Capítulo 13

69 4 0
                                    

*Narrador omnisciente*

María José estaba decidida a hacer cualquier cosa para que el rubio estuviese bien, aunque para conseguirlo tuviese que entregarse a Ángel pero ¿Dani lo permitirá?

Ángel: ¿Podemos ir a otro sitio a ultimar los detalles de nuestro trato?-dijo como todo un caballero.

Os preguntaréis por qué Ángel es así con ella ¿verdad? Tiene sus razones. Algo ha pasado para que éste se comporte así, algo en su pasado que le ha hecho cambiar y comportarse como el macho alfa y dándose a respetar entre los miembros de su manada.

Ángel y María José salieron de la habitación en la que Dani seguía atado a la silla. Recorrieron el largo pasillo y bajaron por esas escaleras que crujían a cada paso que daban en ellas. Llegaron a una especie de salón y se sentaron en un sofá viejo que había allí, las telarañas y el polvo se podían ver a leguas. ¿Cuánto tiempo llevaría esta casa sin limpiar?

María José estaba dispuesta a sacrificarse pero el rubio no se quedará quieto e intentará impedirlo a toda costa.

En otro lugar de la casa…

*Narra Dani*

Me habían dejado sólo y esta era la única oportunidad que podría tener para escaparme. Intenté soltarme pero las cuerdas que rodeaban mis muñecas estaban demasiado apretadas. Seguí moviendo las manos pero soltarme era misión imposible. Por el suelo había cristales pero si quería coger alguno tendría que tirarme al suelo y al oír el ruido vendrían a ver qué había pasado así que esa opción quedaba descartada.

Oí un ruido proveniente de la habitación de al lado y pensé que podía ser alguno de los tipos que me habían traído hasta aquí.

La puerta de la habitación en la que estaba comenzó a abrirse lentamente y me temí lo peor. Había dos opciones, que María José haya convencido a Ángel y vengan a soltarme o vengan pero para deshacerse de mí…

La puerta de la habitación se abrió completamente y no me podía creer lo que estaba viendo. Allí delante de mí no había ningún tipo de esos sino una frágil y dulce niña. ¿Qué estaría haciendo aquí?

En casa de David…

*Narra David*

Estábamos todos en silencio, nadie hablaba. Carmen seguía en shock por la foto que había recibido. De repente, Carmen cayó al suelo inconsciente y yo no sabía qué hacer al verla ahí tirada en el suelo sin cálida mirada y sin su perfecta sonrisa.

Isa: Carmen, Carmen.-dijo agarrándola del brazo pero ella no respondía.

-Separaos de ella. Necesita respirar y con vosotros a su alrededor no la llega el aire.-dije completamente fuera de mí-.

La cogí y la tumbé cuidadosamente en el sofá.

Silvia: Traed alcohol.

Carlos: ¿Para qué quieres el alcohol?

Isa: Para decolorarte el pelo, no te jode.

Blas: Para hacer que vuelva en sí.

Andrea: David…

-El alcohol está en el mueble del baño.

Comencé a andar de un lado a otro del salón, no podía parar quieto.

Carlos: David, tranquilízate.

David: Ni David ni ostias. La chica de la que estoy enamorado está ahí inconsciente y no puedo hacer nada porque esté bien ¡cómo quieres que me tranquilice!-dije chillando.

Álvaro: Gritando no vas a hacer que ella esté bien, así que siéntate y relájate.

Andrea llegó con el alcohol, echó un poco en un algodón y se lo acercó a Carmen a la nariz. Parece que estaba funcionando porque Carmen empezó a moverse.

Carmen: ¿Qué ha pasado?-dijo mientras se sentaba en el sofá.

Blas: Te has desmayado.

Intentó levantarse del sofá pero seguía mareada.

-No te levantes, todavía no estás recuperada.

Carmen: Estoy bien.

-No parece.

Nos quedamos mirándonos a los ojos y me perdí. Ella conseguía hacerme frágil. Por ella sería capaz de dejarlo todo.

Carmen: ¿Hay noticias de María José y Dani?

Carlos: No, ninguna.

Un silencio profundo nos invadió.

*Narra Dani*

Esa niña no dejaba de mirarme, conseguía ponerme nervioso.

X: ¿Por qué estás aquí?-dijo acercándose a mí.

-Estoy secuestrado.

X: Ángel te ha traído, ¿verdad?

-¿Lo conoces?

X: Sí.-dijo agachando la cabeza.

-¿De qué lo conoces?

Dijo algo pero no conseguí escucharla.

-No te he oído.

X: ¿La quieres?

-¿Cómo?

X: A María José, ¿la quieres?

-No hace mucho que la conozco pero es como si la conociera desde siempre, se ha vuelto indispensable para mí. Sí, la quiero y mucho.

X: ¿Tú crees que Ángel la va a hacer daño?

-Espero que no. Ayúdame a soltarme, tengo que comprobar que ella está bien.

La niña se acercó a mí y me desató las manos pero se oyó un ruido proveniente del pasillo.

-Escóndete tras la puerta. Ahí no te verán.

X: No digas que yo te solté, por favor.

Negué con la cabeza. Apareció uno de los compinches de Ángel. Me levanté de la silla y le propiné un puñetazo que lo dejo inconsciente. Cuando iba a salir por la puerta, algo me detuvo o mejor dicho alguien.

X: si bajas tú solo Ángel la hará daño.

-no me verá.

X: Las escaleras suenan y antes de que hayas llegado abajo, él la habrá hecho daño. Yo bajaré primero y tú vendrás detrás.

-Está bien.

No puedo creer como en un cuerpo tan pequeño puede haber tanta inteligencia…

*Narra Ángel*

Pensé que me iba a costar más convencerla para que estuviera conmigo. Si hubiese sabido que iba a ser tan fácil, lo hubiese hecho antes… Ella no hablaba, así que decidí romper el silencio.

-¿Qué estás dispuesta a hacer para que le deje ir entero y vivo?

María José: Lo que quieras.

Escuché un ruido que venía de la escalera. Decidí levantarme e ir a ver qué o quién era.

-¿Quién anda ahí?

X: Soy yo, estoy cansada de estar encerrada en la habitación.

-Está bien, ven aquí.

Bajó hasta el salón y vio a María José y corrió a abrazarla.

Last Night on EarthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora