.
Y emprendió su marcha.

Con paso pesado se desplazo por el pasillo mientras su estomago se contraía por el hambre, había pasado casi un día entero sin comer y eso estaba matándolo. Le hubiera fascinado comprarse una pequeña golosina en la maquina del hospital, pero no llevaba dinero consigo, lo que le recordó que no podría llamar un taxi, y se vería obligado a caminar...

Genial.


<<mmm rameen... >>
<<empanadas...>>
Se deleitaba en sus pensamientos con deliciosas comidas que solía preparar su madre, cuando aún estaba "lucida".
<<merengues...>> <<pizza...>>

Los pasos de Naruto se detuvieron en seco al notar la furia con la que las gotas caían y se coloco bajo un pequeño techo de la entrada para protegerse.
-...tal vez deba esperar un poco...-decía mientras observaba el cielo, intentando calcular canto duraría el mal tiempo. -¿Qué debería hacer...?

-¡Ey! ¡Naruto!-le grito una voz familiar quitándolo de sus cavilaciones.
El joven azabache comenzó a correr bajo la lluvia con un paraguas negro en su mano derecha.

-¿Qué haces aquí?- fue lo único que logro articular.
-Vine por ti - le sonrió apenado.
Sasuke se había pasado todo el día pensando qué hacer con Naruto, y había decidido que no podía dejarlo, el rubio era su responsabilidad.
El pelinegro se coloco junto a Naruto, pese a que había corrido bajo la lluvia solo diez segundos ya se encontraba completamente empapado. Abrió el paraguas en un rápido movimiento y se lo ofreció al rubio extendiéndoselo. Este lo agarro dichoso.

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2018 ⏰

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Junto a ti - Narusasu - Minasasu (Título provisional)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora