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«Se sintieron de otro planeta, porque jamás pudieron conocer a otras personas, con la misma cantidad de sentimientos positivos; que desprendieran tantas chispas al estar unidos. La felicidad era como un torbellino que les movía el universo, aquel donde solo ellos eran partícipes de una historia muy poco realista pero ciertamente conmovedora, una obra donde ambos protagonistas pudieron experimentar el auge de su amor, en todo su esplendor.»

Pero no fue un sueño, solo un recuerdo entre sueños.

Ahora, no tan distinto a antes sentía una inexplicable emoción y ansiedad, los nervios se aligeraban con el firme agarre a su cintura que los brazos del menor le proporcionaban con seguridad. Se encontraban parados en medio del patio, la tranquilidad era perceptible, la brisa primaveral les movía algunas hebras del cabello. No tanto tiempo pasó y el susurro con una voz dulcemente ronca, que se mantenía intacta a pesar de algunos años para su audición, le chocó el hombro y cuello cuando acercó su boca a un costado para que lo escuchara claramente. Le erizó la piel.

—Todo saldrá bien, mi vida. Hemos llegado así de lejos. No te preocupes por el futuro. —El poder puesto, con la más paciente calma en aquella afirmación, se le fue dirigido con un evidente amor, realmente tangible para su corazón.

Quiso buscar su rostro para hundirse en los brillantes ojos que le daban toda la atención, pero se ocultaba de espaldas a él, bajo su mentón, así que suspiró y sintió un notorio alivio.

—Te creo Jiminnie. Lo sé. Solo me da ansias... —Le fue sincero, mientras se limitaba a dejar caricias a la suave piel que lo envolvían en una necesidad de protección.

—Pues es claro, tonto, después de todo... Se tratará del paso más grande de nuestras vidas. —La pequeña risa que intentaba deshacerse del leve nerviosismo, retumbaba en el pecho del menor por lo que podía sentir esa leve inquietud compartida.

¿Quién estaba actuando como el mayor en aquella situación? No sabía, pero la razón más importante, era ¿de qué se trataba ese tan gran paso? Así que no se limitó a quedarse callado, como en las otras oportunidades y dejó que su boca se abriera para preguntar.

— ¿El más grande? —Se sentía confundido, y ese sentimiento fue mayor que la ansiedad por unos instantes.

—Yoongi... El casamiento es algo por lo que no optamos para avanzar como pareja pero, nuestro hijo sí. —Las palabras de su pareja fueron como grandes gotas de agua heladas caídas de forma violenta.

El ahora mismo chocó con su sensación de ensueño.

Cuando escuchó aquello, podía jurar que el corazón casi se le había salido del pecho. Pero, nuevamente, como si todo estuviera destinado solo asintió y las palabras salieron fácilmente por su cuenta.

—Lo vamos a amar mucho, para que crezca fuerte, sano y feliz... como nosotros. —No sabía que la voz se le había quebrado, la melancolía del momento era muy fuerte para soportarlo.

Muy contrario a lo esperado, no podía sentir más que la emoción y la creciente felicidad de aquella noticia. No pensó que llegaría tan lejos, más con una persona acompañándolo todos esos años transcurridos.

—Um, por eso debes estar tranquilo porque sabremos manejarlo y aprenderemos juntos como. Vamos a descansar, será un día largo... —Sus últimas palabras fueron susurros ahogados cuando dejó un pequeño beso en su piel, que quemaba.

Se giró para enfrentarlo, cerrando sus puños en un abrazo hacia Jimin. Alejados por centímetros y solamente porque las yemas del pelinegro estaban secando las lágrimas, que iban cayendo con honestidad de forma apresurada una tras otras, como si le lloviera el alma; pudo notar que volvía a sentirse vivamente, humano. Estaba llorando, por primera vez, por un sentimiento inexplicablemente cálido y emotivo. Reía de la situación, prometiendo no volver a inundar sus ojos, porque ya veía la tormenta aproximarse en los de Jimin, cristalizados por verlo tan conmovido.

I Want To Understand [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora