La princesa del Alpha [Borrador]

XX

Dedicado a  yudit_infante perdon borrar la historia que leias.

La habitación se sumió en el silencio. Pureza, ella sabía que era una Gold no había duda en ello, pero había algo que aún no cuadraba ... Kriss no podía saber que era ella porque no había probado su sangre, pero ya alguien lo había hecho.

—No te creo. Lían me lo hubiera dicho.

—Lían es un buen mentiroso. Por eso esta donde esta.

—Tu no lo conoces.

—Creeme que yo lo conozco mejor tu. Y por tu bien te sugiero que no te le acerques.

—Eso es una amenaza.

—Eres lista – dijo antes de salir ahí azotando la puerta.

Aquí había gato encerrado. Kriss no parecía ser de las personas que hablaban en vano. Estuvo a punto de soltar qué Lían era su guardián y él la protegería de quien sea, incluso de ella.

Eso haría ¿No?

Apretó los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos, se encontraba frustrada, fue al mundo humano para intentarse alejar de los seres sobrenaturales ¿Y donde terminó? En un nido de vampiros sanguinarios.

Excelente.

Pero era la única alternativa que tenía, confiaba en que Lían la mantendría a salvo. Pero... ¿Hasta cuando?

Hasta que muriese.
Hasta que lo maten.
Hasta que el se canse.

Ella no era inmortal, podría vivir un poco más de tiempo que los humanos y ya. Pero en todo ese tiempo tendría tendrá que estar oculta.

Así sería siempre.

De nuevo sintió la soledad. El encierro. Le parecieron que las paredes se estaban  contrayendo entre sí, haciendo a la habitación más pequeña. Volvió a hiperventilar, a tientas buscó la salida.

Cuando se halló fuera, quiso regular su respiración, pero alguien tocó su mano repentinamente y pego un brinco hacia atrás. Con la mano en el pecho, volteo a ver al causante.

Era una niña. No aparentaba más de trece años, su cabello de un color rubio pálido casi blanco, estaba suelto cayendo por sí hombros, y sus ojos grises la miraban fijamente.

—¿E-Estas perdida? – preguntó la princesa.

Más ella no respondió. Solo se dio la vuelta y comenzó a caminar.

—Oye, espera.

Corrío un poco para alcanzarla. Al parecer quería la siguiera.

Qué extraño – pensó Megan – ¿Qué hará una niña en este lugar? ¿Por qué tengo la sensación de que ya la he visto?

—¿Cuál es tu nombre pequeña? Yo soy...

La niña se detuvo.

—Megan– la interrumpió –Ya nadie recuerda mi nombre.

Y todo pareció quedarse en silencio, lentamente la niña se dio la vuelta y sus facciones se tornaron diabólicas, sus colmillo comenzaron a crecer, Megan retrocedió y sin avisar, lanzó un mordisco a su mano.

Megan pego un grito, que resonó por todas las paredes del nido. Miraba con horror su mano, estaba brotando mucha sangre.

En otro lugar del nido, vampiros olieron sangre, incluido
Lían sin perder más el tiempo fue a buscarla, y la encontró aparentando su mano fuertemente contra el pecho.

—Megan...

La chica soltaba quejidos, intentando aguantar el dolor en su mano, los demás vampiros se hallaban concentrados en la sangre que desprendía. Pero Lían lanzó un rugido advirtiendoles, que hizo temblar a todos.

El guardián la llevó rápidamente a su habitación, y busco algo que parara el sangrado. Mientras le vendaba con delicadeza preguntó furioso quién le había hecho eso.

—L-La niña.

—De qué hablas. Aquí no hay ninguna niña.

—Era rubia d-de ojos grises.

—Megan aquí no hay nadie con esas características. Tienes que recordar quién fue.

Abrió para replicar pero sus fuerzas volvieron a decaer y se sumió en la oscuridad.

[...]

Ella se alejaba del nido. Se limpió los labios con el dorso de su muñeca y sonrió con nostalgia.

—Es la traición personificada.

Sus palabras se perdieron en el aire.

En poco tiempo llegó frente a la mansión del Lobo. Y ahí lo vio demacrado como nunca, estaba moviendo cielo y tierra en Hassan por encontrar a la princesa, en parte se le hacía divertido, solo si tan solo el viera más allá.

En cuanto se dejó caer en exhausto ella se acercó a su oído.

—Estas muy cerca. Pero no dejes que tu sed de sangre terminé por matarla a ella.

En cuanto Ethan escuchó esto se levantó exaltado. Recorrió su mirada por todas partes pero no había nadie.

Estaba cerca pero tardaría un poco más en saberlo.

En cuanto a la pequeña de ojos grises se iba perdiendo una vez más en la oscuridad

Y aquí acaba otro capítulo. Donde la escritora ríe por la confusión de los lectores.

Les aseguro que esta niña está en todos lados y hace que todo se enrede. Pero ¿quien es? No lo sabrán hasta que se acabe esta trilogía. Pues claro esta historia es muy enredada y llena de misterios y pistas que pongo. Pero recuerden que no soy piadosa así que no me maten cuando sepan la cruda verdad.

Estado: Si todo es miel y ojuelas, con hijos a montón y finales felices. No habría la trilogía.

Buenoooo Adiós.