S-16

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Los magos entendieron lo dicho por el encapuchado, la verdad era esa aun que a ellos les doliera, Jellal rápidamente salió del gremio y comenzó su búsqueda para encontrar a su esposa sin dar resultado, Ryu y Sial permanecieron en el edificio sin saber verdaderamente que hacer ya que no entendían la situación, sin embargo no se encontraban tranquilos tenían que ir en busca de Alastor quien según ellos tenía los guantes.

Por su parte Kana se mantuvo callada en un rincón del gremio apartada de todos los demás, recordando la platica que había tenido con el peli negro el día anterior ya entendía las palabras que él había dicho y se sintió mal con ella misma, por los siguientes días todos en el gremio esperaron a que la reina de las hadas regresará pero era inútil nadie sabía en donde se encontraba, la buscaron por toda Magnolia mientras que algunos directamente salían en busca de sus preciadas amigas por si de casualidad se hubiera dirigido con ellas.

Mientras todos buscaban de forma desesperada Alastor los observaba con una sonrisa en los labios mientras se encontraba descansando arriba en un árbol, aburrido por la situación bajo de el sin que nadie lo viera, sacudió su ropa y camino atravesando toda la ciudad rumbo al bosque, lugar que los integrantes, todos y cada uno de ellos habían olvidado, detuvo su pasó solo hasta llegar a una pequeña cabaña que se encontraba en mal estado.

-Piensas esconderte toda tu vida ahí - dijo a la nada mientras caminaba al interior de la casa.

-Cómo sabias que estaba aquí? - Preguntó Erza desconcertada mientras lo veía entrar, ella se encontraba recostada en el sillón de la vieja casa, sus piernas se encontraban cerca de su pecho ocultando su rostro mientras vestía su falda azul y su blusa blanca, dejando ver sus prendas íntimas.

-Es algo lógico, bueno para mi lo es- dijo evitando ver las rosadas prendas.

-Como sabias de este lugar? - Preguntó alzando su rostro, el cual se encontraba hinchado y enrojecido por tanto llorar.

-Tengo mis métodos- dijo sonriendo y sin querer bajo la mirada a las panties de ella, al darse cuenta que él la miraba detenidamente, ella se sentó en el sillón.

-Que tanto miras? - 

-Nada importante, pero enserio te seguirás escondiendo?-

-Que mas puedo hacer?, el hombre que ame y creí muerto esta vivo!- gritó ella.

-Te entiendo, si alguien me dijera que mi esposa esta viva me muero o me mata ella- comenzó a reír, - pero... Se que no estaría molesta y yo si fuera el no me molestaría contigo, tu sabias que estaba muerto y el no dio señales de vida, tu tenias y tienes el derecho de hacer tu propia vida, no ibas a lamentarte durante el resto de ella, o sí? - dijo recargando su peso en el marco de la puerta.

-Espera, estuviste casado? - Preguntó Erza impresionada.

-no claro que no... No tuve el honor, o por lo que veo la desgracia... -

-Entonces ni me entiendes- dijo ella molesta.

-Aunque no lo creas si lo hago... Te contaré una historia- dijo sentándose en el suelo enfrente de ella, -hubo una vez un hombre enamorado que quería lo mejor para su novia, el era miembro de un gremio pequeño por lo que no tenía misiones grandes, excepto por una vez que llegó una pero nadie se atrevía a tomarla ya que esa misión duraba mucho pero era muy buen pagada y un poco peligrosa, tanto que no era necesario que trabajarás por el mismo tiempo que duraba la misión o incluso más, genial no crees? - Miro a Erza que escuchaba atentamente -el pensó y pensó por días y al final decidió tomarla, con la paga el compraría una casa y por fin le pediría que se casará con el, tomo las cosas que necesitaría y fue a despedirse pero se encontró con la sorpresa de que ella no estaba, resignado escribió una carta y la dejo debajo de su puerta explicándole todo, durante toda su misión todas las semanas él le escribió y ella le contestaba las cartas cada vez menos hasta que un dio dejo de recibirlas, la última carta que ella le envío fue una hoja en blanco- Erza escuchaba atentamente la historia que el le contaba en verdad no sabía por que lo hacía pero podía ver el sentimiento con el que contaba el relato - un día por fin pudo regresar a su ciudad, con la recompensa en su bolsillo y alegre de poder hacer lo que quería fue en busca de su amor, no la encontró, ese día las campanas de la catedral sonaban alegres, mientras el la buscaba por toda la ciudad la vio, vestía un hermoso vestido blanco, y salia de la mano de alguien más de la catedral, el rápidamente se ocultó ahí entendió la última carta que ella le había enviado, el renunció al gremio, guardo todos sus cosas y se fue para no volver, por desgracia dos días después, se entero de que ella creía que el se había ido dejándola, antes de que él se fuera ella se había mudado, casi ninguna de las cartas que el le enviaba llegó a ella y el no lo sabía solo una llego la que ella contestó, a los días de que el se fuera el pueblo fue atacado y ella había fallecido... Fue asesinada -guardo silenció por unos minutos- tu deberías de alegrarte no crees?, él esta vivo, no se que sentimientos tienes ahora por él pero si le tienes cariño por que no le ayudas a que haga su vida?- dijo mirando a Erza.

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