Capítulo 3

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Ali.

Mi cabeza se siente aplastada por una roca, no entiendo nada, me duele el pecho y me siento desnuda.

Abro mis ojos y parpadeo lentamente intentando concentrarme en mi entorno. Lo primero que veo son árboles y un cielo azul marino, las estrellas se desvanecieron en el cielo y la yerba esta húmeda y el aire es escaso. Hay dos chicos, uno está incado viéndome y apuntando con una linterna a mi rostro.

—¡Andrew esta despierta!— grita el chico con la linterna.

Interpongo las manos entre mi rostro y la luz.

—¿Podrías apagar eso? Es molesto.—

—Lo siento—dice extendiendo su mano para ayudarme a levantar.
Luego apaga la linterna.

Cuando puedo centrar la vista me doy cuenta de su hermoso aspecto:

Tiene el pelo blanco y alborotado, una camisa negra deja ver su abdomen musculoso , sus ojos verdes son hermosos y perfectos, con un brillo encantador. Por el otro lado está el chico de pie. El tal Andrew, tiene el pelo rubio y peinado elegantemente. Sus ojos son cafés y tienen el más dulce color que haya visto. Su camisa verde militar es delgada y también deja ver sus músculos, sus jeans azules realzan su trasero. Me pregunto como se vería desnudo.

¿Espera que?

Ese fue un pensamiento muy pervertido.  Me concentro en intentar mantenerme de pie sin tambalearme. Sacudo mi pantalón lleno de yerbas y luego pregunto:

—¿Quienes son ustedes?

El chico de pelo blanco decide responder.

—Soy Peter, pero me puedes llamar Pete. Y el es...

—Soy Andrew...—interrumpe el chico rubio. — Ahora, ¿Quien eres tú?

Lo miro un momento y encarna una ceja perfectamente calcada en su rostro. Me cruzo de brazos y retrocedo un poco.

—Me... Me llamó Alice Woods— Tartamudeo y me odio por eso.—Pero pueden llamarme Ali.

Peter se ríe y el tal Andrew me dedica una sonrisa forzada y muy falsa. Siento su desaprobación inmediatamente.
Entonces un dolor arde en mi nuca y siento una gota de sangre escurrir en mi nuca. 

—¿Que me sucedió?— inquieto con un gesto de dolor.

Andrew interfiere.

—Esto pasa cuando alguien merodea por el bosque sola y de noche.— dise sarcástico y apunta a mi frente.

Tocó la parte superior de mi rostro y una extraña figura se siente en mi piel.

—¿Que?— susurro con suavidad.
— yo no estaba merodeando, un lobo gris me atacó y me golpeé la cabeza.

Ambos se miran y luego sus sonrisas de sarcasmo desaparecen.

—¡Aidem!— exclama Peter, luego Andrew asiente.—

¿Aidem? ¿De que demonios están hablando? Quiero saber, pero se que las respuestas no me gustarán. Lo siento en mi ser y prefiero no involucrarme. Vine aquí por respuestas y sólo por eso. No me interesa jugar ala detective de gente misteriosa.

Decido ignorar sus palabras y me concentro en los ojos de Andrew.

—Hermano creo que estas exagerando un poco— ambos siguen debatiendo e intentó recordar lo que decían mientras yo pensaba.

—Es un humano en el bosque, pudo morir y nosotros seríamos culpables. 

El me mira con enojo y señala la salida del bosque.

Luna ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora