Capítulo IX

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- Profesora, no puede hacerme esto, el quidditch es mi pasión, mi vida. Por favor... 

- No me queda otra opción... Al menos la decisión no es permanente.

- Profesora, cuando quieres decir no ver más a ninguno de ellos, ¿quieres decir nunca? - preguntó Severus, dolido por dentro.

- Solo en clases, y los profesores estarán enterados para que no habléis ni os sentéis juntos.

- Severus... - dijo Lily con los ojos llorosos.

- Lo siento Lily - le contestó el chico.

- Eso no es todo, vosotros dos, estáis citados con Hagrid en la puerta de su cabaña mañana a las 8 de la tarde. Iréis al bosque prohibido y él os dirá lo que tenéis que hacer. Ya podéis marcharos.

Lily sabía que después de ese momento no iba a poder más a su mejor amigo, y no aguantaba más. Rompió a llorar y se lanzó a los brazos de Severus. Fue un abrazo largo, y no querían separarse nunca. 

James los miraba sorprendido, miró a los demás y vio como McGonagall no hacía nada por separarlos. 

- Vámonos Sirius - le dijo James al oído de su amigo.

- Pero...

- Pero nada. No molestemos a los enamorados.

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