Capítulo III: ¡Alerta! JungKook tiene una crisis existencial

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Había besado a un hombre.

JungKook se encontró cerrando los ojos apenas la luz del día invadió la oscuridad de su habitación por las persianas entreabiertas. ¿Tan rápido la noche había rodado? La única respuesta que obtuvo fue un silencio ensordecedor que aplastó cada gramo de estabilidad que podría considerar intacta después de todo lo ocurrido.

Sus ojos ardieron en lágrimas pesadas que le mojaron las mejillas, viéndose incapaz de llegar a un consenso con sus propios sentimientos.

Besé a TaeHyung... Yo...

TaeHyung interrumpió sus divagaciones con un gruñido desconcertado que le obligó a limpiarse los párpados a una velocidad inhumana, temiendo que su mejor amigo notara el rastro de su reciente llanto y le obligara a confesar la razón del mismo. Porque confesarlo sería hablar sobre la noche anterior, y hablar sobre la noche anterior sería reconocer que se besaron durante minutos sin importarles una mierda la relación que tenían.

Todo fue su culpa, concluyó tras unos segundos, apretando sus manos en puños temblorosos que buscaron estrellarse en la estúpida cara adormilada de TaeHyung.

Asqueroso—siseó repentinamente.

TaeHyung le dio una mirada extrañada, acomodándose sobre la cama del menor, un dolor agudo cimbrándole en los tímpanos.

— ¿Qué mierda te pasa?

JungKook jadeó indignado, soltándole un almohadazo al pelirrojo.

— ¡No te hagas el desentendido!

— ¡No lo hago! —TaeHyung contestó enfurecido, tirándole de vuelta la almohada a JungKook. El golpe que recibió el contrario fue tan fuerte que le dejó una marca rojiza en el rostro, junto al chillido adolorido del castaño. Inmediatamente se arrepintió—. Eh... JungKookie... no fue mi intención.

¿Por qué finges que nada ha pasado?

—Eres un pedazo de mierda... Te odio, dios... Te detesto tanto...

Con la punta de su lengua vibrando por contraatacar con palabras más fuertes, TaeHyung se obligó a callar cuando notó el leve movimiento de hombros que dio inicio a una serie de temblores totales que envolvieron al castaño. Sin saber bien cómo reaccionar, sus manos picaron por acercarse a JungKook y reconfortarlo.

Lo intentó.

JungKook se removió incómodo, alejándose de su fracaso de toque.

Vale, puedes irte al carajo, JungKookie.

—No sé qué te sucede—explotó con seriedad, la cabeza dándole vueltas por la resaca poderosa que casi podía acribillarlo si continuaba dándose a sí mismo dolores de cabeza—, pero si es por algo que hice ayer, me disculpo—JungKook respiró profundo, prestándole atención cuando la noche anterior fue mencionada. TaeHyung se dio cuenta de su reacción—. ¿Es por eso? ¿Algo pasó anoche? Debes decírmelo para saber qué tan mierda estuve ayer como para hacerte llorar ahora, JungKook. No recuerdo absolutamente nada.

— ¿No recuerdas nada?

—Ujum—Frunciendo el entrecejo, se acercó un poco a su amigo—, ¿me explicas qué hice?

—Te burlaste de mi físico—mintió.

JungKook era bueno mintiendo. Mintiéndose a sí mismo. Y echarle la pelota a un tipo que parecía en blanco, sonaba perfectamente justo después de todo, porque así podía hacer como si nada hubiese pasado. Como si nunca hubiese devuelto un beso que alteró su respirar y le dejó con ganas de más.

— ¿Me burlé de tu físico? —Anonadado, la cara de TaeHyung se distorsionó en una expresión ilegible—. ¡Lo siento, Kookie! Eh, sí que fui tremendo hijo de puta, ¿no? —Un par de risas salieron de sus labios resecos, lastimando los oídos del menor.

TaeHyung continuó riendo mientras se levantaba de la cama y recogía todas sus pertenencias del suelo, algo en su actitud aplastó el ánimo bajo del castaño, quien se encontró frente a un chico que no reconocía.

—Tae.

Él se giró con una radiante mueca hacia JungKook, sosteniendo con firmeza la manilla de la puerta a medio abrir.

— ¡Recordé que mamá me pidió acompañarla a comprar algunas cosas!

—Oye...

—Me disculpo otra vez por lo sucedido, JungKook... ¡Adiós!

La puerta se cerró casi al instante.

...

TaeHyung se encerró en su habitación apenas puso un pie dentro de la casa adornada con globos amarillos y serpentinas multicolores. La sonrisa se negaba a abandonar su rostro, destrozando poco a poco la máscara de neutralidad que tan natural había aparecido frente a su mejor amigo. Estaba destrozado. ¿Era así como se sentían todas aquellas niñas con las que tenía algo y luego fingía no haberles propuesto algo serio?

"Te burlaste de mi físico". Bastardo mentiroso.

—Como si no me hubieses devuelto el beso—masculló entre dientes, rasgando sus labios con sus dientes, sobrepasado por toda la situación.

No fue un sueño. Él no tenía tanta suerte como para que lo fuera. Y haberse dado cuenta de que su fantasía fue real se sintió igual que ser aplastado por una horda de elefantes asustadizos que avanzaban sin importar lo que tenían al frente.

Finalmente lloró.

Mientras el recuerdo de la imagen de JungKook, con los labios partidos por las mordidas que él le había dado la noche anterior en su estado de embriaguez, se graficaba nítidamente en su cabeza, TaeHyung casi deseó que todo se tratara de un sueño.

"Te odio, dios... Te detesto tanto...".

Sí, yo también te odio, JungKookie. Te (amo) odio tanto.

Los amigos no hacen eso ✦ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora