Cita 40: Chisaki Kai.

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—Ugg, ¿Por qué son tantos materiales?

Te quejaste mirando la hoja en tus manos; tenías que buscar varios materiales para una exposición de un proyecto, pero habían cosas que no encontrabas en ninguna tienda. Estabas a punto de rendirte e irte a casa para descansar y dejar las cosas que ya habías comprado, pero el choque de algo contra tus piernas hizo que casi te desestabilizaras y cayeras. Miraste abajo al notar a una pequeña niña tirada en el suelo, seguramente por el golpe que se dio contra ti.

Te acercaste a ella y te agachaste para poder ayudarla a levantarse, pero te sorprendiste cuando la pequeña se tapó con sus brazos, como si quisiera defenderse.

—Tranquila, no voy hacerte daño —susurraste mientras le extendias la mano libre. Ella te miró dudosa, pero al final la tomó; estaba temblando, seguramente del miedo—. ¿Cómo te llamas? —La pequeña miró hacia otro lado, dudando de hablar—. Entiendo... —Suspiraste—... ¿Qué te parece si me presento yo primero? —preguntaste, a lo que ella asintió apenada—. Mi nombre es [Nombre] y estudio diseño, me gusta hacer ropa bonita para niñas lindas como tú.

Las redondas mejillas de la albina se sonrojaron, cosa que hizo que sintieras ternura. La pequeña abrió la boca para hablar, aunque se notaba que estaba nerviosa.

—Eri... —dijo en un susurro casi inaudible, ladeaste la cabeza sin entender pero captaste luego que te estaba diciendo su nombre.

—Eri, qué bonito nombre. —Sonreíste. Te levantaste, pues estuviste todo el tiempo agachada hablando con ella, y miraste a tu alrededor para ver si alguien estaba buscando a la niña. Sentiste como la pequeña agarraba con fuerza tu mano y se apegaba a ti—. No tengas miedo. Vamos por la policía para que nos ayuden a buscar a tus papis, ¿Sí?

Empezaron a caminar por las calles de la ciudad, buscando alguna estación de policías o un héroe. Suponiendo que la pequeña no era mayor de 6 años, seguramente estaba perdida, así que tu destino era buscar a alguien que la ayudase; pero no solo porque estaba perdida, si no que también porque su aspecto tan desarreglado, y esas vendas en sus brazos y piernas no te daban buena espina.

—¿Quieres descansar? —preguntaste al verla un poco agitada. Habían caminado desde el barrio residencial, hasta llegar casi a la avenida principal. No era mucho, pero el aspecto físico de Eri no era el mejor—. Sentemosno aquí.

Te acercaste a las escaleras del edificio que estaba allí y te sentaste en los primeros escalones. La pequeña hizo mismo, y se sentó a tu lado, mirando a tu dirección y dejando caer sus manos sobre tu regazo.

Empezaste a acariciar su enrredada cabellera larga, dándole calma a su frágil cuerpo. El día iba pasando rápido, y pronto iba a ser la hora de la merienda.

El sonido de un estómago gruñendo se hizo presente. Miraste a la pequeña como estaba avergonzada, ni siquiera te miraba a los ojos. Reiste de ternura y posaste tu mano sobre su cabeza.

—¿Vamos a comer? —preguntaste cariñosamente. La pequeña asintió tímida y volvió a tomar de tu mano.

Te paraste junto a ella e iban a seguir su camino, pero no diste ni siquiera un paso y chocaste con alguien de frente. Jurabas que no había nadie allí cuando te levantaste.

—Perdón señor, no quería chocar. —Miraste desde abajo la imponente figura de ese chico. Tenía una mirada fría.

La pequeña se aferró fuertemente a ti, y su cuerpo temblaba de los nervios. La miraste un segundo preocupada, pero volviste tu vista al personaje adelante tuyo.

De un momento a otro la mirada fría del chico cambió a una sonrisa.

—Discúlpame por aparecer así —dijo manteniendo la sonrisa—, es que vi a Eri a lo lejos, y no esperé en venir a buscarla. —Te sorprendiste al saber que conocía el nombre de la pequeña—. Gracias por cuidarla mientras estaba perdida, a veces es difícil monitorear a los niños. —Iba a tomar a Eri desde el brazo, pero la pequeña se alejó y se posicionó atrás tuyo, abrazando tus piernas—. Eri, no me hagas enojar. Tienes que ser obediente, ¿Lo recuerdas?

Citas a ciegas [One Shots | BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora