Veme aquí, sin más, escribiendo con los ojos llorosos, de madrugada y recordando cada beso, cada caricia, cada palabra, cada mentira.
Me llena de ira como no tienes idea, el simple hecho de pensar en el daño que me causaste y me enfurezco conmigo sobre todo por el hecho de seguir amándote, y no te confundas, no soy estúpida, sé que no eres para mi, pero cuanto me gustase creer que todo esto es una pesadilla que es casi eterna, pero algún día tendrá fin, y ese día podremos estar juntos, al fin; Que cuando termine me de cuenta que nunca me hiciste ningún daño y nada nunca fue mentira.
Me da nostalgia saber que esta es la vida real, y no logro del todo asimilar el porque una persona fingiría tantos sentimientos por alguien más. Para algunos es una tontería quizá, no eramos nada, claro esta, pero te sentí como mi todo y me gustaría pensar que te sentiste de esa forma aunque sea por una milésima de segundo, da igual si no más de un minuto.
Créeme cuando te digo que nunca me había sentido igual, tu voz me hacía incluso temblar, tus ojos me hacían olvidar y tu sonrisa me causaba felicidad. Me encantaba sentir tu piel rozar, y me encantaba como se sentían nuestros labios al chocar, la lentitud y la pasión al momento de el acto de besar. Tu forma de hablar, tu forma de mentir, me encantaba. Eras tan dulce, tan tierno, tan perfecto, que nadie sospecharía que eras un mentiroso de primera, lo digo sin bromear.
Cariño, no te odio, sigo amandote, pero siento odio por mi exactamente por no poderte olvidar.