Prólogo

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-Emil! Escucho a mi mamá gritar desde la cocina -ya voy le respondo, estamos muy ocupados ya que se acerca una mudanza, una mudanza que la verdad no me gusta, no me gusta la idea de dejar mi país es hermoso vivir aquí en Islandia sus grandes praderas su muy buena vegetación el bello y frío clima hacen de este país para mí el mejor lugar para vivir, además no hay muchas personas así que los problemas de las grandes ciudades no existen aquí, para mí es una vida tranquila y relajada la que se lleva aquí y ya tengo una vida en este lugar siempre quise estudiar la preparatoria aquí en el instituto Jarnason pero tal parece que no se va a cumplir -¿Ya tienes todo listo? -pregunta mi madre -ya, le respondí -espero que no note mi cara de tristeza digo dentro de mí -se que es difícil pero debemos de hacerlo te adaptarlas rápido, -dice mi madre -eso espero, respondo un poco decepcionado, mi padre me abraza y me dice que toda estará bien que las escuelas allá son mejores y yo solo confirmo con la cabeza -bueno es hora de irnos, -dice mi padre, que sube las maletas al taxi que nos llevará al aeropuerto, -buenos días -saluda el taxista -buenos días, le respondo mientras mis padres ya se subieron al taxi y yo les sigo, el taxi arranca, yo continuo muy pensativo.



Que hacer a de que va a ser de mi vida, mientras veo los hermosos paisajes por la ventana, bajo la ventanilla y de esa manera puedo sentir ese viento gélido en mi rostro, ese viento que he sentido toda la vida desde niño, pero ahora no tengo otra opción debo mudarme con mis padres, solo pienso en mis amigos, y en la chica que me gusta pero que nunca tuve el valor de decirle lo que sentía, sostengo el regalo que me dio antes de irme un suéter gris con rayas verdes, eso significa mucho para mí ya que de mis amigos ella fue la única que me regaló algo, no fui capaz de decírselo cuando me fui, pero ahora ya es demasiado tarde y parto hacia un nuevo futuro hacia un nuevo comienzo, en un idioma diferente y en un país desconocido para mi, tuve que aprender español en cursos muy intensivos, pero según mi padre este cambio será para bien, -hay está el aeropuerto -exclama mi padre -ya es hora dice mi madre -solo asiento con la cabeza e intento ver esto de mejor manera.



Nos bajamos del taxi papá se ve muy positivo y mi madre lo apoya completamente, llevo el suéter en la mano derecha mi único recuerdo físico que me llevo de este lugar -¿Ya es hora de abordar? -Pregunto a mis padres -si apenas llegamos a tiempo -exclama mi padre -quien le los boletos a la señorita del mostrador quien dice -que tengan buen viaje, señor Arni Gunderson y señora Rakel Jonsdottir -gracias le responde mi madre. -Entramos al avión será un viaje aproximado de 8 horas a Argentina -si que es lejos pienso dentro de mi me acomodo tranquilamente en mi asiento y me pongo los audífonos ahora mismo no tengo ganas de hablar con nadie, me encanta ese grupo de 4 integrantes al los cuales tal parece que les gustan los dragones.



Empiezo a quedar atrapado por esa densa negrura tal parece que me estoy durmiendo espero que al despertar esto solo sea un sueño y despierte en mi casa en Islandia.


La veracidad del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora