¿Qué por qué me gustaba?
¿Nunca viste sus ojos?
¿Su sonrisa?
¿No lo conociste?
Era tan perfecto, con una simple caricia me hacía olvidar hasta mi peor miedo.
Me besaba, y poco a poco, todo desaparecía.
Y entonces, en un abrir y cerrar de ojos; el se convirtió en mi estupida sonrisa.
Tal vez era su carisma, o tal vez era su risa... Era todo de el.
Cada parte de el me encantaba.