nineteen

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[ you ]

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[ you ]

Sus manos limpiaron la lágrima nuevamente, mientras sus pasos dejaron de ser debiles y comenzaron a ser zancadas fuertes y decididas. Su mente, cuerpo y alma le habían pedido a gritos que terminara una vez por todas, que decidiera ir a encarar sus problemas y le gritara a todos que le importaba un carajo que la llamaran lesbiana, zorra o abre piernas. Pero lo que importaba aquí, era poder darle su merecido a Sunhee.

—Buenos dias, señorita. —la saludó el guarda de seguridad, aquel hombre que siempre la saludaba y ella le regalaba panecillo. Pero ahora mismo su cabeza estaba en una sola cosa, y nadie podía distraerla de ello.

Sus ojos se desviaron hacia el patio de la escuela, había estado calculando todo los pasos que daba Sunhee y dónde podría estar en la mañana, y había dado en el clavo, se encontraba en el patio tomando su típico té verde y una galleta en su mano, demasiado tranquila meneando sus piernas de un lado a otro, Sunhee no era de aquellas típicas chicas con aspecto femenino, maquillada o con voz chillona —aveces lo era—. Su aspecto era de una chica mala, con sus pantalones negros y su camisa dejando al descubierto su abdomen. Todos le temían por eso, porque lucia como una persona que te romperia el cuello si deseaba, pero solo eran estereotípicos.

Sus piernas se movieron a rápida velocidad, ganándose la atención de todos al verla, ni siquiera se había inmutado a arreglar su cabello quien se encontraba desordenado y su ropa hecha un desastre. Fue entonces, como si de una cámara lenta se tratase, Sunhee la observó, curveando sus labios en una sonrisa ladina, cargada de odio, de victoria.

Yuqi lanzo el primer golpe; sin mediar palabra se abalanzó hacia ella generando que el gentillo que se encontraba a su alrededor corrieran como avispas a la miel. Yuqi estaba sobre Sunhee, tirando golpes torpes hacia su cuerpo, —o quisiera pensar que era Sunhee, y no ella misma—. Pensó que la oponente quedaría ahí tirada dejando que ésta tirara los golpes que quisiera, pero fue todo lo contrario; las manos grandes y huesudas de Sunhee la sujetaron de su desordenado cabello tirándola hacia atrás. Uno, dos, tres y cuatro golpes en su rostro la hicieron quejarse. Ahora era ella quien se encontraba en el suelo.

—¡Sunhee! —gritaban a su alrededor, queriendo detener a la susodicha con sus golpes sin pudor hacia Yuqi. Fue ahí cuando pensó que nada de lo miras y escuchas en la televisión -o en libros si fuera poco- que la buena siempre termina derrotando al mal, esta vez, Yuqi se encontraba moreteada en el suelo. Con lágrimas en sus ojos y siendo protegida por un par de personas que
-por suerte- habían conseguido quitar de encima a la muchacha desquiciada.

—¡No entiendo con qué maldito derecho has venido a golpearme! —espetó la peliroja -se habían tintado el cabello, divulgandolo por toda la escuela-

Yuqi no dijo nada, sus gemidos habían llenado completamente todo el patio, ganandose un par de de insultos por parte de otras personas. Sus pequeños y rasgados ojos se colocaron hacia la persona que la sujetaba de la mano y la tiraba hacia, quien sabe dónde.

—No debiste hacerlo, todos aquí saben que Sunhee gano la medalla a mejor karateca de la escuela, no debiste..

—Al menos le rompí una uña..

—Y te la dejó marcada en la cara..—le recordó Shuhua, negandó con la cabeza, aún tirando del brazo de Yuqi en dirección a la enfermería. —Sé lo que te ha hecho, pero..

—No me arrepiento de haberle dejado en claro que estoy enfada con ella..—la interrumpió. Meneando sus pasos a la altura de los de Shuhua, éstas caminaban en los pasillos solitarios que daban a la enfermería. —Así que ahora, me voy..

Intento zafar su mano, sin embargo, Shuhua nunca dejó que lo hiciera, la empujo hacia adelante incitándola a caminar junto a ella. No volvió a protestar, al final termino rindiéndose y caminando junto a ella. Suspirando y esperando que la enfermería estuviera completamente vacía.

 Suspirando y esperando que la enfermería estuviera completamente vacía

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—Y una por aquí..—sus dedos pegaron una ultima bandita de color rosa en su brazo, cerrando sus ojos cuando una sonrisa se apareció en sus labios. —Te vez muy linda con estas banditas color rosita.

Maldita sea la hora en que se creo la sonrojes, pensó Yuqi. Mientras llevaba sus manos hacia su rostro y se ocultaba en ellas. Un acto que le pareció extraño a la doctora que había estado observando desde tiempo atrás el comportamiento de las jóvenes. Le pareció tierno, porque, se notaba que se gustaban, y mucho.

—Eso es todo, su novia esta lista para recibir clases..—bromeó la enfermera, aguantando las ganas de echarse una carcajada cuando el rostro de ambas chicas se hizo un completo poema.

Ninguna de las dos protestaron hacia la broma de la mujer, decidieron tomar camino hacia los pasillos. Caminando a paso lento, escuchando como el sonido de sus pasos se escuchaba ante el silencio sepulcral que se había creado en el ambiente. Suspiraron, al mismo tiempo.

—No debiste ayudarme..—rompió el silencio Yuqi, llevando su dedo hacia el mechón que se había soltado.

—¿Por qué no? Para eso están las amigas..—meneo sus pestañas, de arriba hacia abajo. Captando con diversión la expresión de la anterior, quien miraba atentamente hacia Shuhua, solamente esperaba no haberla desilusionado. —Yuqi..

Se miraron, uno al otro, esperando respuestas;

Tú también me gustas..—le sonrió, sintiendo sus mejillas arder de inmediato. Yuqi sintiendo un ardor en su estómago, negándose a que sus pequeños ojos se colocarán aguados.

Entonces deja de hacerlo..

—¿¡eh!? ¿por-porqué? —su dignididad estaba por los suelos, intentando descifrar la mirada de culpa y decepción que le estaba entregando Yuqi.

No debo gustarte, no quiero irme con otra culpa cargando en mi espalda, nunca entenderás..—Escupió arreglando brusco su mochila.

Si pudiera descifrar lo que estaba sintiendo en ese momento, estaría llorando ahora mismo, sin embargo, decidió correr a su lado, tomando su mano, entrelazando junto a la de Yuqi. Sintiendo una fría electricidad pasar por su espina dorsal.

Entonces deberia de empezar a conocerte mejor..

—¿eso qué significa?

—Que quiero otra cita contigo. Y no como amigas.

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muchas gracias de verdad por el apoyo que le dan a esta historia. cada día trato de mejorar. <3 muchas gracias nuevamente.

LETRAS│YUSHUA √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora