Capítulo 18

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Ali.

Espero ansiosa para que mis problemas desaparezcan.

¿Como puede estar todo bien y en un segundo irse de cabeza?

Odio no tener un minuto para ser feliz con Andrew. Las pesadillas suelen atormentarme, no puedo dejar de pensar.

Su cuerpo lleno de sangre, con los ojos perdidos en la oscuridad. Mis manos fueron las causantes de eso. El suelo temblando, las paredes derrumbandosé sobre si mismo, cada habitación esta apunto de terminar de caerse.

Te lo dije- responde la voz rasposa de Rowena —Tu estas hecha para destruir.

No puedo evitar pensar en eso, yo...la causante de la muerte de mi padre. Esa idea me aterra, pero puedo evitarlo, y la forma de hacerlo solamente la conoce una persona:

Magiee Grenvert Olsen...

Una página web —Misterios del pueblo— dice que Magiee es la persona más poderosa.

Pero eso depende de quien opine.

Solo ella conoce las debilidades de demonios, formas de derrotar brujas, hechizos y mucho más.

Al menos eso dice la página web, espero que no mientan, sólo ella conoce la forma de derrotar a Rowena y por lo que se vive en Loweel, no le gusta que la molesten en lo absoluto.

Ahora mismo son las ocho de la mañana, estoy en mi cama terminando de desayunar. La señora Mikaelson parece tener problemas con que coma con ellos y para evitar problemas prefiero seguir las instrucciones de la familia.

Mientras le doy un sorbo al zumo de piña, escucho pasos detrás de mi y sin tener que voltear, rápidamente se quien es.

—Hola Andrew—digo sin apartar la vista del computador.

—Hola princesa.

Tal vez fue mi instinto como la compañera de Andrew que supe que estaba detrás de mi. O simplemente lo ví por la pantalla de la laptop. Pero de cualquier forma estoy feliz de tenerlo aquí.
Debo comentarle sobre mi plan de visitar a Magiee Grenvert, espero que se lo tome a bien y no como con el padre de Lou.

—Estuve pensando en mis visiones sobre la muerte de mi papá, y no me quedaré de brazos cruzados esperando que nada suceda.— afirmo con la voz alta — Encontré una página web donde mencionan el nombre de una bruja especial que me puede ayudar con este asunto.

—¿A si?— pregunta con la mirada fija en la luz que se cuela por la ventana.

—Magiee Grenvert Olsen— digo con ánimo - ella es una bruja poderosa y tiene conocimiento de muchas formas de matar a Rowena.

Ante la mención de Magiee Grenvert, Andrew se estremeció.

—¿Estas segura de querer contactar a Magiee Grenvert?-— pregunta Andrew sonando frustrado.

—Sí, ¿por que?

El se mira las manos y pasan varios segundos antes de que reaccione rascándose la nuca.

—Magiee es algo temperamental, y dudo mucho que vaya siquiera a considerar verte.— Espeta sonando frustrado.

—¿Por que dices eso?—pregunto dudosa —¿Acaso has estado con ella? ¿Si quiera la conoces, Andrew?

Su mente se pierde entre la sinceridad de sus emociones y pasan veinte segundos antes de responder, el pasa su mano por su cabello alborotado. Es tan guapo.

—Pues, conocí a Magiee y por un tiempo fuimos muy cercanos.

Mi rostro se ilumina al escuchar esas palabras salir de su boca.

—Entonces tenemos suerte, será más fácil contactarla si tu la conoces.

—Alice Woods, eres una chica muy especial para mí, y quiero ayudarte con el asunto de Rowena Sanders, pero Magiee pierde la paciencia muy facil.- dise con una sonrisa.

—Andrew, sabes que esto es importante para mí, necesito tu ayuda para encontrar a Rowena e impedir que mate o lastime a mi padre, por favor debes ayudarme— suplico juntando mis manos.

El duda un momento, hasta que depósito un beso en sus labios. Y el toque suave de su piel es increíble tan intenso y podría hacer esto todo el tiempo. Nuestro corto beso se pierde en el tiempo. Y durante nuestra conexión, su voz hace eco en mi mente:

"De acuerdo princesa, te ayudaré, pero con una condición"

"Te escucho lobito"

"Debes prometerme que serás cuidadosa y te mantendras cerca de mi todo el tiempo"

Me toma un minuto procesar lo que dijo. Me separó de sus labios y digo:

—Trato hecho lobito...

°•~*~•°

Andrew dijo que Magiee suele ofrecer fiestas afuera de su casa todos los días. Y justamente hoy habrá una de esas fiestas.

La fiesta es hasta las diez y media de la noche, y para eso falta poco. Son las nueve cincuenta y dos.

El resto del día siguió con aparente normalidad. Salvo por las miradas extrañas de Tara Mikaelson. Sinceramente son perturbadoras. En cuanto sali del cuarto, todos reconocieron mi olor. Y recuerdo perfectamente las palabras de Peter:

"¡Mierda! Te follaste a Alice."

Me puse roja como un tomate y lo que menos necesitaba en el día fueron los comentarios de Peter y las miradas de odio.

Dejo de concentrarme en eso y ahora me río al recordarlo. Andrew quien estaba junto a mi en ese momento tuvo que morderse el labio para no reír.

Idiota...

Una sonrisa se cuela por mi boca y sigo arreglándome.

Mi atuendo es sencillo, una blusa blanca y unos jeans azules realzan mis piernas, mi pelo esta atado en una cola de caballo despeinada y no pueden faltar mis Converse.

Escucho la bocina de la Range Rover y ahora se que Andrew me está esperando.

"Vamos, llegó la hora princesa"

"De acuerdo"

Bajó las escaleras y lo primero que veo es a Peter, tiene una toalla envuelta en su cuerpo, el pelo le gotea y sus mejillas rozadas se dilatan por el calor de la habitación.

—Ugh...hola— digo levantado una mano.

—Hola, veo que estás por salir.

—Si yo...

En ese momento la voz de la señora Mikaelson interrumpe la conversación. Si es que se le puede llamar así.

—Peter ve a vestirte, es indecente que estés en una toalla por la casa sin nada más abajo.

—Claro mamá.— Luego se da la vuelta y me habla a mi.— Hasta luego ali.

Dicho eso sube las escaleras y entra a la habitación al lado de la mía. Los ojos de la señora, se dirigen exclusivamente hacia mi.

—Mi hijo te espera afuera— señala la salida de la casa.

—Gracias.— intento alejarme, pero siento la mano de la madre de Andrew en mi brazo.

De inmediato su agarre se fuerza en mi piel y siento como mi piel arde, empieza a irritarse. Mi piel se está quemando, todo me da vueltas la sangre ya no circula bien por mis venas.

—Señora, esta lastimandome.

—Que bien-— dise con sarcasmo —Así podrás escuchar con atención lo que te diga.

—¡¿Que!?

—Aléjate de mi hijo, aléjate de esta casa, si mañana amaneces en este mismo sitio. Yo misma me encargaré de matarte a ti y a tu familia...

Luna ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora