Parte sin título 4

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Zarpa de Águila volvió de una patrulla y slató sobre Azulejino, abos juguetearon.

-te gustaría ser mi pareja?- preguntó de pronto él

-¿qué?- estaba demasiaod sorprendida

El gato cerró los ojos, entristecido

-Tienes razón, no soy lo suficientemente buen...

-¡Claro que me gustaría! ¡oh!- ronroneó con fuerza.

-Es tarde, ¿qué tal si ns dejáis dormir- gruñó Zarpa del Alba, Zarrpa de Águila estaba segura de que tenía celos.

Se enroscó agusto. De protno algo l golpeó y abrió los ojos

-¿zulejino?- preguntó al ver uns figura saliendo.

Se levantó, dispuesta a seguirlo.

El gato trotaba a paso ligero, parecía seguro de lo que hacía, de adonde iba.

-Azulejino- maulló al ver que e acercaba demasiaod al limíte del territorio.

El gato pegó un brinco

-¿qué haces?- preguntó con los ojos verdes brillando, le enseñaría su secreto' seguro que sí.

-Yo... eh... nada- se apresuró a maullar.

Una oleada recorrió a la gata

-¿Me estás mintiendo?- preguntó retrocediendo un paso, luchando contra las lágrimas que llenaban sus ojos, amenzando con salir en un suspiro.

-No...

Unas ramas crujieron y aparecieron cuatro felinos. Se quedaron de piedra al verla.

-¿qué hace aquí, Azulejino?

-Lo siento...

-Vamos Desgarrador- maulló un gran atigrado

Zarpa de Águila observó a su amigo alejarse con aquellos intrusos

La historia de Pequeña Águila. Gatos guerrerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora