CAPÍTULO IV

17 2 6
                                    

CAPÍTULO IV

—Creí que habías madurado, SuJin.

La temperatura a nuestro alrededor era cómoda, sin embargo, era desagradable tener a SuJin a un lado.

—Lárgate de aquí si no quieres problemas —gruñó.

— ¿Me hablas a mí? —alcé una ceja— ¿Dónde quedó tu seguridad, prima?

—Te lo advierto.

—Oh, ¿tienes miedo de que te quite algo?

—Me robas la paz.

—Desde que llegué tú eres la que me da problemas, señal de que tienes mucho interés en lo que hago o no hago. Tú déjame en paz si no quieres problemas.

—No sabes con quién estás hablando.

—Claro que sí —aseguré—. Con una persona que se quedó en el pasado —escupí—. Hazle un favor a la humanidad y madura —me solté de su agarre y entré a la mansión.

***

Faltaban dos días para la gran fiesta de compromiso de MinHo. Aun no tenía el honor de conocer a su novia, pero por lo menos se dignaron a mostrarme una foto, es bellísima.

Durante el transcurso de los días no vi mucho a SuJin, lo cual me regreso la tranquilidad. Aproveché para arreglar el desastre que ella dejó en mi habitación y salir a buscar mi ropa interior.

En el jardín había una multitud de personas arreglando los alrededores para la fiesta. Recuerdo ese jardín como un paraíso cuando era pequeña, pero esos recuerdos no se comparaban con lo que mis ojos ven ahora. Podría vivir el resto de mi vida sobre una maca allá afuera. Suspiré. Pronto tendría que regresar a América con la abuela. Negué con la cabeza borrando esa idea deprimente. Tenía que mantener una actitud positiva hasta que lo innegable sucediera.

—Señorita MiSuk —miré sobre mi hombro—. Tiene una llamada de la residencia Kim.

—Oh —me giré completamente hacia la señora de mediana edad—, claro. ¿Dónde...

—Sígame.

Asentí y la acompañé hasta llegar a una pequeña sala decorada con tapiz. La señora señaló el teléfono y salió cerrando la puerta. Descolgué el mismo y hablé.

— ¿Hola?

Escuché murmullos al otro lado, lo que me hizo pensar si no era una broma infantil de SuJin.

— ¿Quién habla? —mi voz tembló en duda.

—Oh —dijo una voz masculina—, lo siento.

Su voz me dio escalofríos. De esos que te corren por la espalda y hacen temblar el alma.

— ¿Quién eres? —indagué.

—Soy TaeHyung, el hijo mayor de la familia Kim. Mi familia y yo fuimos a cenar hace unos días con tu abuelo, el señor Han YeongSu —soltó de repente dejándome sin habla.

Claro que sabía quién era. Sin embargo, tenía lagunas mentales de su rostro y voz. No la recordaba tan grave. Me sentí un poco rara cuando relacioné mi reacción anterior antes de saber de quién se traba a cuando lo supe.

— ¿Bueno? ¿MiSuk, estás ahí?

—Oh, sí, sí —reafirme con el corazón a mil, ¿la razón? Ni idea. Carraspeé—. Sé quién eres.

Silencio. ¿Debería hablar yo?

— ¿Pasó algo? —pregunté nerviosa.

—Mi madre quería hablarte, pero cuando estaba esperando a que contestaras le surgió algo.

La verdad jamás dicha |k.th|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora