—Es positivo.Dos barras en el pequeño y delgado test están cambiando la vida de Oliver en este instante. El mira a Kylie, su actual pareja mientras enciende un cigarro y lo lleva a su boca.
—No deberías fumar, le hará mal al bebé —Reprimió, frunciendo el ceño.
Kylie lo miró ceñuda, casi sin interés —No me digas que hacer.
Oliver, como siempre sumiso, tratando de no hacer enojar a su novia ya que sabía las consecuencias, no quería golpes ni gritos, el solo quería que su ahora bebé en camino, estuviera bien. Salió del baño, dispuesto a llamar a su madre para contarle la nueva noticia. Se acercó al teléfono listo para marcar el número.
—Que ni si te ocurra contarte esto a la señora que tienes por madre, gusano — escuchó decir en su oído, trago fuerte mientras dejaba el teléfono otra vez en su lugar. — Así me gusta, obediente.
Oliver bajo la cabeza, resignado, un año desde el inicio con Kylie y de verdad que habían cambiado las cosas entre ellos. Hace 6 meses atrás empezaron a vivir juntos, en el pequeño departamento que Oliver alquilaba, todo era color de rosa pero... No todo lo que brilla es oro. No pasó más de una semana cuando Kylie decidió sacar sus garras y mostrar su verdadero ser, dominadora, abusiva y bruta. El mismo tipo de persona que Oliver siempre evitó.
—Iré a dormir — dijo con voz temerosa, tratando de mantenerse en bajo perfil.
Kylie solo lo miro, indiferente.
Serán largos meses, pensó Oliver mientras se adentraba en el pasillo.
8 meses después
Luego de la larga espera, estaba en sus brazos su pequeña, rosadita y con un bello traje color rojo, su pequeña mano estaba aferrada a su dedo índice y la sonrisa de padre bobo no se le borraba de la cara.
Kylie estaba dormida, solo había despertado para darle de comer a la pequeña y decirle a Oliver que no quería a la bebé, tal como se lo había repetido durante todo el embarazo. Oliver solo la ignoraba y decidió que su hija sería el norte durante toda su vida.
3 días después.
Siendo las 9am, Oliver se encontraba en el duro asiento de la sala de espera, hoy al fin darían de alta a Kylie y a su bebé. Había amueblado la pequeña habitación que usaba de despacho total y únicamente para su hija, tenía todo lo necesario, Oliver estaba orgulloso.
—¿Señor Oliver Adams? —Un hombre de bata estaba frente de el.
Guardó su teléfono y le sonrió, levantándose — Soy yo, ¿ocurre algo?
—Soy el doctor Eleasar, me temo que hubo una complicación con su esposa.
El semblante de Oliver cambio, pasó de la felicidad a la preocupación, siguió al doctor hasta la habitación donde Kylie y su hija se encontraban, al entrar, lo primero que vio Oliver fue a su hija moviendo inquietamente las manos en la cuna, luego echando un vistazo a la habitación, se percató que Kylie no estaba.
—¿Donde está Kylie? —Pregunto preocupado.
El doctor le entregó una pequeña nota.
"Me llevo mis ahorros, no quiero volver a verte, siempre fuiste una basura inservible, no me busques, por qué estoy muerta para ustedes dos"
Sintió rabia, no por la forma que ella lo dejaba, si no por su pequeña, por la clase de madre que le estaba tocando. Arrugo el papel, lo lanzó al tacho de la basura y miro al doctor.
—¿Cuando darán de alta a mi hija? —Se prohibió a el mismo mostrar alguna pista de dolor por la estúpida nota.
—Ya tiene la orden, debe firmar aquí y puede llevársela —El doctor le hizo entrega del documento—¿Que pasará con su esposa?
—Ella no es mi esposa, nunca lo fue, solo quiero a mi hija y poder estar tranquilo ncon ella en casa— Tomó el bolso de su bebé, unas cuántas mantas y envolvió a su pequeña.
El doctor solo lo miro, con lástima, sacando como pudo su teléfono le marcó a su hermano.
—Dareen, ya estoy listo, esperamos afuera.
Es todo lo que dice y cuelga la llamada, le da la mano al doctor, siendo correspondido—Adiós, Señor Adams.
Asiente con la cabeza, ajustando el bolso, su mochila y en especial a su bebé, decide que es momento de seguir adelante, solo espera poder ser un buen padre para su pequeña.
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Summer.
Genç KurguDedicada a Bastián, por crear un mundo solo para nosotros, a pesar de todos los obstáculos, sigue siendo el refugio perfecto para mi, te quiero.