Capítulo 1

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Seokjin caminaba con pasos acelerados a su despacho, tenía que hablar con la familia del nuevo paciente como era habitual.

La reunión se extendió un poco más de lo previsto. Afuera esperaba un impaciente Yoongi, irritado caminando de un lado a otro.

La puerta se abrió dejando ver a una pareja adulta que esbozaba una falsa sonrisa al director. —Hasta pronto, por favor cuide de él.

Las palabras parecían aún más forzadas que sus sonrisas.

Yoongi

Pude ver la expresión en el rostro de SeokJin, contiene algo de ira y decepción.

— ¿Pasó algo allí dentro? No he visto esa cara en mucho tiempo.

—Te aseguro que nada bueno, pero tampoco es algo que nos corresponda. Suspiró cansado —Por cierto te aseguro que esta tarde llega tu computadora, en hora buena  recuperaron todos los archivos, vamos por un café.

Me rendí y me dejé llevar hasta la cafetería, la verdad es que si SeokJin no me trae, olvido desayunar, además de mi jefe es un gran amigo.

Hablamos de todo cuanto pudimos, le comenté que el paciente “recurrente” otra vez pisaba el hospital y él me contó superficialmente que tendríamos un nuevo paciente con esquizofrenia al que en unos minutos conoceríamos, y algo muy importante: Viene en contra de su voluntad.

—Genial, sabes que me encanta usar la camisa de fuerza. Lo decía irónicamente, el proceso de adaptación es  cincuenta veces más complicado cuando el paciente no está de acuerdo con la internarse.

Me esperaban largos días.

—Buenos días paciente Park, soy el Dr. Kim Sub-director, y él es el Dr. Min que estará encargado de sus consultas diarias y de los  avances que Ud. Vaya teniendo.

Aún sin darse la vuelta, mirando por la ventana se escuchó su voz arrogante — ¿Y a mí que me importa quienes son Uds. Acaso también vino el presidente? Se oyó una risa seca.

—Tengo una reunión en este momento, así que lo dejo con el Dr. Min, no olvide que estamos para ayudarle. Y salió guiñándome el ojo y deseándome buena suerte.

Cogí la carpeta en donde reposaban los datos entregados por el Dr. Que dio el diagnostico inicial, leí rápidamente y me acerqué al chico que aun  miraba hacia afuera. Comencé a darle la charla de bienvenida que me sabía de memoria.

—Pronto te acostumbrarás, llevémonos bien quiero que seamos amigos y confíes en mí. Pero mis palabras fueron detenidas por unos ojos marrones.

Park Jimin se había dado la vuelta y ahora estaba gritándome todo lo que sentía. —Mierda dejen de mentir, no soy estúpido, claro que no me voy a recuperar, todos saben que voy a cometer una locura algún día, sabes tal vez acabe con tu perfecta vida, no hay una maldita cura. Su voz se fue apagando y casi en un hilo de voz me pidió —Por favor, déjame ir, por favor.

DULCE DR. MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora