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2 meses después.

Un fuerte llanto lo hace saltar y abrir los ojos en menos de un segundo, alcanzado el teléfono que está en la mesita, mira la hora, 4:12am. Se traga un bostezo y se levanta a la cuna que está a unos metros de el. Ahí estaba su niña, con el pequeño gorro tapándole los ojos y sus manitas tratando de librarse de los pequeños guantecitos.

—Haber bebé— la toma en sus brazos, la acomoda y le aparta el pequeño gorro de los ojos —Ya está, no te quites los guantes, te harás daños con tus afiladas uñitas.

La mece hasta que ella vuelve a cerrar los ojos, luego de unos minutos la volvió a dejar en su cuna, pero no duró mucho hasta el llanto volvió a sus oídos. Tomándola en brazos decidió que sería mejor acostarla en su cama junto con él.

—Bien, solo por hoy dormirás conmigo.

Colocando una manta de ella en las sabanas, la acomodo y luego se acostó a su lado, poniendo su mano en la pequeña pancita de su niña, sonrió, definitivamente era un padre baboso. Estando junto a ella se puso a pensar en estos dos largos meses, pensó en el primer mes donde no dormía, apenas comía y si le quedaba 5 minutos de su tiempo se bañaba. Ahora entendía a su madre las veces que le decía "cuando tengas hijos vas a entender cada esfuerzo que hice por ti y tus hermanos". Pensó en Kylie, en que será de su vida y en lo mucho que la maldijo por haber dejado a su pequeña sola, pero no duró mucho en su mente hasta que el sueño lo venció.

A la mañana siguiente una pequeña patadita en su costillas lo despertó, solo para al abrir sus ojos, viera a una sonriente bebé haciendo burbujas de babas y soniditos que lo hicieron sonreír. Definitivamente era un papá baboso por su niña.

20 minutos luego, decidió que era hora de abrir su "local" la pequeña casa de dos pisos que sus padres habían obtenido para el, contaba con un pequeño lugar donde podía al fin tener un mínimo de sustento para su hija y el. Cuando su hija apenas cumplió un mes, elegido por abrir una tienda donde se repararán artefactos electrónicos, reparaba celulares, televisores, computadoras etc. Fue difícil al principio pero nada que reparar un televisor una vez para que se corriera la voz.

Tomo desayuno tranquilamente mientras con una pequeña mamadera, su hija degustaba la leche que le había preparado. Cuando terminó, tomó la pequeña silla un par de mantas juguetes y un biberón que guardo en un frasco para bajar y esperar que algún cliente llegará. Acomodó la silla de su bebé en el lugar estratégico donde el tenía visibilidad de ella y la arropo, la vio balbucear y mover sus piecitos, haciéndolo sonreír.

La pequeña campana de la puerta que antes fue una ventana, lo hizo volver a la realidad y apartar la vista de la pequeña. Una muchacha cabello castaño, con mejillas regordetas, considerablemente más pequeña que el y vestida con un traje azul y chaqueta negra junto una mochila colgada en su hombro, le sonrió amable, quien en cierto modo, se le hacía bastante conocida.

—Hola —ella habló, Oliver sonrío, esperando que continuará— Oí que aquí reparan celulares.

—Así es —Oliver omitió otra tipo de comentario sarcástico, queriendo ser amable con la chica y buscando en su mente algún rastro de recuerdo de alguien como ella.

—Oh genial, llevo dos días buscando —Se quito la mochila de su hombro, buscando hasta sacar su teléfono y dejándolo en la vitrina frente a Oliver— El orificio del cargador ya no funciona, mi sobrino pequeño introdujo un clip hace dos días y ya no funciona, ¿será que tiene arreglo?

Oliver lo tomo en sus manos, retiró el estuche que protegía el celular, riendo cuando se dio cuenta que era la imagen de Pato el cerdito de Gravity Falls. Observo la entrada del cargador y sonrío cuando se dio cuenta de que si tenía arreglo.

Summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora