DULCE DR. MIN

Capítulo 4

No todas las historias de amor tienen un camino de rosas.
Cuanto las espinas te causan un gran dolor y aun así continuas por ese sendero, se dice que así como en un cuento de magia, al final de este encontrarás tú tesoro.

YOONGI

Pensé que  tendría una noche tranquila de guardia. No podía estar más equivocado.

Cuando escuché los gritos provenientes de las habitaciones cercanas al pasillo, corrí pero nunca imagine encontrar tal escena.

El paciente Park sostenía a la enfermera del cuello; de manera rápida intervine para separarlos tratando de no lastimarlo, hasta que finalmente la soltó y se dejó caer al piso de rodillas, mientras la pobre mujer aun tosiendo y asustada abandonaba la habitación.

Observe al chico y tendí mi mano para ayudar a que se ponga de pie, él la sostuvo después de un par de segundos. Ignoré el temblor en sus manos y lo lleve de vuelta a su cama. — ¿Me puedes decir, que acaba de pasar?

—Tú tampoco me creerás. Dijo agachando su cabeza mientras la sostenía con ambas manos.

—Vamos, puedes confiar en mí, aún si me dices que era un extraterrestre te voy a creer. Me mantuve serio.

—Ella fue enviada para matarme, ella me lo dijo, trataba de inyectar aire en mis venas, y-yo solo quería detenerla. Dijo ya más calmado y con voz entrecortada —Por favor ayúdame.

—Vale te creo, ella no termina de convencerme, tienes razón. Y como la confianza es mutua,tienes que creer en mi y tomar tu medicamento.

Esa noche me quede a su lado.

Sentía un poco de lástima, un chico tan joven con una mirada tan triste, que logró tocar una parte de mí. Quería ayudarlo, así que para ganar su confianza le conté un poco de mi vida:

—Tenía 9 años cuando mi padre saltó a las vías del tren. Nunca supimos que estaba deprimido. Mi madre trabajó para mantenernos. Y así nació mi sueño de estudiar una carrera para ayudar a aquellos que no tienen voz para decir cuando algo les afecta, sacrifiqué mi adolescencia para trabajar y estudiar al mismo tiempo, no me arrepiento, ahora estoy aquí haciendo lo que me gusta. Fue difícil mantener buenas notas, mientras trabajaba, porque dependía de media beca por la que tenía que estudiar aun más duro.
Y que más sobre mi vida? Hay días tan absurdos como cuando hace unos años salí con un chico, que hoy en día es también doctor, se llama Jung Hoseok.

Jimin me escuchaba como si le estuviese contando una interesante historia del tesoro perdido, pero más importante, sus manos habían dejado de temblar y en este momento buscaban una de mis manos para agarrarla con fuerza y consolarme diciendo que todo estaba bien ahora.  Me pregunto en qué punto se convirtió él en el médico y yo en el paciente, me sentí raro porque nunca había contado mi historia y nunca supe lo bien que se sentía ser entendido y apoyado por alguien, por él. Sonreí al ver que él lo hacía.

Y como un instante mágico disfrute de aquella sonrisa tan inocente, tan llena de ternura que hacía desaparecer sus ojos y los transformaba en dos líneas curvas. Esa noche supe que Jimin había cambiado mi rutina y ahora buscaría razones para verlo sonreír.