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Ha sido una semana muy cansada, entre la universidad e ir al hospital, apenas me ha dado tiempo de respirar. 5 A.M sonó mi alarma y con toda la pereza del mundo me levante de mi deliciosa cama que me decía, ven bebe acuéstate conmigo un ratito más yo te daré amor y estarás calientita era un oferton, pero no me podía dar esos lujos.
Me ducho al compás de la música maniac de Michael Sembello
♪♫ Can cut you like a knife
If the gift becomes the fire
On a wire between will and what will be
She's a maniac, maniac on the floor
And she's dancing like she's never danced before
She's a maniac, maniac on the floor
And she's dancing like she's never danced before♫♪
Me sé esta canción gracias a mi padre, que desde muy chiquita me la enseño. Termino de ducharme, busco mi ropa y opto por algo cómodo y sencillo, me hago una coleta luego salgo de mi habitación, me dirijo a la cocina a preparar mi desayuno, espero que Abbie haga lo mismo, cuando ya estamos lista salimos camino a la universidad.
-¿Terminaste el trabajo? –Pregunta Abbie.
-Si ¿y tú?
-También, aunque casi no dormí –Dice bostezando.
Decido poner música y apenas comienza a sonar, ambas comenzamos a cantar, lo hicimos hasta que llegamos a la universidad.
Recibimos nuestra primera clase que duro 3 benditas horas.
-Tengo mucho sueño Mey, creo que iré al carro a dormir estas dos horas, ¿vienes conmigo? –Abbie está muy cansada, pero opto por no acompañarla.
-No, ve sola, iré hablar con Joe –Ella asiente y se va.
Salgo de los pasillos y me dirijo al invernadero, aquel lugar a donde Joe me llevo hace días, me había citado aquí pero no sabía para qué.
Voy caminando despacito para que no me escuche, llego a él y le digo –Buu- se sobresalta y me hace reír.
-Pequeña Mey no hagas eso –Dice mirándome a los ojos.
-Lo siento si lo asuste joven –Le digo riéndome.
-Ven acá –Me hala y me abraza- necesito un abrazo tuyo, son muy cálidos- hago lo que me pide, pero siento que le pasa algo.
-¿Te pasa algo? –pregunto separándome de él.
-Nada importante, solo quiero un abrazo tuyo –me hala otra vez hacia él.
-¿Seguro? –Lo miro dudosa.
-Te dije que nada importante, deja de ser tan curiosa.
