6

50 11 0
                                    

Sus días no fueron mejorando después de aquella noche, pero su estado de ánimo había cambiado completamente, no sonreía aún, no mostraba esa faceta dulce de él que tanto tiempo había mantenido, pero la compañía de SeHun era una adicción, por el tiempo que pasaron cerca el uno del otro, el jefe de KyungSoo decidió que sería una mejor idea contratar a SeHun también, ya que, habían intentando echar a SeHun algún día de esos, y el ambiente creado en el café no era tan ameno como antes, aparte, las ventas del día se mantuvieron regulares y no tan altas como las habían estado.

SeHun era un alma libre, él convencía a la gente desde afuera, yendo de un lado a otro entregando folletos y recomendando especialidades con su guapura innata que se cargaba. KyungSoo, no renegó, pues todos los días, podía ver a SeHun entrando por esa puerta, dándole un suave beso en los labios antes de dejar sus delantales y comer alegremente, repartirse comida de vez en cuando y sonreír dulcemente, creando medias lunas con sus ojos y sentir al menos unos momentos que la opresión en su pecho se desvanecía con rapidez.

Sus estadías aún se repartían entre la casa de KyungSoo y el departamento de SeHun, ya que, por más que intentaron pegar sus piezas rotas, sus hogares seguían incompletos, y pasar en ellos durante tanto tiempo solo los llenaba de melancolía, todos aquellos años en los que habían formado su propia familia en una bonita casa se había perdido en aquellos meses. Y faltó poco tiempo para saber la nueva noticias, los abundantes escándalos de los esposos Park, sus ganancias diarias, sus nuevas alianzas y su expansión mundial. Pura mierda.

SeHun y KyungSoo podían ser libres, felices con ellos mismos, sin la necesidad de dinero en abundancia, mentiras comprometedoras y promesas rotas, no necesitaban ser eslabones en su juego de ajedrez, los habían derrumbado con una jugada y sabían que tardarían en aceptarlo pero no les importaba realmente, no por ahora.

Constantemente KyungSoo se sentía vigilado, era un presentimiento que nunca le dijo a SeHun para no preocuparlo, y ya que no era algo que podía afirmar, dejó que el tiempo decidiera por él con respecto a ese tema, la mirada intensa de alguien sobre él era cada vez más perceptible pero miraba a su alrededor y no podía encontrarla. Sin querer alertar a SeHun sobre ella, se había acostumbrado a tenerla presente todos los días. Tal vez sería pasajero, tal vez volverían a hacerle daño o sólo tal vez, era ChanYeol quien seguía buscándolo, y rogaba porque fuera así, que fuera el chico alto quien espiaba lo que hacía porque había una gran necesidad de él por saber si sus días juntos fue otra página en su vida.

Claramente, descartó la ultima opcion unas semanas después, cuando se enteró que ChanYeol y BaekHyun se encontraban en Francia desde hacía ya tres meses. Suspiró con frustración antes de ver como SeHun entraba, dándole un lindo beso, abrió sus ojos levemente para poder ver la perfección del chico, pero se percató rápidamente de algo, un sujeto a través del ventanal los miraba fijamente y anotaba en una libreta, pareció percatarse después de la intensa mirada del bajito y únicamente bajo la libreta para cubrir su rostro con el sombrero y seguir su camino por acera.

  — Nunca me dijiste que te seguían —susurró, tomando su cuello en su mano derecha intentando que no se separara, pues sentía la intensa mirada sobre ellos y podía confirmar que no sólo él, estaba siendo seguido.

  — ¿Seguir? —intentó separarse pero KyungSoo hizo presión.

  — No te separes, acabo de ver a un hombre en la ventana, te miraba y anotaba algo en una libreta, te están siguiendo SeHun —se quedaron en silencio un momento.

  — Era una suposición, no quería alertarte y que te preocuparas de más, empezó hace casi dos meses.

  — También yo, pero tampoco quise decirte, tengo miedo que nos hagan daño.

One Last TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora