XIX

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Dedicado a rosaedeoro Gracias bella.

Lo perdió. Y ahora ella estaba perdida.

—¿Lían? – nadie respondió. – Aghh. –gruñó frustrada.

Y quien no lo estaría.

Al final, sin hallar rastros del vampiro comenzó a caminar por el bosque. La luna no había salido es noche para darle un poco de luz, todo el lugar estaba sumergido en tinieblas. De pronto escucho unos ruidos provenientes de arriba de su cabeza. Algo... Se movía con mucha rapidez haciendo que las hojas cayesen. Luego se detuvo. Y cuando giro para retomar su marcha...

—¡Buuh!

Ella lanzó un golpe directo en su rostro haciendo que cayera de la rama.

—¡¡Lían!! Me asustaste.

—Lo sé. Lo siento. Pero vaya que golpeas fuerte. – mencionó mientras se acariciaba la nariz.

—¿Y-Ya hemos cruzado la barrera? –preguntó con miedo.

—No, aun no. De todas formas hay una entrada en el mundo humano que conecta también con el nido. Esta a pocos metros de aquí.

(...)

Los únicos sonidos que se escuchaban eran sus pisadas en las hojas secas.

Los árboles comenzaron a desaparecer y sólo quedo uno cuando llegaron a un acantilado.
El cielo estaba lleno de estrellas esa noche.

—¿Qué hacemos aquí?

—Disfrutando de la vista.

—Lían... – dijo en tono amenazador – Responde claro.

—Eres una aburrida.

—Bueno no es que siempre salia mucho del palacio.

—Y aun así no quieres apreciar la vista.

—Las estrellas no se irán a ninguna parte – menciono cambiando su peso al otro pie. — Además me estoy impacientando, estoy nerviosa y que andes con rodeos no es divertido.

—Ves. Ese es tu problema nunca miras más allá.

El vampiro con facilidad se subió al árbol y de la rama más grande que sobresalía del tronco se colgó de cabeza. Le hizo una seña para que la acompañará. A mala gana la princesa lo obedeció.

—¿Contento? – lo miro con el seño fruncido.

—No sabes cuanto. –dijo el sonriendo. – Apuesto qué no puedes hacer esto con un vestido.

— No lo inten... – se quedó sin palabras observando por primera es al frente, viendo un paisaje muy diferente de cuando estaba estaba en pie.

— Acaso te comió la lengua un ratón.

—Mas bien fue un vampiro – dijo son quitar la vista del frente, literalmente parecía un mar de estrellas junto a las luces de los edificios a punto de caer en el agua– pero comienzo a dudar tu procedencia, al verte colgado creo que eres un murciélago.

—Oh creeme, después de esto ya no lo dudarás.
Es hora de bajar, antes de que tu cerebro se ahogue.

—Creo que quieres decir que tu me bajaras porque yo no se como. – dijo mientras aun colgaba de cabeza.

Después de rescatar a la princesa de apuros. Lian se puso en frente del acantilado.

—Has igual que yo – de pronto se volteo para mirarla – trata de no gritar.

La princesa del Alpha [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora