Había pasado gran parte de la mañana reparando el teléfono de Hanna, luego cuando su reloj marcaba las 13:30pm y ya haber definitivamente terminado la reparación del teléfono, tomó a Summer para llevarla a comer y cambiarle el pañal. Noto que su hija estaba más callada, quizás un poco más pálida, aunque quizá ignorarlo, espero que no fuera nada grave. Cerró la puerta y dio vuelta el cartel de "Abierto" a "Cerrado", giró y comenzó a subir las escaleras de su pequeña casa, al llegar arriba busco uno de los biberones que siempre dejaba en la pequeña máquina para calentar la leche mientras cambiaba el pañal de su bebé, quien hacía pequeñas quejas y muecas. Le tocó la frente, notando que estabas con más temperatura de lo normal.—Creo que llamaré a mamá —se dijo a si mismo buscando su teléfono en sus bolsillo.
Lo dejo de lado un momento terminando de poner la panties de su hija, para luego colocarla en sus brazos con el biberón sosteniéndolo con una mano y la otra con el teléfono en la oreja. A los tres tonos contesto la mujer.
—Hola, amor —saludo amable, Oliver pudo escuchar voces atrás bastante altos preguntando quién era — ¡Silencio Marcus, es Oliver!
—Hola mamá, tengo una duda —Puso su teléfono contra su hombro para poder sostener el biberón de mejor manera— Summer está con temperatura, ¿Que crees que sea?
—Puede ser una simple subida de temperatura, o un dolor de estómago —Hablo la mujer — ¿La pediatra no te ha dicho nada?
—Desde la última consulta no —Sonrió cuando los ojitos de Summer comenzaron a cerrarse una vez más.
—Llámala o lleva a Summer a su consulta —Escuche una exclamación — ¡Marcus, deja mis tazas de porcelana en paz! —gritó su madre, provocándole una carcajada— Lo siento amor, Marcus está tocando mis tazas otra vez, me avisas cómo va todo, ¿si?
Otra risa.— De acuerdo mamá, adiós.
Dejando el biberón de lado, vi a su hija con los ojos muy abiertos para su gusto, quien chupa entretenida su puño, una vez más toco su frente que estaba caliente, decidió armar el bolso y sus cosas para llevarla donde su enfermera especialista. Luego de abrigarla y tener todo listo, tomo las llaves de su casa para dejar cerrado, tomo el coche de su bebé, puso los bolsos colgando y con sumo cuidado bajo la pequeña escalera que daba a su taller y a la salida. Cuando estuvo abajo, miro hacia la puerta y la chica estaba ahí, mirando hacia dentro en busca de alguien, cuando lo vio sonrío y agitó su mano, Oliver río, y dejando el coche de su bebé a un lado se apresuró a abrir la puerta.
—¡Hola! —Saludo efusiva Hanna— Se que dijimos a las 5, pero tengo una hora libre y sinceramente no quería quedarme en el hospital... ¡No es que no me guste! Es solo que pensé que tal vez podría venir y hablar quizás un poco, pero si estás ocupado de verdad me puedo ir no tengo ningún problema, ¿Ibas saliendo cierto? ¡Dios! Que inoportuna soy, me iré yo, lo sien...
Hanna sintió una mano que tapaba su boca y guardó silencio.
—Mujer, respira te dará algo — río Oliver— Iba donde la pediatra de Summer cuando llegaste, tengo tu teléfono listo.
Oliver retiró su mano de la boca de Hanna —Oh... ¿Summer está bien?
—Tiene fiebre por lo que creo, y ah estado de mal humor gran parte de la mañana, soy nuevo en esto así que es la única opción que tengo. —suspiró Oliver bajando sus brazos.
—¿Puedo revisarla? —Oliver alzo una ceja—Digo, tengo mención en pediatría, puedo al menos ver si es grave o no, de todas formas tendrías que llevarla a la consulta.
—Eso estaría genial, vamos arriba.
Oliver se acercó al coche y tomo a su bebé haciendo señas a Hanna para que lo siguiera, ella aseguró las correas de su mochila y lo siguió escaleras arriba. Se maravilló del pequeño departamento y como cuidadosamente amueblado, pequeños cuadros con fotos de Summer, otros de una señora de edad con la bebé, Oliver y ella, y Oliver con otro chico que se le hacía conocido.
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Summer.
Teen FictionDedicada a Bastián, por crear un mundo solo para nosotros, a pesar de todos los obstáculos, sigue siendo el refugio perfecto para mi, te quiero.