El universo en sus ojos

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Siempre viene a mi mente la primera vez que lo vi. Estaba yendo con mi amiga Antonella al cine mientras él estaba sentado en una sencilla banca de un parque. Lucía muy relajado con la suave brisa acariciando su piel, y usando unos curiosos lentes de sol. Se veía un chico bien parecido aunque de atuendo simple; llevaba unos jeans azules algo viejos, una camiseta gris y una chaqueta de cuero negra, más bien gastada. 

Mi mejor amiga me retó a hablarle y como yo no era una chica tímida, acepté. Con una gran sonrisa, me senté junto a él en la fría banca de concreto. El muy poco amable joven me ignoró, ni siquiera volteó a mirarme. Me avergoncé. Anto se reía de mí descaradamente desde donde ella se había ocultado así que, entrecerré mi vista desafiante hacía ella, me volví al chico y le hablé diciendo, "hola". Quedé muy sorprendida cuando no contestó mi saludo, pensé que era muy mal educado. Molesta y apenada, me levanté zapateando. Luego de haber dado un par de pasos, escuché una suave voz respondiendo a mi saludo.

Sin dar la vuelta, me sentí satisfecha de haber ganado la apuesta con mi amiga. Ese 'hot dog' sería mío. Su voz era dulce, su forma de hablar era tierna. Iba a irme, de todas formas él me había ignorado primero, ¿no?, pero algo dentro de mi me dijo que me quedara. "Oye, ¿te fuiste?" Sorprendida, le pregunté: "¿Por qué?, ¿que no ves?"

‒"No, soy ciego." Oh rayos, me sentí una tonta. Quería morir, iba a irme corriendo de la vergüenza, pero él me pidió quedarme como si hubiera sabido mis intenciones. 

‒"Me llamó Dexter, tengo diecinueve años y soy ciego. Gusto de conocerte, señorita...?"

 ‒"Franco, Mia Franco" 

*** 

Esa fue el comienzo de la conversación más interesante que alguna vez hubiera tenido y desde ese momento, ese chico jamás iba a pasarme desapercibido. Desde el primer momento, tuvo algo que llamó mi atención, su situación y circunstancias me toco el corazón y cambió para siempre.

Me contó acerca del accidente donde perdió la vista. Fue un desafortunado accidente de auto cuando él tenía diez años. No me dijo mucho del evento debido a que era muy doloroso para él. Algo golpeó fuertemente su cabeza quedando inconsciente, para luego despertar en el hospital y darse cuenta que lo único que veía era oscuridad. Sus padres murieron en el trágico suceso, por eso fue a vivir con su bastante mayor abuela paterna. Dexter me dijo lo mucho que amaba a esa señora, lo había apoyado como nunca y dado el cariño que sus padres le habían negado al morir. 

Lloré escuchando su miserable historia, ¡estaba tan sorprendida! Me di cuenta, porque también me lo dijo, que el lugar donde estaba sentado era su lugar favorito porque fue el último que había visitado junto a sus padres antes del accidente. Él solía ir todos los días desde lo ocurrido para sentir los rayos del sol sobre él y el embriagante olor de las flores de primavera. Internamente, hicimos una cita para encontrarnos cada día en el mismo lugar.

El apuesto muchacho relató que había una razón de porqué siempre usaba gafas oscuras: tenía miedo de mostrar sus ojos. Por supuesto, eso me hizo tener curiosidad de verlos, por lo que insistí en que me dejara verlos. Descubrí un universo. Sus ojos habían adoptado un intenso azul oscuro con muy pequeñas manchas blancas que parecían como mil estrellas brillando en una bella noche. Me dijo que las pocas personas que habían tenido la maravillosa oportunidad de ver sus ojos, se habían asustado, pero yo quedé pasmada viendo un par de magníficas pequeñas infinidades. ¡Dios! Nunca imaginé encontrar alguien tan especial como este chico.

***

Un tiempo después de habernos conocido, él pasó a ser mi dulce novio, y un año después, nos casamos. Estaba claro que mi familia se opondría y no estaba feliz. Mis padres decía que yo simplemente lo hacía por lástima o como un capricho y que estaba muy joven, por lo que ellos no me apoyaron. La única ayuda y aprobación que tuvimos fue gracias a la querida abuelita de mi novio. Yo realmente amaba a ese muchacho. Él siempre estuvo agradecido conmigo por mi ayuda, pero había sido él quien me rescató de la oscuridad en la que me encontraba. Me enseñó que el amor no se encuentra a través de la vista, sino a través del corazón. Además, nada puede ser un obstáculo si hay pasión y dedicación.

A pesar que nos amábamos con el corazón, su sueño más grande se convirtió en verme, lo que me hacía sentir nerviosa. He estado investigando si es posible que su vista regrese. He tenido muchas citas con doctores oculistas. Y ahora, cinco años después de nuestra boda, le anunciaré las buenas noticias. Lo he citado en el lugar en el que nos conocimos. El año que viene, mi amado esposo será sometido a una cirugía para sus ojos y devolverle la vista, será en Suiza. La operación costará extremadamente mucho dinero, pero he estado ahorrando todo este tiempo juntos para convertir el deseo del amor de mi vida en realidad. Realmente no sé cómo la vida nos ha traído hasta acá, pero no me quejo de nada. Estoy esperando ansiosamente que ese día llegue pronto.




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